Competencias para la innovación y la gestión del cambio
Competencias para la innovación y la gestión del cambio
Redacción
Se hace énfasis en la importancia de las competencias emocionales en el comportamiento directivo, y permitieron identificar cuatro actitudes críticas para el líder innovador: humildad, resiliencia y acción, empatía y escucha abierta, y finalmente, conectar para gestionar el cambio.
Humildad para saber dónde reinventarse
El líder debe conocerse a sí mismo para saber dónde focalizar sus esfuerzos con el objetivo de adaptarse a un entorno cambiante, adaptando su forma de pensar, sus paradigmas y sus comportamientos a las nuevas realidades. La humildad constituye un aspecto clave en esta reinvención, que obliga al profesional innovador a encontrarse abierto al cambio, cuestionándose sus acciones y pensamientos y apoyándose en el feedback que recibe para evaluar de la forma más objetiva posible hacia dónde evolucionar. Sin líder innovador no hay innovación.
Resiliencia y acción para materializar el cambio
El contexto socio-económico actual representa una revolución organizativa que afecta a todos los sectores y posiciones. Ante este proceso de transformación global, resulta imprescindible iniciar un proceso de transformación personal. La resiliencia, o capacidad de adaptación a situaciones adversas, se ha convertido en un aspecto clave de nuestro tiempo.
Resiliencia y acción para materializar el cambio
La autogestión emocional exige fomentar el equilibrio emocional, la confianza y el optimismo cómo facilitadores del cambio. Las emociones positivas aumentan el repertorio de pensamiento, aportan más creatividad, neutralizan las emociones negativas que provoca el cambio (miedo, incertidumbre...) y, por tanto, potencian nuestra capacidad de acción para generar nuestra capacidad de adaptación frente la innovación.
Empatía y escucha para comprender y anticiparse
Innovar implica estar abierto a lo que sucede en nuestro entorno organizativo o de negocio para poder percibir cuándo y cómo es necesario cambiar y entender cómo los demás se comportarán. Para ello es necesario mirar el entorno con curiosidad, hacerse preguntas constantemente, apasionarse con las respuestas, escuchar y dialogar, especialmente con los que opinan diferente, y entender que sienten para poder predecir y adelantarse a sus reacciones.
Conectar emocionalmente para impulsar el cambio
Liderar implica ser expertos en configurar nuestras relaciones y las de nuestro equipo para generar compromiso, esfuerzo, inteligencia o creatividad al servicio del cambio. Entender cómo se sienten los demás (empatía) es el primer paso, pero para crear emociones positivas, inspirar, canalizar la energía y el talento es necesario comunicar e influir. Los líderes consiguen convertir el miedo, la pasividad, la incertidumbre o la angustia frente al cambio en ilusión y acción.