La toma de decisiones individuales

La toma de decisiones individuales

En las organizaciones todas las personas toman decisiones, no sólo los directivos, también los trabajadores operativos toman decisiones que afectan a su trabajo y a la organización en la que trabajan.
6 April 2022

Redacción

Las más obvias de estas decisiones pueden ser hacer un mayor o menor esfuerzo en el trabajo un día; cumplir inmediatamente o retrasar el cumplimiento de una orden del jefe...

Por tanto, las decisiones individuales son una parte importante del comportamiento organizativo. La manera de decidir la persona y la calidad de sus opciones finales están estrechamente ligadas a la influencia de sus percepciones.

La toma de decisiones es el proceso que consiste en identificar un problema u oportunidad y escoger entre distintos cursos de acción.

Los dos tipos básicos de decisiones administrativas indican la presencia de problemas rutinarios y no rutinarios en las decisiones laborales. Los primeros surgen sobre bases regulares y pueden ser dirigidos mediante respuestas estandarizadas, a las que se denominan decisiones programadas que introducen soluciones específicas determinadas por experiencias pasadas que se consideran adecuadas a los problemas que se enfrentan, por ejemplo, emitir una orden de pedido cuando los stocks llegan a un determinado nivel.

Los problemas no rutinarios son únicos y nuevos, por lo que no tienen soluciones prefijadas, sino que tales soluciones dependerán en gran medida de las percepciones del momento, es decir, los problemas no rutinarios requieren decisiones no programadas que sean capaces de implantar soluciones creativas.

Ambos tipos de decisiones suelen variar en función del nivel jerárquico; así los directivos de más alto nivel, por lo general, dedican la mayor parte de su tiempo a la toma de decisiones no rutinarias; por el contrario, los de niveles inferiores se dedican principalmente a problemas rutinarios.

La toma de decisiones se halla presente en todas las actividades diarias de un directivo. Cuando llega el momento de decidir, un directivo será eficaz si es capaz de responder a las tres preguntas siguientes para cada problema y situación que enfrenta:

¿Se requiere realmente tomar una decisión?

Es necesario que el directivo sepa delegar decisiones en otros, establecer prioridades y cuándo permanecer sin tomar ningún curso de acción. En este sentido, si ordenamos los problemas atendiendo a su nivel de importancia, muchos de ellos pueden ser resueltos por personas de niveles más bajos (delegar) y otros pueden, y quizás deben ser transferidos a niveles superiores.

¿Cómo deberá ser tomada la decisión?

Los teóricos del comportamiento humano en las organizaciones identifican fundamentalmente dos métodos alternativos de toma de decisiones: el clásico y el conductista.

La teoría clásica de la decisión parte de que el directivo actúa en un mundo de completa certidumbre, enfrentándose así a un problema claramente definido, conoce las posibles opciones y escoge la alternativa que le da la mejor o la óptima solución al problema. No obstante, cualquier individuo tiene limitaciones en su capacidad de procesar la información. La deficiencia de información y el exceso de trabajo comprometen la capacidad de los directivos para tomar decisiones según lo establecido por la teoría clásica. En consecuencia la teoría conductual de la decisión da una explicación más detallada de la forma en que las personas toman decisiones en la práctica. La premisa de partida de esta teoría se encuentra en que las personas actúan sólo en términos de lo que perciben en una situación dada, y que dichas percepciones son a menudo imperfectas. Los directivos toman decisiones para resolver problemas que son a menudo ambiguos, cuando tienen sólo un conocimiento parcial de los posibles cursos de acción y de sus consecuencias, y escogen la primera alternativa que parece dar solución al problema. Esto es los que Simon (1958) y sus colaboradores llamaron estilo de toma de decisiones satisfactorio.

¿Quién interviene en la toma de la decisión?

La selección real de la solución de un problema particular se puede hallar mediante los métodos de decisión individual, por consulta o de grupo. En la práctica esos métodos dan por resultado decisiones de los siguientes tipos:

  1. Decisiones individuales.
  2. Decisiones por consulta. El directivo solicita la opinión que otras personas tienen del problema. Basado en esta información y su interpretación, el directivo toma la decisión final.
  3. Decisiones de grupo. El directivo no sólo consulta a otras personas para obtener información, sino que les pide que participen en la discusión para escoger la mejor solución.

Los directivos utilizan estos tres métodos de decisiones. La clave consiste en conocer cuándo usar cada uno de ellos.

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