Esclavitud en la panadería: los empresarios que sólo dejaban librar a sus empleados el día de Navidad y Año Nuevo

Esclavitud en la panadería: los empresarios que sólo dejaban librar a sus empleados el día de Navidad y Año Nuevo

La Audiencia de Pontevedra condena a los dueños a seis meses de cárcel por impedir el descanso a sus empleados que, en cuatro años, trabajaron 203 sábados y 252 domingos y festivos
1 January 2021

Las excelencias de la panadería Abelleira se publicitan en un vídeo en Youtube que acaba con esta cita: «El pan nuestro de cada día». Los vecinos de Pontevedra, donde está ubicado el negocio, saben que en Abelleira siempre se puede encontrar pan recién hecho, porque abre de lunes a domingo, todos los días del año menos dos. Lo que no imaginaban es que para sus empleados hacer realidad ese eslogan ha supuesto tener que ganarse el pan, literalmente, cada día; que tras esa generosidad de horario se escondía una explotación laboral insólita.

Según la sentencia de la Audiencia Provincial de Pontevedra en la que se condena a seis meses de cárcel a cada uno de los dos propietarios, los hermanos Benigno y Tomás Abelleira, los trabajadores de esta panadería, al menos entre 2013 y 2017 -el periodo investigado- estuvieron acudiendo a su puesto de trabajo 363 días al año. «Al menos desde el 26 de enero de 2013, los dos investigados vienen exigiendo a los trabajadores a su servicio que acudan a su puesto de trabajo todos los días del año excepto dos, el día de Navidad y el día de Año Nuevo, infringiendo de esta forma los derechos que tienen reconocidos en la legislación laboral y en el convenio colectivo del sector en cuanto a jornadas de trabajo, descanso mínimo semanal y periodos vacacionales. Los trabajadores se veían obligados a aceptar estas condiciones ante el temor de perder su puesto de trabajo», se lee en la sentencia.

Abelleira puede presumir de ser una de las panaderías más antiguas de España. Está ubicada en Pontevedra capital y fue fundada en 1880 por los abuelos de los actuales dueños, los condenados Benigno y Tomás Abelleira, ya octogenarios, por lo que en la práctica el negocio lo maneja ahora la cuarta generación.

«Abrimos siempre, de lunes a domingo, pero descansa la gente, descansa, y si alguno no descansa, cobraba. Hoy en día quedan inválidos pero no parcos...», responde a las acusaciones el propio Benigno Abelleira al teléfono cuando le preguntamos por la condena.

Ninguno de sus empleados sin embargo ha denunciado ni se ha personado como acusación particular en el proceso judicial. La querella partió de la Tesorería General de la Seguridad Social, que reclamaba las cotizaciones que los dueños se habían ahorrado al no abonar las horas extraordinarias, y de la Fiscalía de Pontevedra.

Inspección de Trabajo

El caso se abrió en 2017 cuando una inspección de Trabajo detectó las graves irregularidades laborales en Abelleira. Según el convenio del sector de panaderías de la provincia de Pontevedra, sus empleados deberían de haber trabajado 40 horas a la semana. Las jornadas pueden ampliarse con horas extraordinarias, pero siempre pagadas y de modo que nunca superen las 48 semanales. Se recoge la posibilidad de trabajar domingos y festivos, pero sólo si los empleados lo hacen voluntariamente y cobrando esos días a un 120% del salario normal. Tienen derecho a tres pagas extraordinarias y deben obligatoriamente librar el 25 de diciembre, el 1 de enero, el 1 de mayo y el día del Patrón. Las vacaciones están fijadas en 31 días anuales.

La inspección de Trabajo comprobó que la panadería Abelleira incumplía prácticamente todos estos requisitos y le abrió un expediente sancionador. Más tarde, se dio traslado del asunto a la Fiscalía.

«Cogieron cinco años atrasados de los domingos», dice Benigno Abelleira. En realidad, fueron cuatro años -de 2013 a 2016- en los que, según la sentencia, «los trabajadores de la empresa prestaron sus servicios en un total de 203 sábados y 252 domingos y festivos sin percibir el importe de las horas extraordinarias y sin que las horas trabajadas fueran compensadas con horas de descanso». Los Abelleira por tanto tampoco cotizaron a la Seguridad Social por esas horas extras por lo que deberán devolver a las arcas del Estado 238.734 euros por la cotizaciones. Cuando se produjo la sentencia, a la que se llegó tras un acuerdo de conformidad, los empleados ya habían percibido lo que se les debía por el exceso de días trabajados.

La condena se completa con tres meses de cárcel para cada uno de los hermanos Abelleira por un delito contra los derechos de los trabajadores y otros tres meses y una multa de 29.905 euros por un delito de defraudación a la Seguridad Social. «Son 40 millones de las antiguas pesetas en total», dice Benigno, quien no responde a si ha regularizado las condiciones de sus empleados.

Fuente: Elmundo

 

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