¿Soy un buen líder? 18 tips que te ayudarán a conseguirlo

¿Soy un buen líder? 18 tips que te ayudarán a conseguirlo

“Es menos malo agitarse en la duda que descansar en el error” Alessandro Manzoni (poeta y novelista italiano)
1 July 2018

Toda persona que ha tenido colaboradores a su cargo se ha hecho alguna vez esta pregunta -¿soy un buen líder?-.  Y la respuesta no es, en absoluto, ni simple ni sencilla. Lo que no debe generar es angustia ni frustración. No pasa nada. Dudar es de humanos, igual que equivocarse. Lo malo es cuando no aprendemos de ello.

Para empezar, ¿cómo podemos definir lo que es un líder?¿qué capacidades ha de tener? ¿qué actitudes debe mostrar?. Hay tantas respuestas como teorías. No me voy a meter en explicaciones sobre las diferentes teorías y significados ya que no es el objetivo de este post y además me extendería demasiado.

La idea es enumerar y explicar una serie de actitudes y comportamientos del líder (hacia él mismo y hacia los demás) que nos haga ver de una manera clara y concisa lo que debe hacerse y lo que no.

Ah! Me olvidaba! Y siempre “intentando” (y remarco intentando porque no es nada sencillo como bien sabes) poner el mayor sentido común posible en lo que escribo (si, ese, el menos común de los sentidos).

(Nota para el lector: Entre tú y yo, compañero, y según mi opinión, creo que más del 90% de conflictos, situaciones, tensiones y problemas se solucionarían si aplicáramos el sentido común y no nos ofuscáramos intentando encontrar la situación más creativa. Muchas veces la solución está, y permitidme la expresión,  delante de nuestras narices)

¿Qué hace a un líder?

A mí una definición que me gusta de lo que debe hacer un líder es la de “aquella persona que es capaz de guiar e inspirar a los demás con sus palabras pero sobre todo con sus acciones”

Está claro que las palabras se las lleva el viento, pero las acciones están ahí y se quedan para siempre. Actuar es movimiento, implica acción y pasión. Dile a alguien lo que tiene que hacer y probablemente lo olvide, guíale desde el ejemplo, desde el respeto, dale apoyo, reconoce sus méritos, escucha lo que tiene que decir, valora sus ideas, y eso, no lo olvidará jamás.

Haz que cuente, que valga la pena, que sea importante para él y los demás y tendrás a un colaborador implicado y motivado por mucho tiempo. Y eso no tiene precio. No hay nada mejor para retener el talento.

Corrige cuando debas pero desde el respeto y la crítica constructiva. Y se un ejemplo para los demás. De nada servirá todo esto si tú no haces lo que predicas. Cuando te ganas la confianza y el reconocimiento de tu gente, tienes más de medio camino recorrido.

Colaboradores del siglo XXI. ¿Qué buscan en un líder?

El “ordeno y mando”, el “siempre se ha hecho así”, el “dirección dice que se tiene que hacer así y punto”, el “búscate la vida pero házlo rápido y bien” y un largo etcétera ha pasado a la historia. Debe pasar a la historia. Sólo las organizaciones que sepan adaptarse a lo que buscan los empleados (prefiero colaboradores la verdad) del s.XXI sobrevivirán en el tiempo y tendrán mayor capacidad de retención de talento. Las que no lo hagan deberán enfrentarse a la huida de su capital humano. Su verdadero valor.

Bien sabemos que las nuevas generaciones, llámalos millennialsknowmads o el nuevo neologísmo que llegue (que llegará), buscan otro tipo de cosas. Ya no es sólo dinero y posición en el organigrama. Buscan innovación, creatividad, conocimiento, colaboración, evolución, cambio, flexibilidad, conexiones y pasión en lo que hacen. Ten en cuenta todo esto sr. líder y tendrás una gran ventaja respecto a los que ignoran los cambios tan grandes que ya tenemos encima.

18 “tips” para ser un mejor líder en el entorno actual

Intentaré enumerar una serie de tips, consejos, sugerencias que a mi parecer ayudan y consiguen que un líder sea visto como tal. Por méritos y no por imposición. No están enumeradas por orden de importancia.

  1. Sentido común: Aplícalo en tu vida (personal y profesional). La mayoría de respuestas las puedes encontrar ahí. No estoy muy de acuerdo con algunas teorías que ven el sentido común como algo carente de valor científico, que sólo está basado en conjeturas y creencias erróneas. Pero, seamos serios, estamos hablando de personas y aquí influyen muy mucho las emociones, cómo me siento y cómo hago sentir. Por eso creo firmemente que el sentido común asentado en unas características propias de una persona enfocada a las personas y su bienestar, es una herramienta valiosísima.
  2. Honestidad: Es una de los comportamiento que más valoran los colaboradores. Mantener las promesas, ser un ejemplo y un modelo de comportamiento para los demás. Ser capaz de enfrentarse a la verdad sin miedos y con actitud positiva. Cuando el equipo falla el primero en fallar es el líder. No hay nada peor que un jefe deshonesto y que se esconde detrás de su equipo y señala con el dedo.
  3. Visión: Claridad de hacia dónde va la organización, el departamento, el área, eso es vital. Objetivos claros y compartidos hace que el equipo trabaje y colabore de manera eficaz y de sentido a su trabajo.
  4. Sencillez: Debes ser una persona cercana, de trato amable. Tener una política de puertas abiertas y que sepan que pueden contar contigo en cualquier momento y lugar.
  5. Flexibilidad: Ser capaz de ver con antelación cuando tomar un rumbo diferente es necesario. Y más cuando hoy en día los cambios en el mercado, tecnología, etc., son constantes y rapidísimos.
  6. Resiliencia: A veces suceden cosas negativas e inesperadas. Cuanto más demuestres que puedes hacer frente y recuperarte de estas situaciones, más inclinado estará tu equipo a hacer lo mismo. Admitir que hay un problema y que no tienes todas las respuestas ayudará a que tu equipo proponga soluciones en lugar de retraerse y esconderse detrás de excusas.
  7. Empatía: Si no eres capaz de verles como personas que sienten y piensan, no te sorprenda que no sean colaboradores comprometidos. Tratar de entender lo que se sienten estando en su sitio (“ponerse en sus zapatos”) puede tomar un poco más de tiempo y esfuerzo que simplemente decirles qué hacer, pero esto dará sus frutos en términos de esfuerzo, compromiso y calidad. Un buen líder debe comprenderlos y también sus problemas y dudas.
  8. Feedback: Da siempre feedback. Siempre. Explica lo que hacen bien y lo que deben mejorar. Siempre desde el respeto y tendiendo puentes. Permite que el feedback sea bidireccional. Escucha, toma nota y aprende también de los tuyos.
  9. Planificación: Un buen líder debe planificar y saber transmitir sus planes, y objetivos. Un líder que no planifica al final es como un barco sin timón. A la deriva.
  10. Decisión: Escucha, ten en cuenta las ideas de los demás, cambia si crees necesario hacerlo. Pero también debes ser decidido. Si dudas constantemente te verán como a la persona que no puede “dirigir” a sus equipos. Como ya dije, dudar no es malo. Dudar constantemente si lo es.
  11. Respeto: Creo que no debo explicarlo demasiado. Lidera siempre desde el respeto. Un líder que no respeta a sus colaboradores jamás se ganará su compromiso ni lealtad.
  12. Delegación: Aprende a delegar. Delegar no significa repartir tareas. Hay muchas cosas que uno sólo no puede hacer ni debe hacer. Aprende las fortalezas de tus colaboradores y dáles libertad para conseguir resultados. Tu estás para guiarlos e inspirarlos.
  13. Colaboración/Trabajo en equipo: Colabora con tu equipo y haz que colaboren entre ellos. Crea sinergias y apoyos. El trabajo en equipo es mucho más gratificante y crea pertenencia y objetivo común.
  14. Pasión: Pon pasión en lo que haces y trasmítelo a tu equipo. Si ellos ven que tu te apasionas, ellos se contagiarán de ese espíritu. De ahí crecerá la creatividad y la innovación. Pónle pasión y amor a lo que haces y obtendrás sentido a tu vida.
  15. Autocrítica: Los líderes se pasan demasiado tiempo haciendo cosas, y muchas veces piensan poco. Saca tiempo para reflexionar y autoevaluarte. Sé crítico y rectifica cuando debas. Cuando tus colaboradores vean que eres exigente contigo mismo, también lo serán con ellos.
  16. Comunicar: Trasmite tus ideas de forma clara. Repite el proceso si es necesario. Se claro con las expectativas. Si necesitas ayuda, busca quién te aconseje o te guíe (coaching o mentoring). Es fantástico tener muy buenas ideas pero luego no saber comunicarlas es nefasto. Comunicar no es hablar ni explicar. Va mucho más allá. Y recuerda que la mayor parte de tu comunicación es no verbal. Si no encaja con tu comunicación verbal, tu mensaje jamás será interiorizado por tus colaboradores.
  17. Recompensar/Reconocer: Reconoce y recompensa el esfuerzo, el trabajo duro, los logros. No me refiero con dinero ni con “palmaditas” en la espalda. Agradece, haz sentir importante a la persona en el grupo y en la empresa. En privado y públicamente.
  18. Predicar: Con el ejemplo, está claro. Haz siempre lo que dices que vas a hacer. No hay mayor estafa que intentar engañar a tu equipo con palabras que contradicen tus acciones. Se coherente y consecuente. Y responsable de tus acciones. Siempre.
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