Los siete hábitos saludables de un digital worker

Los siete hábitos saludables de un digital worker

Todos estamos cada vez más concienciados de la necesidad de hábitos de vida saludables (en cuanto a alimentación, ejercicio, horas de sueño….) pero también son posibles en el terreno laboral, de hecho hoy me referiré a los siete hábitos saludables de un digital worker. Se trata de dejar atrás el estrés y la ansiedad, esa sensación de que el tiempo no cunde y sería necesario duplicarse para poder realizar el trabajo.
3 May 2018

En la actualidad muchas organizaciones padecen males de este tipo, que les impiden competir y crecer al ritmo que deberían. Los ejemplos más recurrentes son la “reunionitis”, la “correopatía crónica” y la “seguimientosis”; todos ellos afectan especialmente a la productividad de los empleados, a quienes priva de gran cantidad de tiempo y les aporta, a la vez, enormes dosis de frustración.

Los síntomas que manifiestan las organizaciones aquejadas de ellos son cada vez más evidentes: se vuelven lentas y complicadas de gestionar y su clima laboral también se resiente. Muchos de los empleados declaran que no disponen de las herramientas necesarias para hacer su trabajo, otros que no tienen suficientemente claro lo que se espera de ellos, y los que sí lo saben, a menudo, encuentran barreras para realizarlo.

Y si bien la tecnología es una buena medicina para algunos de estos problemas, también es cierto que, como pasa con todos los medicamentos, un mal uso o abuso de ellos puede acarrear males mayores. Es el momento, por tanto, de olvidar viejas costumbres y establecer nuevos hábitos que nos ayuden a reaprender a trabajar, colaborar y comunicarnos. La solución viene de mano del digital worker y estos siete hábitos:

  1. Optimización del uso del correo electrónico. Hoy en día, invertimos gran cantidad de tiempo en leer, procesar y gestionar la información que se recibe por esta vía y, en realidad, no toda esa información es precisa o relevante. Se requiere aligerar la comunicación con alternativas como el chat y dirigirse solo a las personas realmente necesarias para evitar la saturación del correo.
  2. Se imponen los smart meetings. Es obvio, las reuniones de un trabajador inteligente son inteligentes también: tienen una agenda clara y preparada con antelación, y el tiempo y el espacio no son elementos limitantes sino flexibles porque la tecnología aporta la agilidad necesaria.
  3. Almacenamiento seguro de la información. Ésta es un recurso muy valioso para el digital worker, por eso la guarda de manera óptima, la clasifica en base a criterios determinados para poder encontrarla con facilidad y la comparte de forma responsable, en aras de la seguridad y la eficiencia.
  4. Impulso del conocimiento colectivo del equipo. Para ello el digital workerse sirve de las TIC y el resultado optimiza la gestión del feedback y facilita las actualizaciones.
  5. Automatización de las tareas repetitivas. La tecnología también ayuda al digital worker a no perder tiempo en trabajos recurrentes como los informes o el seguimiento, y facilita cuadros de mando orientados a los elementos que son clave para el negocio.
  6. Potenciación de la autonomía. El nuevo perfil de trabajador cada vez dispone de más capacidades y herramientas para resolver incidencias y consultas sobre su espacio de trabajo sin depender de otros y, por tanto, aprovecha mejor su tiempo para trabajar con la máxima productividad.
  7. Y, por último, total movilidad, con acceso permanente y flexible, en cualquier momento y desde cualquier lugar y dispositivo, a las herramientas e información necesaria para realizar sus tareas.

En definitiva, una nueva forma de trabajar es posible. Pero es importante tener en cuenta que la tecnología debe ser el medio, no el fin. Además, debe adaptarse a las necesidades de los perfiles funcionales de la organización, igual que el tratamiento médico se personaliza para cada paciente.

La transformación del puesto de trabajo es tan relevante que afecta a todos los ámbitos de la organización, ya que cuando se implantan los nuevos hábitos mencionados, algo cambia en el ADN de las empresas, en su cultura corporativa. Y esta nueva forma de trabajar tiene un impacto exponencial en una empresa que se nutre de trabajadores digitales, ya que las nuevas prácticas se contagian dentro de la organización: se hacen virales. La productividad, la eficiencia y la creatividad colectiva se multiplican. Y eso es algo que, como dice el anuncio de los yogures, las empresas notan por dentro y los clientes notarán por fuera.

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