Diez razones por las que los buenos profesionales abandonan sus empresas

Diez razones por las que los buenos profesionales abandonan sus empresas

Los conflictos con un jefe inmediato son una de las razones más frecuentes para desear abandonar una empresa.
29 September 2017

Si alguna vez ha tenido la sensación de que siempre se van los mejores trabajadores de su empresa, ha llegado el momento de realizar un análisis sobre cuál puede ser la causa de este abandono.

Llevando este abandono a un caso extremo, que se vayan los mejores puede significar que se queden los peores, y esto, “evidentemente, es el principio del fin de una empresa”, apunta David Monge, director general de la compañía de Recursos Humanos, Nexian.

Según Monge, “siempre hay un índice razonable de abandono que varía en función de la empresa y/o su sector”. Pero, “por encima de ciertos índices, deben sonar las alarmas y plantearnos si está ocurriendo algo que escape a nuestro conocimiento y que pueda llevar a la empresa a la pérdida del imprescindible capital humano”.

La salida de un profesional de una empresa no ocurre de la noche a la mañana. El empleado comienza por dudar de la forma en la que la empresa toma sus decisiones, continua con una fase más o menos lenta de desconexión, y concluye con el abandono de la misma. Sin embargo, si bien este proceso puede durar de media entre 6 y 12 meses, son muchos los directivos incapaces de reconocerlo.

En muchas ocasiones el profesional encuentra una propuesta mejor fuera de la compañía. Sin embargo, cuando se llega a este punto, el 90 % de los profesionales ya han tomado la decisión de abandonar la empresa.

Ante esta situación, Nexian ha elaborado un decálogo de las principales razones por las que un empleado abandona su empresa.

1. Expectativas incumplidas. Puede ocurrir -según explica David Monge- que el empleado sea poco realista en sus expectativas. Sin embargo, es responsabilidad de la compañía presentar al empleado un panorama claro y objetivo de cuál será su futuro en la empresa y qué espera cada parte de la otra.

2. Desajuste entre el profesional y el puesto. En el mercado laboral español es frecuente contratar profesionales con capacidades por encima de las necesidades del puesto. Este hecho genera, según Monge, que el 80 % de los empleados piensen que no utilizan sus capacidades a diario, lo que se traduce en frustración o aburrimiento. En el fondo de esta política de contratación subyace la idea de que es el profesional quien debe adecuarse al puesto, y no al contrario, cuando la verdadera batalla de las empresas está en contratar a los mejores e impulsarles a desarrollar sus capacidades al máximo.

3. Falta de seguimiento y apoyo. El buen empleado necesita saber hacia dónde va la empresa, qué se espera de él, cómo se valora su trabajo, etc. Es tarea del directivo reunirse con cada integrante del equipo para expresarle qué espera la compañía de ellos en un determinado plazo de tiempo en términos de resultados específicos, realistas y medibles, valorar su desarrollo y fijar nuevas metas a alcanzar.

4. El favoritismo y la falta de meritocracia. “Uno de los peores males de una empresa es no premiar correctamente el esfuerzo y trabajo de un equipo o profesional”, asegura Monge. Esta es una de las cuestiones que más impactan en la reducción de la lealtad hacia la empresa y que más aumentan los niveles de estrés e inseguridad laboral, por lo que es clave manejarlo adecuadamente.

5. Falta de un Plan de Carrera. Lograr la fidelidad de un empleado significa, en buena medida, ofrecerle unas perspectivas de futuro reales y satisfactorias.

6. Sentirse infravalorado. Con frecuencia las empresas pierden empleados por la simple falta de empatía entre las personas, la poca atención al trabajo de un empleado, el desconocimiento del trabajo realizado o la incapacidad para diferenciar un rendimiento mediocre de uno extraordinario.

7. La sobrecarga de trabajo. La sobrecarga continuada de trabajo se traduce en gran número de casos en desorganización, estrés, horas extras sin sentido, horarios inflexibles y, en muchos casos, conflictos personales que derivan en inseguridad e insatisfacción para los empleados. Está demostrado, según Monge, que una situación de estrés permanente reduce la productividad de los empleados y sus deseos de permanecer en la compañía.

8. Pérdida de confianza en sus superiores. La relación entre la dirección y el empleado son claves. “Es más probable que los buenos empleados permanezcan en la empresa si tienen un jefe al que respetan y que les apoya, que aquellos que sufren la falta de confianza de un superior, su falta de contacto con la realidad del día a día, su falta de interés personal, su mala gestión o comunicación o su falta de consideración y aprecio”, afirma Monge.

9. Difícil relación con superiores o compañeros. Los conflictos con un jefe inmediato o con determinados compañeros, y la falta de opciones para sortear este problema, es también una de las razones más frecuentes para desear abandonar una empresa.

10. Falta de compensaciones justas. En este caso se incluyen tanto compensaciones tangibles, como el propio salario, como intangibles: formación, oportunidad de aprender, crecer y conseguir metas, conciliación de vida familiar y laboral, etc.

Fuente. RRHHpress

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