El Ministerio de Empleo y Seguridad Social revela por primera vez el verdadero dato de muertes por accidente de trabajo

El Ministerio de Empleo y Seguridad Social revela por primera vez el verdadero dato de muertes por accidente de trabajo

Los datos oficiales han estado ocultando alrededor de un 10% de los fallecimientos desde hace muchos años
30 Noviembre 2017

Las personas "normales" imaginan - ingenuamente - que cuando en una estadística oficial de accidentes de trabajo se dice que en un período determinado se han producido X accidentes de trabajo mortales, eso significa que han fallecido X personas en accidente de trabajo. Pues en España, no es verdad.

El Ministerio de Empleo y Seguridad Social (MEYSS) tiene por costumbre contabilizar como mortales exclusivamente aquellos accidentes cuyo parte de accidente los califica como mortales, no incluyendo en sus cifras aquellos casos en los que el accidente fue inicialmente calificado como grave (o incluso leve) pero posteriormente han acabado provocando el fallecimiento de la persona accidentada. Aunque es bien conocida, la cifra total de fallecidos nunca se divulga. Pero esto acaba de cambiar.

La publicación anual que elabora el MEYSS sobre la estadística de accidentes de trabajo ha incorporado en la edición correspondiente al año 2016 (cuyo texto completo adjuntamos), un nuevo apartado dedicado principalmente a la duración de las bajas, como indica el título del apartado: J. Duración de las bajas de accidente de trabajo.

Y, efectivamente se dan datos sobre esta cuestión, aunque sin diferenciar entre accidentes leves, graves y mortales, algo que hubiera sido fácil y que hubiera aportado información de interés, pero lo verdaderamente llamativo se encuentra en las tablas dedicadas a los "ACCIDENTES DE TRABAJO CON BAJA EN JORNADA, SEGÚN DÍAS DE DURACIÓN DE LA BAJA Y FALLECIMIENTOS".

Se trata de una serie de tablas (once en total) en la que se analizan los datos de siniestralidad según diversas segmentaciones: por comunidad autónoma y provincia, por sector, sección y división de actividad económica, por ocupación, por sexo y edad,... Siguen a estas otras cuatro tablas en las que se recogen los mismos datos referidos a los accidentes in itinere.

La sorpresa llega cuando se compara el número de fallecimientos recogido en dichas tablas con el de accidentes mortales contabilizados en el apartado correspondiente (tabla ATR-A.1.1) de la misma publicación. La tabla siguiente muestra los datos:

O sea, que en el año 2016 se produjeron 629 accidentes mortales, pero fallecieron 693 personas. Ello significa que hay accidentes que no se declaran como mortales pero que acaban produciendo el fallecimiento del trabajador/a accidentado. Y su número no es despreciable: representa alrededor del 10% de los mortales declarados.

Para quienes seguimos este asunto desde hace muchos años los datos anteriores no son ninguna sorpresa. Lo sorprendente es que el MEYSS se haya decidido a hacerlos públicos después de muchos años de conocerlos perfectamente y mantener sobre ellos un discreto silencio. Hagamos un poco de historia.

El 29 de diciembre de 1987 el BOE publicó la Orden del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de 16 de Diciembre de 1987 mediante la que se establecían nuevos modelos para la notificación de accidentes de trabajo y se daban instrucciones para su cumplimentación y tramitación. De esta forma se sustituía el viejo parte que databa de 1969 y se introducía un nuevo modelo que exigía una más detallada descripción del accidente y sus circunstancias, lo que había de permitir una mejora sustancial de la información estadística derivada del análisis del conjunto de partes. El Ministerio - entonces de Trabajo - hizo honor a su nombre y trabajó duro para mejorar la información estadística derivada del análisis de los partes, que muy pronto adquirió una riqueza nunca vista hasta entonces.

Gracias a esta mejora, en 1992 se publicó en la revista Salud y Trabajo un artículo1 en el que se analizaba la nueva información disponible gracias al nuevo parte. Algunos datos, por lo novedosos, resultaron sorprendentes: así, se destacaba que los trabajadores temporales se accidentaban tres veces más que los fijos, un dato hasta entonces desconocido y que años más tarde fue corroborado por estudios de mucha mayor enjundia2. Un dato que, por cierto, sigue sin merecer el interés del MEYSS, que no trata el tema en su publicación.

También se ponía de manifiesto - por primera vez - que los fallecimientos de trabajadores/as a consecuencia de accidentes inicialmente calificados como graves no se incluían en la cifra de "accidentes mortales", conduciendo a un "maquillaje" de la cifra de estos últimos que representaba el escamoteo de alrededor del 10% de los fallecimientos causados por accidentes de trabajo.

Los datos para constatar tal proceder se encontraban en la propia publicación del Ministerio en la que se daba cuenta de las estadísticas de accidentes de trabajo, aunque prudentemente alejadas de las cifras principales.. Bastaba con leerla en profundidad para descubrir una tabla (figura 1) en la que se informaba de la "causa del alta", siendo una de las posibles el fallecimiento. Y un número no despreciable de accidentes graves (alrededor del 1%) tenían como causa del alta el fallecimiento. Pero, igual que ahora, su número no se incorporaba al de "mortales" porque solo se contabilizaban como tales los que habían generado un parte de "mortal".

                                       Figura 1. Tabla A.IV.13 de la Estadística de Accidentes de Trabajo de 1992.

Los datos que permitían acceder a la información sobre la causa del alta dejaron pronto de publicarse, coincidiendo con la introducción del sistema Delta, pero en el año 2004 un grupo de investigadores liderado por el profesor Benavides de la universidad Pompeu Fabra de Barcelona retomó el tema con mucho mayor rigor científico3.

Para ello recopilaron todos los partes de accidente de trabajo calificados como graves producidos en Cataluña entre los años 1994 y 1998 (7330 en total) y a través del Registro de Mortalidad de Cataluña verificaron si las personas accidentadas habían o no fallecido. En los casos en los que se había producido el fallecimiento (117) analizaron si era probable que este se hubiera producido a consecuencia del accidente de trabajo sufrido. La conclusión fue que en 69 casos el fallecimiento había sido muy probablemente consecuencia del accidente. Dicha cifra representaba aproximadamente el 1% de los accidentes graves registrados, cifra muy aproximadamente coincidente con la publicada en 1992.

Como en el citado período el número de accidentes mortales "oficiales" había sido de 776, los 69 casos identificados representaban muy aproximadamente el 10% de aquellos, coincidiendo también con lo que bastantes años antes había adelantado el artículo al que hemos hecho referencia más arriba.

En resumen, respecto a los accidentes de trabajo mortales probablemente son todos los que están en la estadística pero, desde luego, no están todos los que son. Aunque ahora podemos saber el total de fallecimientos. Algo es algo.

Los abundantes problemas de calidad de la estadística de accidentes de trabajo podrían eliminarse si su elaboración se atribuyera al Instituto Nacional de Estadística, que no solo dispone de excelentes profesionales sino que además está comprometido a respetar el Código de buenas prácticas de las estadísticas europeas4. Pero no parece probable que eso ocurra.

REFERENCIAS

1 Castejón, E. Accidentalidad laboral en España. Algunos resultados de la explotación del nuevo parte de accidente de trabajo. Salud y Trabajo. 1992: 90, 2, 4-11.

2 Boix, P. et al. Modalidades de contratación y siniestralidad laboral en España en el período 1988-1995. MAPFRE SEGURIDAD, 1998: 69, 15-27.

3 Benavides, F.G. et al. Underreporting of fatal occupational injuries in Catalonia (Spain). Occup. Med. 2004:54:110-114

4 http://www.ine.es/ss/Satellite?L=es_ES&c=Page&cid=1254735905273&p=125473...

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