Políticas públicas y promoción de la salud en el trabajo: Colombia 1993 - 2018

La estrategia de Promoción de la Salud en el Trabajo (PST) ofrece importantes alternativas frente a las problemáticas de salud en el mundo. Según la Red Europea de Promoción de la Salud en el Trabajo, esta estrategia se refiere a: “aunar los esfuerzos de los empresarios, los trabajadores y la sociedad para mejorar la salud y el bienestar de las personas en el lugar de trabajo”. Con esta ponencia se presenta un balance de las políticas públicas formuladas en Colombia en los últimos 25 años en relación con la PST. Las evidencias permiten concluir que existen importantes logros pero también falencias. Hay un creciente desarrollo legislativo nacional y existen experiencias considerables a nivel de gestión de los gobiernos locales, empresarios y trabajadores. No obstante, persisten problemas en todo el sistema, en especial en las formas de priorización, focalización y coordinación. Aún hay un notorio énfasis en el desarrollo de habilidades y responsabilidades individuales, centradas básicamente en la prevención y atención de enfermedades y accidentes relacionados con el trabajo. La PST aún no tiene un espacio propio en la agenda ni suficiente estructura institucional, ni reconocimiento cultural para ser considerada en Colombia como un asunto prioritario. Es necesario fortalecer el liderazgo, la cultura, la participación y el compromiso de todos los actores: a nivel intersectorial entre el sistema de salud, el sistema de riesgos laborales, gremios, empresarios y los propios trabajadores e instancias de gobierno nacional, regional y local.
Autor principal: 
Luzetty
Chaves Bazzani
Universidad Militar Nueva Granada
Colombia
Coautores: 
Jorge Eliécer
Fernández Rubio
Escuela Superior de Administración Pública
Colombia
Introducción: 

La promoción de la salud de acuerdo a Nutbeam (1998) es un “proceso político y social global que abarca no solamente las acciones orientadas directamente a fortalecer las habilidades y capacidades de los individuos, sino también las dirigidas a modificar las condiciones sociales, ambientales y económicas, con el fin de mitigar su impacto en la salud pública e individual”. El autor señala que es un propósito que permitiría a las personas incrementar su control sobre los determinantes de la salud y de ésta manera mejorar su salud.

Con los planteamientos formulados en la Carta de Ottawa (1986) en la Primera Conferencia Internacional sobre la Promoción de la Salud, se establecieron bases para su conceptualización y práctica. En éste documento se plantean como ejes de la promoción de la salud: la elaboración de una política pública sana, la creación de ambientes favorables, el reforzamiento de  acción comunitaria, el desarrollo de las aptitudes personales y la reorientación de los servicios sanitarios. Se enfatiza en la salud como un concepto positivo que no concierne de manera exclusiva al sector de la salud. Las conferencias de promoción de la salud que se han realizado a partir de ese entonces, han hecho énfasis en la importancia de las alianzas intersectoriales y han insistido en que los entornos sociales y de ambiente físico son factores que potencian la salud, siendo necesario un abordaje desde los determinantes de la salud.

La promoción de la salud en el trabajo (en adelante PST) es definida por la Organización Panamericana de la Salud como “la realización de una serie de políticas y actividades en los lugares de trabajo, diseñadas para ayudar a los empleadores y trabajadores en todos los niveles, a aumentar el control sobre su salud y a mejorarla, favoreciendo la productividad y competitividad de las empresas y contribuyendo al desarrollo económico y social de los países” (OPS,2000). 

Eslava (2006) señala que las diversas definiciones propuestas en el mundo, caracterizan a la promoción de la salud en tres sentidos. En primer lugar como orientación de política internacional para intervenir sobre el entorno y modificar estilos de vida. En segundo lugar, como conjunto de acciones y procesos para que las comunidades y los individuos estén en condiciones de ejercer más control sobre los determinantes de la salud. Y finalmente, como dimensión que toma como eje la salud en un sentido positivo con el fin de mantener las condiciones de salud y garantizar condiciones de bienestar.

La promoción de la salud se relaciona con la adopción de hábitos saludables (actividad física y alimentación saludable, entre otros aspectos) y fomento de ambientes saludables. En el mundo cada año mueren aproximadamente 38 millones de personas por causa de enfermedades crónicas (Riley et al. 2016) tales como afecciones cardiovasculares, pulmonares, cáncer y diabetes, enfermedades que podrían disminuir su prevalencia con la implementación de las acciones y disposición de recursos desde procesos de promoción de la salud. Esta situación evidencia la necesidad de generar alternativas que favorezcan la capacidad de los individuos para cuidar su propia salud, a través de los lugares de trabajo.

La creación de la Red Europea de Promoción de la Salud en el Trabajo en la década de los 90, fue un hito en desarrollo global de políticas y acciones tendientes a destacar y fortalecer la promoción de la salud ya propiamente en los entornos laborales. Con la publicación de la Declaración de Luxemburgo en 1997, se resalta la necesidad de “mejorar la organización y las condiciones de trabajo, promover la participación activa y fomentar el desarrollo individual con el fin de mejorar la salud y el bienestar de las personas en el lugar de trabajo” (ENWHP, 1997). Como consecuencia de estos desarrollos y considerando las características regionales propias, se promulga en el año 2000 el documento Estrategia de Promoción de la salud en los lugares de trabajo para América Latina y el Caribe (OMS, OPS 2000). Estos planteamientos (entre otros lineamientos y recomendaciones de organismos internacionales) al ser acogidos y llevados a políticas públicas nacionales, contribuirían sustancialmente a la mejora en las condiciones de salud de las poblaciones, entendiendo, desde una perspectiva sistémica, que las políticas públicas atraviesan una dimensión temporal que permite ver al “estado en movimiento” (Höfling, 2001)

La idea central en este documento es que el conjunto de las políticas públicas de seguridad y salud en trabajo en Colombia, contemplan elementos propios de la denominada Promoción de la Salud en el trabajo generados a partir de los lineamientos internacionales, pero no se evidencian resultados desde una perspectiva potenciadora de la salud, sino más orientados hacia la prevención de enfermedades, accidentes y control de factores de riesgo. 

Metodología: 

Revisión de la concordancia entre los acuerdos internacionales con las normas legales, los planes y los proyectos en los niveles de gobierno nacional, departamental y municipal; contraste de los despliegues tecnológicos y de los dispositivos de coordinación, monitoreo y seguimiento con los enunciados de las políticas públicas; interpretación de los recursos y metodologías estadísticas y de los resultados de los indicadores de los índices de la PST y análisis de los conceptos de “promoción de la salud”, desde diferentes perspectivas.  

Resultados: 

En el año 1991 en Colombia con la reforma de la Constitución política, se introduce el derecho a la seguridad social. Esto lleva a la expedición de la Ley 100 de 1993 con la cual se crea el Sistema General de Seguridad social, que incluye los sistemas de pensiones, salud y riesgos laborales. A partir de allí se comenzaron a generar leyes, decretos y resoluciones. El Decreto Ley 1295 de 1994 que incluye un capítulo denominado “Prevención y promoción de riesgos profesionales”, se orienta a “garantizar la seguridad y prevención de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales”, y defiende las sanciones en caso de incumplimiento (Ministerio de Trabajo, 1994).

En el año 2001 inicia el proceso de formulación de la Política pública que introduce el concepto de protección en el mundo del trabajo en Colombia. Su consolidación se logra luego de la implementación de tres planes nacionales:

  • Plan Nacional de Salud Ocupacional, 2003 – 2007, introdujo el énfasis de formación de una cultura de la seguridad y de la salud en el trabajo. Priorizó los procesos de enseñanza-aprendizaje acerca del autocuidado, la promoción de la salud a través del proceso educativo de los trabajadores. Son importantes las metas de formación incluidas en la red de formación para el trabajo en especial para los programas de formación tecnológica, por ejemplo, programa de bienestar al aprendiz incluye medidas multidimensionales que garanticen el bienestar integral de los aprendices en los lugares de trabajo donde aprenden (SENA, 2019).
  • Plan Nacional de Salud Ocupacional, 2008-2012, fortaleció “la promoción de la salud de los trabajadores y la prevención de los riesgos para disminuir la frecuencia y severidad de los accidentes de trabajo y enfermedades profesionales” (Ministerio de la Protección Social, 2009). AL respecto, la Ley 1562 de 2012 hizo mención al Fortalecimiento de la prevención de los riesgos laborales en las micro y pequeñas empresas en el país.  Se señaló que las Administradoras de Riesgos laborales “fortalecerán las actividades de promoción y prevención en las micro y pequeñas empresas que presentan alta siniestralidad o están clasificadas como de alto riesgo” (Ministerio de Trabajo, 2012).
  • Plan Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo, 2013 – 2021. Su implementación previó los ejes de la Política pública para la Protección de la Salud en el mundo del Trabajo del año 2001 y su articulación con el Plan Decenal de Salud Pública en la dimensión “Salud y Ámbito laboral”. En el año 2017 se realizó seguimiento a dicho plan. El Ministerio de trabajo destacó entre otros aspectos, el cumplimiento de los actores involucrados; la expedición y actualización de normas; un aumento en el desarrollo de campañas y estrategias de divulgación, educación, capacitación, sensibilización (videos, afiches, cartillas, cuñas radiales, etc.) dirigidas a promover la salud y prevenir accidentes de trabajo y enfermedades laborales; la elaboración de apoyos para la implementación de los sistemas de gestión de seguridad y salud en el trabajo y el fortalecimiento a los comités seccionales y locales de salud en el trabajo. (Ministerio de Trabajo, 2017).

Los indicadores que se emplean en Colombia en lo referente al Sistema de Riesgos Laborales, son: las tasas de accidentalidad, enfermedad laboral y mortalidad. Existe información estadística de estos indicadores, que se genera anualmente, correspondiente a los trabajadores afiliados al sistema de riesgos laborales, quienes a 2017 correspondían a un 43,22% del total de la población ocupada en Colombia, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística DANE (2018).

Discusión de resultados: 

En Colombia el uso de la expresión “promoción y prevención” ha llevado a menospreciar la importancia de la promoción de la salud o a refrenar sus potencialidades”, de acuerdo a lo planteado por Eslava- Castañeda (2006).  En este mismo sentido, Muñoz y Castro, 2010 señalan que hay un tratamiento indistinto de términos como prevención de riesgos, fomento de la salud, salud ocupacional, salud y seguridad en el trabajo, que son asumidos como sinónimos  Este hecho  puede afectar, por ejemplo, la aplicación de programas estructurados con despliegues tecnológicos que priorizan áreas de rentabilidad de los mercados con el usos de estandares y prácticas de calidad homogeneas, pero descuidan la promoción de hábitos, costumbres y expresiones culturales diversas que  beneficien a los trabajadores como las prácticas de cuidado mutuo en grupos de trabajo con de rutinas saludables, modos de resolver los problemas y de produccción de soluciones técnicas.

A partir de los resultados, se observa que la normatividad en Colombia ha venido incorporando elementos relacionados con el desarrollo de la PST y comienza a evidenciar la necesidad de fortalecer la articulación intersectorial orientada a este fin.

A partir de la expedición del Código Sanitario Nacional (1979),  se reconoció la importancia de promover la salud de los trabajadores como un asunto de interés nacional Y como una condición fundamental para el desarrollo de las persona, las empresas y el gobierno. La legislación en Colombia ha introducido paulatinamente las directrices y lineamientos de orden internacional en torno a la temática.  Sin embargo la falta de claridad conceptual se ha relacionado en muchos casos con el hecho de limitar la PST a actividades de capacitación o relacionarla de manera exclusiva con acciones de prevención. Las normas expresan la intensión en el planteamiento de políticas y objetivos, se presentan y priorizan programas de “promoción y prevención”, se establecen responsables, fuentes de financiación y sanciones, pero en general no se hace referencia a los procedimientos específicos a ser desarrollados y predomina un énfasis en prevención de enfermedades y control de factores de riesgo.

Esta debilidad crea un espacio para la apropiación de los principios de la promoción de la salud propuestos en la Carta de Ottawa, y en el caso particular de la PST, en la Declaración de Luxemburgo, en donde se resalte la importancia de un enfoque promocional más que de enfermedad y riesgo.

Otro desafío que tiene el uso de los conceptos es su incidencia en los procesos de formulación, implementación y evaluación de las políticas públicas. La semántica de la coordinación entre formulación, implementación y evaluación de las políticas públicas pone en evidencia un mundo en crisis, el de las palabras y sus sentidos (García, 2014, Deubel, 2008 y Geyer, 2010). Las mismas leyes incorporan contradicciones, propician omisiones y generan duplicidades con los conceptos cuando estos no son claros, pues reproducen en la norma no solo los conflictos políticos, disciplinares e institucionales, sino las deficiencias administrativas y técnicas que afectan la implementación y evaluación de los resultados de las políticas públicas.

La trayectoria que mejor ilustra esta contradicción es el número de afiliados al sistema de seguridad social contra el número de personas que se afilian por cuenta propia al sistema de seguridad. Hay mas afiliados al sistema, pero menos empleo formal, son las personas se afilian individualmente al sistema las que incrementan los datos. La inferencia de estas estadisticas permiten concluir que la tasa de empleo formal, institucionalizado y organizado en empresas tiene una tendencia  descendente. Y que hay más y más empleados que asisten al sistema laboral individualmente. En síntesis, existe un cambio en el sistema de empleo, los trabajadores de cuenta propia, independientes y auto empleo crece aritméticamente, mientras el empleo formal desciende (BID, 2019)

En estas condiciones el número de personas que trabajan en empresas organizadas es en terminos asolutos menor. Y en esas condiciones la pregunta es, que tanto puede una organización privada, o los gobiernos, propiciar entornos saludables. Ninguna entidad del estado colombiano esta preparado para este cambio en la naturaleza del trabajo asalariado. Y mucho menos para abordar los desafíos de la salud en el trabajo, ya que los empleados trabajan más y más en sus propias casas, donde no cuentan con garantías laborales adecuadas de trabajo.

La trayectoria es mas crítica si se tiene en cuenta que las políticas públicas de seguridad y salud en el trabajo, si bien tienen sólidos enunciados en la formulación, se enfrentan a otras políticas de economía macro que evidencian una baja capacidad de las instituciones del estado para coordinarlas. Por ejemplo, las políticas de empleo, orientadas por el Ministerio de trabajo tienen bajas capacidades de coordinación en la implementación con otras entidades como el Ministerio de Salud y Seguridad Social. La falta de estadísticas sobre la seguridad y salud en el trabajo denotan que existe una muy baja capacidad para evaluar sus resultados, del empleo, la salud, para la salud en el trabajo formal, y peor aún en el trabajo informal. Como resultado las políticas públicas formuladas en Colombia requieren de nuevos instrumentos de coordinación para que los propósitos de promoción de la salud y entornos laborales se hagan realidad, y que sobre todo consulten con el cambio de las realidades sociales, económicas y culturales que vive el país.

Conclusiones: 

Si bien a partir de los lineamientos y avances generados, los organismos internacionales han logrado influir sobre los países y junto a otras políticas gubernamentales se han evidenciado algunos logros relacionados con la salud de los trabajadores, no se evidencian impactos con indicadores propios de la promoción de la salud.

En el caso de la legislación colombiana, se ha avanzado en la inclusión de los contenidos de las directrices internacionales sobre PST, pero aún se evidencia falta de claridad conceptual y de desarrollo de políticas orientadas al bienestar del trabajador más que a la productividad y fortalecimiento económico, limitando la acción de la PST a actividades de capacitación.

Persiste una orientación hacia el desarrollo de habilidades y responsabilidades individuales, centradas básicamente en la prevención de la enfermedad.  Y se plantean reiterativamente programas de promoción de la salud con una visión orientada al riesgo, con un enfoque unicausal de la seguridad y salud en el trabajo. Este énfasis obstruye la identificación de los factores que pueden favorecer la salud de los trabajadores.

La PST aún no tiene un espacio propio en la agenda ni suficiente estructura institucional, ni reconocimiento cultural para ser considerada en Colombia como un asunto prioritario.  Es necesario fortalecer el liderazgo, la cultura, la participación y el compromiso de todos los actores: a nivel intersectorial entre el sistema de salud, el sistema de riesgos laborales, gremios, empresarios y los propios trabajadores e instancias de gobierno nacional, regional y local. 

Agradecimientos: 

A la Universidad Militar Nueva Granada UMNG, a la Escuela Superior de Administración Pública ESAP y a la Universidad Nacional de Colombia, por que permitieron soñar con la posibilidad de hacer proyectos conjuntos, pese a las dificultades.

Referencias bibliográficas: 
  • Nutbeam D. (1998). Glosario de Promoción de la Salud. Centro Colaborador de Promoción de la Salud, Departamento de Salud Pública y Medicina Comunitaria, Universidad de Sydney, Australia. Organización Mundial de la Salud. Ginebra.
  • Organización Mundial de la Salud (1986). Carta de Ottawa para la promoción de la Salud. Primera Conferencia Internacional para la Promoción de la Salud [Internet].
  • Organización Panamericana de la Salud, Organización Mundial de la Salud. (2000).  Estrategia para el fortalecimiento de la promoción de la salud en los lugares de trabajo en América Latina y el Caribe. Anexo 6. Relatoría Taller Estrategia de promoción de la salud en los trabajadores en América Latina y el Caribe Temas: Empresas, centros y puestos de trabajo saludables [Internet]. 2000:[23 p.].
  • Eslava-Castañeda, JC. (2006). Repensando la Promoción de la Salud en el Sistema General de Seguridad Social en Salud. Rev. Salud pública. 8 (Sup. 2): 106-115.
  • Riley, L., Guthold, R., Cowan, M., Savin, S., Bhatti, L., Armstrong, T., & Bonita, R. (2016). The World Health Organization STEP wise Approach to Noncommunicable Disease Risk-Factor Surveillance: Methods, Challenges, and Opportunities. American Journal of Public Health, 106(1), 74–78. doi:10.2105/AJPH.2015.302962
  • Red Europea de la promoción de la salud en el trabajo (1997). España, Ministerio de empleo y seguridad social. Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo. Declaración de Luxemburgo.  
  • Colombia. Ministerio de Trabajo. Decreto Ley 1295 de 1994. Por el cual se determina la organización y administración del Sistema General de Riesgos Profesionales. Bogotá.
  • Servicio Nacional de Aprendizaje SENA (2019), Política de fomento del bienestar y liderazgo del aprendiz.  ​
  • Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Ley 1562 de 2012. Por la cual se modifica el sistema de riesgos laborales y se dictan otras disposiciones en materia de salud ocupacional. Bogotá.
  • Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (2107). MinTrabajo hace seguimiento a la implementación del Plan Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo.
  • DANE, Departamento Administrativo Nacional de Estadística DANE (2018)
  • Muñoz, AI y Castro, E. (2010). De la promoción de la salud a los ambientes de trabajo saludables Salud Trab [Internet]. 18(2): [141-52 pp.].
  • Roth Deubel, A. N. (2008). Perspectivas teóricas para el análisis de las políticas públicas: ¿de la razón científica al arte retórico? Estudios políticos, 33, 67-91.
  • García, J. P., & Gallego, S. Y. R. (2014). El enfoque argumentativo para el análisis de políticas públicas desde la perspectiva de Frank Fischer. En Revista FORUM (Vol. 2, No. 6).
  • Geyer, R., & Rihani, S. (2010). Complexity and Public Policy: A New Approach to Twenty-first Century Politics.
  • BID, 2019, Números para el desarrollo, pulso social. Portal de datos abiertos https://www.iadb.org/en/research-and-data/sociometro-bid . 

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