Resultados y Reflexiones a dos años de aplicación del ISTAS, experiencia en un Servicio público chileno

Con la promulgación de la normativa legal, el Servicio de Salud Ñuble se enfrenta a la necesidad de medir y gestionar los factores psicosociales, lo que constituye un desafío considerando la particularidad de la cultura caracterizada por la alta carga asistencial, especialización, sistema de turnos, y la presencia de mujeres como fuerza principal de trabajo. Luego de dos años de trabajo, la principal conclusión es la necesidad de mirar la gestión de riesgos psicosociales sistémicamente. Más allá de los resultados del cuestionario, la intervención necesariamente debe ir ligada a las variables mediadoras y moderadoras tales como el apoyo social y el liderazgo, las que, a la hora de generar los grupos de discusión, son las mayormente percibidas como influyentes frente a la posibilidad de conciliar las responsabilidades laborales y familiares. Esto, resulta iluminador al plantear las intervenciones, ya que, si deseamos una gestión de calidad sobre el tema, no solo se debe luchar por la disponibilidad de servicios de jardines infantiles y centros escolares, sino que también debe fortalecerse el trato y las buenas prácticas sobre conciliación, ya que el instrumento de medición mide percepciones, no disponibilidad de servicios.
Tema secundario: 
Autor principal: 
Claudia Andrea
Jiménez Toro
Servicio Salud Ñuble
Chile
Introducción: 

 

El Servicio de Salud Ñuble (SSÑ) es un organismo funcionalmente descentralizado. Le corresponde la articulación, gestión y desarrollo de la Red Asistencial correspondiente, para la ejecución de las acciones integradas de fomento, protección y recuperación de la salud, como también la rehabilitación y cuidados paliativos de las personas enfermas. Contempla sus establecimientos dependientes, establecimientos municipales de atención primaria de salud y los demás establecimientos públicos o privados que mantengan convenios. La Red Asistencial debe colaborar y complementarse con otros Servicios e instituciones públicas o privadas, a fin de resolver adecuadamente las necesidades de salud de la población

 

Respecto a los establecimientos dependientes, que son los involucrados en el presente estudio, el SSÑ cuenta con 9 establecimientos: 1 Hospital de alta complejidad, 1 de mediana complejidad, 5 comunitarios, un Centro de Atención Primaria de Salud y la Dirección del Servicio, del cual dependen Dispositivos y el Servicio de Gestión Prehospitalaria SAMU, contando con más de 4000 trabajadores. Abarca toda la Provincia de Ñuble (futura región), la que cuenta con una superficie de 13.178,5 km², 21 comunas y 441.604 habitantes.

 

Ahora, entrando en materia, la gestión de los riesgos psicosociales en la institución deriva de la normativa legal asociada, y que ha venido a dar un giro en la concepción habitual de los riesgos en el trabajo. Este procedimiento fue encargado por el Ministerio de Salud al ISP, y, antes de regir con obligatoriedad, los Servicios de Salud a nivel nacional fueron llamados a comprometerse en el piloto de los años 2013 y 2014. En este contexto, el SSÑ aplica el cuestionario en su versión breve, sin planes de mejora locales, contando con un plan centralizado manejado desde el Organismo Administrador del Seguro de la Ley 16.744 (en adelante OAL).

 

La aplicación formal del protocolo inicia en el año 2016, estando la ejecución del mismo inserto en los Compromiso de Gestión, en el convenio de Alta Dirección Pública y en el Plan Trienal del Instructivo Presidencial Buenas Prácticas Laborales en el Estado, por lo que la institución se motiva por cumplir con los requerimientos de la gestión gubernamental

 

Los resultados obtenidos hasta la fecha, incluyendo el piloto, muestran que la dimensión en riesgo es la “doble presencia”, repitiéndose en las reevaluaciones ejecutadas incluso en 2017. Las estrategias de abordaje en una primera instancia consistieron en intervenciones tales como: talleres con madres y padres funcionarias, manejo del estrés frente a dificultades en la conciliación, o bien, realización de actividades dónde se invita a los niños a acercarse a los lugares de trabajo de sus padres o a paseos recreativos.

 

Bajo el principio de participación establecido por el protocolo, donde se estipula consultar a los funcionarios acerca de cuáles creen ellos que son las medidas que se debiesen implementar, y que lamentablemente no han tenido una resolución exitosa, se mencionan: flexibilidad horaria, inviable para quienes realizan sus labores en sistemas de turnos; contar con permisos especiales frente a situaciones emergentes, tales como reuniones de apoderados, celebraciones del día de madre/padre y cumpleaños de los hijos; entre otras. Iniciativas como estas al ser levantadas a la autoridad formal, encuentran su rechazo por no ser viables en base a la normativa legal vigente y al sistema de trabajo en si (salud pública).

 

La experiencia que se expone en el presente documento además de mostrar los resultados obtenidos, en el apartado discusión describe un análisis sistémico de la gestión del riesgo psicosocial en el SSÑ, en base a la teoría de los Arquetipos Sistémicos (Peter Senge). Tal análisis se basa en lo obtenido y sistematizado a través de los grupos de discusión implementados y que son parte del pan de trabajo del mismo protocolo, que han servido para visibilizar las necesidades sentidas y reales por quienes conformamos esta institución

Metodología: 

El año 2016, y luego de participar de las experiencias piloto, se formaliza el trabajo respecto a la medición, análisis e intervención en Riesgos Psicosociales, acorde a la normativa legal vigente. Para la medición se utilizó el cuestionario SUSESO-ISTAS/21, instrumento validado en Chile para la medición de factores psicosociales en el trabajo, en su versión breve (21 preguntas).

 

La aplicación estuvo a cargo de los Comités de Aplicación – Comités Psicosociales – conformado en cada uno de los establecimientos para estos fines, los que están compuestos por: Referentes de RRHH, Calidad de Vida Laboral, Representantes de las Asociaciones Gremiales, Prevencionistas de Riesgo, Representante CPHyS, entre otros, respaldados bajo resolución exenta de cada establecimiento.

 

Cada comité generó un plan de trabajo (carta Gantt) estableciendo las distintas etapas del proceso en base a los lineamientos entregados por la Referente Técnico en reuniones ejecutadas con cada comité en los meses de enero y febrero 2016. Los procesos de sensibilización se ejecutaron en el mes de marzo, para luego implementar la evaluación en abril 2016, proceso que se ha repetido en la evaluación del 2017.

 

La participación del estudio, como lo señalan los lineamientos establecidos en el Protocolo, fue de carácter voluntario, siendo uno de los principios para el trabajo velar por el anonimato y la confidencialidad. 

 

Resultados: 

En la medición del 2016, de un universo de 3643 funcionarios (dotación a marzo 2016) se logra encuestar a 2768, lo que corresponde a un 75.98% de cobertura. La distribución en cuanto a alcance y resultados se exponen en la tabla n°1 adjunto, la que desglosa por los 8 de los 9 establecimientos dependientes del SSÑ, quedando fuera el CESFAM Violeta Parra, donde no se aplica la medición por condiciones especiales (normalización del centro en fecha de aplicación)

En vista de los resultados, y como plan de trabajo, el SSÑ se comprometió a gestionar un Procedimiento de Conciliación, y una Política de Buen Trato, las que vieron la luz a fines del 2016, junto con iniciativas locales, compiladas en un Plan de Intervención Local de responsabilidad de cada establecimiento, y para lo cual, contaron con apoyo financiero desde el presupuesto institucional. El resumen del cumplimiento de los planes antes mencionados se detalla en la tabla 2.

En el primer semestre del año 2017, y en base a las modificaciones del protocolo y orientaciones entregadas por el OAL (ACHS), se reevalúa a 5 establecimientos, mostrando realidades disímiles: 3 resultaron sin riesgo y dos mantienen doble presencia alterada, ingresando a Programa de Vigilancia.

 

De los 1283 funcionarios que componen el universo a reevaluar, se logró encuestar a 869, lo que representa un 67,73% de cobertura, detalle que se muestra en la  tabla 3

Cabe destacar que dentro de las modificaciones legales emanadas por la Superintendencia de Seguridad Social (SUSESO) estuvo la disminución del porcentaje de cobertura requerido para validez de resultados (baja de 70 a 60%) y el cambio en una de las preguntas de la Dimensión Doble Presencia, donde se cambia la referida a carga (Si está ausente de su casa las tareas se quedan sin hacer) por una relativa a Preocupación (¿Hay situaciones en las que debería estar en el trabajo y en la casa a la vez?)

 

Los establecimientos que resultaron Sin Riesgo elaboraron sus planes de intervención proyectando un periodo de 24 meses (los que entrega el Protocolo para la reevaluación), considerando dos fases: plan inicial con cumplimiento a diciembre 2017 y la segunda parte a diciembre 2018.

 

Los establecimientos que ingresan a Vigilancia Epidemiológica de Riesgo Psicosocial durante el mes de Julio implementaron lo definido por la circular xxx de la SUSESO, lo que implicó como primer paso la revaluación con el cuestionario SUSESO-ISTAS/21 en su versión extendida (142 preguntas). En este momento cuentan con sus resultados, y el trabajo posterior está a la espera de lo definido por el Organismo Administrador de la Ley 16.744, siendo la responsabilidad de la ejecución de las vigilancias responsabilidad de los mismos según lo dispuesto en la normativa legal vigente. 

Discusión de resultados: 

Uno de los temores al iniciar el proceso fue el de la baja participación, lo que fue refutado. Las y los funcionarios se interesan en este tipo de procesos mostrando alta participación (sobre 60%), lo que tiene como contraparte la generación de altas expectativas frente a las intervenciones, las que muchas veces no se condicen con los alcances que tiene la normativa que regula el empleo público, y más profundamente aún, con la naturaleza del trabajo desempeñado

 

La dimensión doble presencia sigue apareciendo en riesgo, aunque ha disminuido en algunos establecimientos. El análisis realizado de esto deriva en que la modificación del cuestionario puede haber tenido su efecto, sin embargo, cuando se hace el análisis por sexo, edad, o el tener bajo su responsabilidad el cuidado de terceros (hijos o algún otro familiar) la dimensión vuelve a aparecer en riesgo en base a las características de estos grupos

 

Por ello, y luego de dos años de trabajo, la principal conclusión es la necesidad de mirar la gestión de riesgos psicosociales sistémicamente, por lo que utilizaré el Arquetipo “Desplazamiento de la carga” (descrito por Peter Senge), definido como aquel proceso donde existe un problema subyacente que reclama atención, y  que por ser difícil, engorroso o costoso de abordar, se termina optando por otras soluciones bien intencionadas que parecen eficaces al comienzo, porque aplacan los síntomas, pero dejan intacto el problema. Esto resulta en el empeoramiento de la situación, y además pasa inadvertido: los síntomas aparentemente desaparecen, pero a medida que pasa el tiempo el sistema pierde toda capacidad para resolver el problema en cuestión

 

Las primeras intervenciones derivadas de los resultados de la encuesta de riesgo psicosocial se asociaron a intervenciones de tipo secundaria, por ejemplo, talleres de habilidades parentales, talleres de manejo de estrés frente a exigencias laborales, paseos con los hijos de los funcionarios, etc., cuyo objetivo, más que gestionar el riesgo fue atacar el síntoma, ya que lograron de una u otra manera “visibilizar” o “demostrar” a los funcionarios que el Servicio estaba interesado en su bienestar y en de sus familias.  Si evaluamos los resultados que hemos ido obteniendo, vemos que la doble presencia la única dimensión que resulta en riesgo alto, resurgiendo en cada medición (desde el 2014 a la fecha), y, además sucede en todos los establecimientos dependientes del Servicio (9 en total). Con esto se evidencia que con las intervenciones que hemos desarrollado no hemos solucionado el problema.

 

Desde la teoría, las estructuras de desplazamiento de la carga son comunes, y entran en juego cuando hay problemas que son difíciles de abordar, y se requiere eliminar los síntomas por lo menos por un tiempo, que, en nuestro caso, es con ocasión de la medición de riesgo psicosocial por su carácter de normativa legal. En este intento es que el SSÑ elaboró un Procedimiento de Conciliación, que fue construido bajo la premisa de unificar “todas las acciones conciliatorias ya resueltas”, entiéndase con ello, permisos administrativos, flexibilidad horaria para quienes desarrollan funciones administrativas, proyectos recreativos y deportivos, incluyendo hasta los beneficios otorgados por el Servicio de Bienestar. Este concepto “multidiverso” de conciliación ha generado una dinámica de elusión, teniendo como resultados una dependencia a la generación de actividades de tipo secundarias, como los talleres y paseos recreativos antes mencionados, y a visualizar las mismas como procesos de gestión.

 

Contar con el Procedimiento ha dejado la sensación del cumplimiento - con el Servicio Civil, con el Ministerio, con el Instructivo Presidencial – pero implícita está la sensación no es la solución al problema de la doble presencia, lo que es posible observar en los grupos de discusión ejecutado tras la aplicación del cuestionario de riesgos psicosociales, y son la base para construir las medidas correctivas y planes de mejora. Cuando se pregunta a los funcionarios sobre las causas de las tensiones trabajo-familia, muchas de ellas, que son jefas de hogar y madres, básicamente señalan que las mayores dificultades a las que se enfrentan es el no tener con quién dejar bajo cuidado a sus hijos, ya que el SSÑ cumple con el derecho a Sala Cuna, pero presenta una brecha respecto al Jardín Infantil y Centros Escolares,  muchos de los funcionarios no cuentan con red de apoyo o con la posibilidad de poder pagar para que un tercero cuide a sus hijos, siendo esto fruto de preocupaciones y estrés

 

Otra fuente de tensión es el no poder estar con sus familias en momentos de necesidad o significativos, frente a esto mencionan como “reales acciones conciliatorias”, el que se les permitiese ausentarse del trabajo en caso de emergencias familiares y que esto además, no sea recibido de mala manera por las jefaturas, poder acompañar a sus hijos en su cumpleaños, o asistir a las reuniones o actos escolares, acciones que por sencillas que parezcan son instancias altamente gratificantes y significativas.

 

Estructura: La estructura del desplazamiento de la carga está compuesta por dos procesos compensadores, que tratan de ajustar o corregir el síntoma problemático. Para el caso aquí descrito, el primer círculo estaría compuesto por el Procedimiento de Conciliación existente, que contiene las soluciones rápidas (descritas en el punto III), mientras que el círculo de abajo, que representa la solución fundamental, está compuesto por las gestiones en cuidados infantiles. El diagrama se detalla en la imágen 1 

Imágen 1: Estructura

Esta última, es un tema que se ha intentado abordar desde el SSÑ, pero que no ha podido ser solucionado por las disposiciones presupuestarias, lo que representa la demora del mismo círculo. Conocido es el hecho del déficit que existen en el sistema de salud público en el país, donde todo recurso económico se destina a cubrir brechas de atención al usuario externo, siendo el tema de la conciliación, y la mayoría de los temas relativos a calidad de vida laboral, relegados, limitándonos a cumplir en el límite de no ser objeto de multa. Por lo mismo, solo se cuenta con el derecho a Sala Cuna, y toda gestión fuera de la misma no es priorizado desde el nivel central, básicamente por no representar “el giro del negocio”.

 

El efecto lateral de este sistema, y que visibiliza el por qué la conciliación es una necesidad sentida para la institución es el índice de ausentismo que ocasiona, y la consiguiente fuga de recursos. En las mesas de trabajo analizamos que la dinámica de no poder dar respuestas efectivas a las tensiones conciliatorias, genera como consecuencias un aumento en el ausentismo y las licencias médicas cortas (1 a 3 días, las que son pagadas por el Servicio) y un acrecentamiento de las mismas en periodos estivales, usándose como estrategia para subsanar los déficits domésticos. Esto genera consecuencias a distintos niveles, por ejemplo, y solo mencionando una, la dificultad en cubrir los turnos de las personas que se ausentan inesperadamente a causa de este tipo de situaciones.

 

 

Comprensión y uso de la estructura: Con el Protocolo de Conciliación hemos hecho una mejora aparente, visibilizamos la preocupación de la Institución, hemos generado una estrategia comunicacional para darlo a conocer, y lo hemos mostrado en distintas ocasiones como carta de presentación para posicionarnos como una institución que vela por el tema. Esto mismo ha hecho que pospongamos nuestros esfuerzos para conseguir tener las instancias de cuidados infantiles que sabemos necesitamos, visibilizado por los mismos funcionarios.

 

Como efecto lateral, y en función de lo que nosotros mismos hemos establecido a través del documento oficial, cada vez es más grande la demanda por las actividades que hemos plasmado en el Procedimiento, especialmente con los talleres de relajación para los funcionarios, jornadas de recreación y paseos, los que, configurando actividades con el espíritu de iniciativas o buenas prácticas o buen trato, han tenido que aumentarse, generándonos a la vez la presión de conseguir recursos para poder costearlas. Estas acciones han “erosionado las metas” respecto a la conciliación, tratando de costear las soluciones sintomáticas que hemos implantado. Ahora, si analizamos lo generado por el ausentismo, en vez de contribuir al bienestar de los funcionarios y su satisfacción laboral, al no poder dar abasto a las demandas, hemos fomentado el uso y abuso de licencias médicas, sobrecargando a ciertos trabajadores llamándolos a cubrir los turnos, generando con ello estrés y menor bienestar y satisfacción laboral.

 

Patrón de Conducta: Toda solución de los síntomas funciona hasta cierto punto. Este modo de actuar ha llevado a la reducción de metas incluso en la solución intentada. De querer contar con todas las instancias de cuidados infantiles, hemos llegado a considerar que con el Protocolo es suficiente, y, en un nivel más de análisis, dentro de las acciones que sabemos son las necesarias para los funcionarios, solo hemos optado por las que tenemos instauradas con anterioridad, negándonos a la posibilidad de innovar, demostrando un patrón de conducta recursivo, que ha propiciado la atrofia gradual de nuestra respuesta a la demanda de conciliación. Así mismo, mientras seguimos dejando de lado la gestión en cuidados infantiles, el Protocolo, que es insuficiente, gana poder, y con eso aumenta la demanda, el ausentismo, y el descontento de los funcionarios, reflejadas en crisis periódicas, evidenciadas en su punto peak en la medición y reevaluación de riesgo psicosocial

Conclusiones: 

Al analizar el tema de la conciliación, evidenciado en su indicador “doble presencia”, tenemos presente que es un problema que no ha mejorado, aunque, en algunos momentos lo ha parecido, por ejemplo, en algunas de las mediciones donde a nivel general el riesgo ha bajado del 50% impuesto por el puntaje de corte, pero a la hora de analizar detalladamente por sexo, edad, estamento o el tener o no cargas familiares, vuelve a aparecer el riesgo.

 

Hay un evidente deterioro del sistema, reflejado en el ausentismo, creciendo la sensación de impotencia frente al tema. Hemos logrado sentir satisfacción en algunos momentos, por ejemplo, cuando luego de una serie de actividades en la mesa de trabajo, se oficializó el Procedimiento de Conciliación, pero esta se esfuma en el discurso cotidiano, donde hay una creciente sensación de impotencia en todos los niveles, por la insuficiencia del mismo, siendo esta nuestra “rueda chirriante”.

 

Como describe el arquetipo, para afrontar la estructura de desplazamiento de la carga se requiere fortalecer la respuesta fundamental, a tiempo que se debilita la sintomática. La orientación para conseguir tanto el financiamiento como el posicionamiento de los cuidados infantiles debe ser a largo plazo, y no solo depender de lo que señalan los funcionarios, sino que debe ser compartido por las Jefaturas, Asociaciones Gremiales y Directivos de todos los niveles, quienes son los únicos que pueden luchar por conseguir el respaldo y los recursos a nivel central para lograr instalar los Jardines Infantiles y Centros Escolares necesitados.

 

Si los altos mandos no visualizan el tema de la calidad de vida laboral como el principal medio para mantener el sistema funcionando, difícilmente lo situarán dentro de sus prioridades, y cada vez que se diga “nuestro giro del negocio es el usuario externo” tomarán esta sentencia de manera literal, y no sistémica. Son los funcionarios el real activo de la institución, si no acuden a cumplir sus labores no hay atención, no podemos cuidar al usuario si primero no nos cuidamos nosotros, siendo el primer paso para romper los círculos viciosos el reconocer aquello.

 

Luego de estos dos años de trabajo, se aprecia que la gestión ante el riesgo psicosocial debe modificarse. La descripción de las preguntas que marcan mayor o menor riesgo nos muestra que a los funcionarios les motiva su trabajo por la finalidad que representa: ser un aporte a la sociedad mediante la recuperación de la salud, pero existen brechas que se deben abordar en cuanto a las condiciones del mismo, sobre todo en lo que respecta a la conciliación, medido a través de la dimensión doble presencia, y el buen trato, donde las decisiones tomadas por quienes son jefaturas y en quienes recae la responsabilidad del ejercicio del liderazgo son las variables mediadoras fundamentales

 

La reflexión que aquí se presenta no estuvo siempre tan clara, y responde a una acumulación de conversaciones con las y los funcionarios, quienes muchas veces sin dimensionar el aporte que hacen al referir este tipo de situaciones, constituyen la base para ir consolidando nuestra proyección, para llegar a ser la institución cálida, inclusiva y promotora del trabajo decente que anhelamos.

Agradecimientos: 

A mis compañeros de trabajo de la Sección Salud Integral del Trabajador, a mi jefa Ximena Salinas, y a la Jefa del Depto. de Desarrollo de las Personas y CVL, Marcela Castro, por permitirme desarrollar este trabajo. Pero por sobretodo a los integrantes de los comités psicosociales, especialmente a sus Referentes, sin quienes sin duda no hubiesemos podido generar este proceso

Referencias bibliográficas: 

Instituto de Salud Pública de Chile (2012). Instrumento de medidas para la prevención de riesgos psicosociales en el trabajo

Ministerio de Salud (2013). protocolo de Vigilancia de Riesgos Psicosociales en el Trabajo.

Superintendencia de Seguridad Social (2016). Manual del Método del Cuestionario SUSESO-ISTAS/21

Senge, Peter (1990). La quinta disciplina. Editoria Gránica 

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