Guía para la aplicación del Real Decreto 299/2016 sobre campos electromagnéticos
Guía para la aplicación del Real Decreto 299/2016 sobre campos electromagnéticos
De entre las numerosas directivas aprobadas por la Unión Europea en el campo de la seguridad y salud en el trabajo, hay una cuya gestación estuvo particularmente rodeada de problemas. Se trata de la directiva 2013/35/UE de 25 de junio de 2013 que establece las prescripciones minimas de seguridad y salud de los trabajadores expuestos a campos electromagnéticos.
En su formulación original fue la directiva, la 2004/40/CE, que nunca llegó a estar efectivamente en vigor porque su fecha de transposición fue retrasada dos veces, primero por la directiva 2008/46/CE y luego por la directiva 2012/11/UE. La causa de tanto retraso fue básicamente que en su primera redacción la directiva era tan estricta que hacía imposible que se cumpliera con ella en las instalaciones de radiodiagnóstico por resonancia magnética nuclear, lo que constituía un problema de proporciones muy importante.
Las discusiones para enmendar el yerro se prolongaron durante casi nueve años, hasta la publicación de la directiva 2013/35/UE de 25 de junio de 2013, que debía ser transpuesta por los Estados miembros antes del 1º de julio de 2016, cosa que el gobierno español hizo con un pequeño retraso mediante el Real Decreto 299/2016, de 22 de julio.
La y el real decreto que la transpone son de una complejidad considerable, por lo que la Comisión Europea, en ligar de dedicarse al dolce far niente ha aprovechado los largos años de impasse para elaborar una documentadísima y voluminosa Guía de aplicación no vinculante y estructurada en dos volúmenes.
En el primero (218 páginas) se tratan aspectos generales dedicando particular atención a la evaluación de riesgos, en cuyo marco en ocasiones puede ser necesario que los empresarios comparen información sobre los campos presentes en el lugar de trabajo con los valores límite de exposición y los niveles de actuación especificados en la Directiva y el Real Decreto. En caso de que los campos en el lugar de trabajo sean débiles, tales comparaciones no serán, por lo general, necesarias y la guía aconseja a los empresarios, en lugar de ello, basarse en información genérica que la Guía presenta en forma de cuadros sencillos.
En caso de que sí haya que efectuar comparaciones con los valores límite de exposición o los niveles de actuación, se alienta a los empresarios a que recurran a la información disponible a través de fabricantes o bases de datos y a que eviten llevar a cabo sus propias evaluaciones en tanto sea posible. Para los empresarios que tengan que llevar a cabo sus propias evaluaciones, la guía facilita asesoramiento sobre los métodos correspondientes y orienta sobre cuestiones específicas, como la gestión de los campos no uniformes, la suma de campos de frecuencias múltiples y la aplicación del método de ponderación de picos.
En el volumen 2 (146 páginas) se presentan doce casos prácticos que muestran a los empresarios cómo plantear las evaluaciones e ilustran algunas de las medidas de prevención y de protección que podrían elegirse y adoptarse. Los casos prácticos se presentan en el contexto de lugares de trabajo genéricos, pero se han recogido a partir de situaciones de trabajo reales. Muchas de las situaciones evaluadas en los casos prácticos generaron campos intensos. En ciertos casos, el riesgo solo afecta a trabajadores con riesgos particulares a los que se podría apartar de la zona de campo intenso. En otros casos, se dan riesgos potenciales para todos los trabajadores, pero su presencia en la zona no es necesaria mientras se genera el campo intenso.
Adjuntamos más abajo el texto completo de ambos volúmenes junto con una versión simplificada dedicada a las PYMES.