A un amigo, un Prevencionista, un Maestro, un Ser Humano excepcional
A un amigo, un Prevencionista, un Maestro, un Ser Humano excepcional
En este pasado mes de agosto, el día 20 en concreto, fallecía una de las personas que ha sido uno de los grandes referente en la seguridad y salud laboral, durante al menos los últimos 30 años. Lo ha sido para muchísimas empresas, a las que ayudó a mejorar sus niveles de seguridad y salud, también para innumerables jóvenes que querían acceder a este mundo de la prevención de riesgos laborales, así como también para los profesionales del sector. Nada más y nada menos que Enrique Cerdán.
He tenido la satisfacción, el honor y el orgullo de poder compartir muchos momentos personales y profesionales, sobre todo durante la época en la que yo me iniciaba en el campo de la prevención de riesgos laborales.
Aún recuerdo cuando lo conocí. Yo acababa de incorporarme a la Asociación para la Prevención de Accidentes (APA), y él, casi al mismo tiempo recibía de Manuel (Manolo) Blázquez, otro gran profesional de la prevención, el encargo de escribir un libro sobre responsabilidades, al poco de promulgarse la Ley de Prevención de riesgos laborales, Ley 31/95.
Compartíamos el mismo espacio en APA, y recuerdo con que entusiasmo y a la vez temor aceptó el encargo , y con que profesionalidad lo llevó a cabo. Había una gran mesa de reuniones en la sala que compartíamos Enrique y yo. Él tenía toda la mesa repleta de libros, revistas y bibliografía que utilizaba como apoyo para su libro. Todo perfectamente ordenado y clasificado. Y así vio la luz el primer libro , en España, sobre responsabilidades en materia de prevención de riesgos laborales, en la era de la nueva ley.
Era un gran Prevencionista. Amaba su profesión. No en vano ocupo las Direcciones de Recursos Humanos de grandes empresas, como Potasas de Navarra y la Fundición Luzuriaga de Tafalla. En la que consiguió importantes niveles en Seguridad y Salud Laboral, teniendo en cuenta , además los tiempos que corrían. Ejercía de navarro, de la rivera , como solía decir él. De Tudela.
Hombre culto, gran conversador. Sobre todo un apasionado de la vida y de las personas. Un trabajador infatigable. Creo que no he trabajado más en mi vida que una época en la que colaboramos estrechamente.
En mi opinión tenía desarrolladas de forma excepcional las habilidades humanas. Un maestro de las relaciones y de la comunicación. Conseguía, lo que a la mayoría de los prevencionistas se nos resiste, convencer a las Direcciones de las empresas , y también a los trabajadores y sus representantes.
Podría haber sido un profesional destacado en cualquier área, porque dominaba la gestión de las personas. Es un ejemplo de lo alto que puede llegar un prevencionista impulsando la seguridad y salud en las empresas. Porque no basta con los conocimientos técnicos, incluso , en mi opinión no es lo más importante, en esta nuestra querida profesión, sino que son mucho más importantes las habilidades humanas de relación y comunicación. Enrique Cerdán nos demostró que la seguridad es ante todo, una cuestión de personas.
Se podría escribir un libro con la vida de esta excepcional persona. Tan solo he querido expresar mi pequeño homenaje, y lo que creo que aprendí de él.
Muchas gracias Enrique de todo corazón. Te tengo presente.