El Ministerio de Defensa admite 83 muertes de militares por exposición al amianto
El Ministerio de Defensa admite 83 muertes de militares por exposición al amianto
El Ministerio de Defensa ha reconocido 83 muertes de oficiales militares en acto de servicio por exposición al amianto en las últimas dos décadas la muerte, según datos oficiales recogidos por El País. El foco de la enfermedad en las Fuerzas Armadas está claro, pues el 98,8% de los fallecidos pertenecía a este cuerpo, solo hay una víctima en el Ejército del Aire y ninguna en el de Tierra.
El amianto, también conocido como asbesto, es un mineral fibroso que ha sido empleado en diversos productos por sus cualidades de resistencia al fuego, aislamiento térmico y acústico, y resistencia química. Pero, pese a sus buenas características, este material también tiene graves riesgos para la salud humana ya que produce asbestosis (fibrosis pulmonar), mesotelioma pleural y cáncer de pulmón, entre otras enfermedades mortales. Precisamente fueron las buenas propiedades aislantes e ignífugas las que impulsaron a que se usase en la construcción de buques, especialmente en calderas, turbinas, tuberías e incluso en vías de aire acondicionado y camarotes.
Las embarcaciones de guerra que el presidente de los Estados Unidos Dwight Eisenhower proporcionó a Franco, por el acuerdo militar de 1953, estaban repletos de asbesto. También los que el astillero público Bazán comenzó a construir imitando el modelo estadounidense. El deterioro generado por las altas temperaturas y la climatología marina terminaban por desgastar las fibras que se propagaban en partículas microscópicas en los espacios cerrados de la nave.
Fuera de las embarcaciones más viejas, el amianto está presente además en muchas construcciones e instalaciones, tanto militares como civiles. El caso más llamativo es el de la base de Torrejón de Ardoz (Madrid), donde más de 50 kilómetros de tuberías de agua caliente estaban revestidas con el mineral. Tras hacerse público, el Ejército del Aire contrató por 970.000 euros la retirada de todo el material de la base desde septiembre del año pasado.
La media reconocida por Defensa es de entre 4 y 5 muertes anuales por esta causa, aunque la fecha de registro corresponde al año de conclusión del expediente, no al año de fallecimiento. Entre los casos más populares, por estar referidos a altos mandos, están el general José Manuel Bernal Sierra, inspector de Máquinas de la Armada, y el almirante Francisco Javier González-Huix, exjefe del Estado Mayor Conjunto, a quien Defensa admitió como muerto en acto de servicio en agosto pasado, aunque perdió la vida en diciembre de 2020, cuando ya se encontraba en la reserva.
Prohibición del amianto
En España se ilegalizó la comercialización y uso de este compuesto en el año 2002. No obstante, Navantia, empresa sucesora de Bazán, afirma que desde el 1982 se empleó una “política sistemática” de eliminación de este mineral en todos los navíos de nueva construcción, aunque se continuó utilizando para el mantenimiento de los antiguos.
La duración media de este tipo de barcos es de unos 30-40 años, pero la Armada española aún mantiene en servicio buques anteriores a 1982, como el transporte ligero Contramaestre Casado o el patrullero Infanta Cristina. La cuestión problemática está en que las afecciones derivadas del contacto con el material cancerígeno tienen décadas de latencia y pueden surgir muchos años tras la exposición al mismo.
Indemnizaciones a los militares afectados
El reconocimiento del fallecimiento en acto de servicio da lugar a una pensión extraordinaria (doble de la ordinaria) y a la retribución de una indemnización. Este pago es independientemente al seguro de vida con que cuentan todos los oficiales de las Fuerzas Armadas españolas, se da si se considera que sobre el Estado recae cierta responsabilidad en su fallecimiento o enfermedad profesional.
Sin embargo, existe un problema para reconocer este tipo de muertes y enfermedades porque es difícil demostrar la relación causa-efecto entre una afección y el amianto. Por su parte, el Ministerio de Defensa recurren a los informes del Consejo de Estado para identificar o no el fallecimiento como “en acto de servicio”.
Los reconocidos por Defensa han recibido entre 100.000 y 120.000 euros en su mayoría, en el caso de las viudas, y 10.000 euros por hijo. Cifras muy alejadas de las compensaciones millonarias que recibieron los marineros estadounidenses envenenados por buques similares.
La Unión de Militares de Tropa (UMT) denuncia que 80 de los 113 casos abiertos por Defensa son de oficiales y otros 33 a suboficiales, pero no hay expedientes correspondientes a soldados y marineros. “¿No había tropa, incluso de mili obligatoria, junto a los mandos que enfermaron?”, se pregunta la asociación, que ha recurrido a un despacho de abogados para canalizar las demandas de las víctimas.
Fuente: Elplural