El 'burnout', a la espera de su reconocimiento como enfermedad profesional

El 'burnout', a la espera de su reconocimiento como enfermedad profesional

En España ya ha habido casos de desgaste profesional que se han reconocido por sentencia judicial como accidente de trabajo
8 abril 2022

Cada vez hay más consciencia respecto a la influencia que tiene el trabajo en la salud de los trabajadores, tanto en la física como en la psicológica. Este cambio se refleja en cuestiones como la modificación del CIE-11, que dejó más clara la vinculación laboral del 'burnout' o desgaste profesional. El sindicato CSI-F va más lejos y ha pedido que se incluya este síndrome en el cuadro de enfermedades profesionales, lo que le conferiría una especial protección. Un cambio que, según José Lorenzo Bravo Grande, especialista en Medicina del Trabajo y jefe del servicio de Prevención de Riesgos Laborales del Hospital de Salamanca, "acabará cayendo por su propio peso".

La Organización Mundial de la Salud (OMS) incluyó por primera vez el 'burnout' en el CIE-10 como "sensación de agotamiento vital", encuadrándola en las dolencias vinculadas a las dificultades para el control de la vida. Sin embargo, en mayo de 2019 se aprobó una nueva versión, el CIE-11, que la define como "un síndrome conceptualizado como resultado del estrés crónico en el lugar de trabajo que no se ha manejado con éxito".

El CIE-11 ha entrado en vigor este mes de enero y de ahí que CSI-F haya enviado una carta a la ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, para que se reconozca de manera inmediata esta patología. Según CSI-F, la OMS dio un plazo de 18 meses "para adecuar a la legislación de cada país dicho reconocimiento de enfermedad profesional e incorporarlo al cuadro de enfermedades profesionales. CSIF recuerda al Gobierno que lleva un retraso de más de un año para adaptar a nuestras leyes la decisión de la OMS".

La Fundación Europea de Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo (Eurofound) afirma que uno de cada cinco empleados sufre el síndrome de 'burnout' en Europa. Y los trabajadores sanitarios, por la alta exigencia e implicación emocional de su trabajo, además de la precariedad, es un sector especialmente delicado. Un sondeo de la Organización Médica Colegial (OMC) indicaba que un 55,7% de los médicos ya mostraban signos de sufrir 'burnout' antes de la llegada del SARS-CoV-2 a nuestras vidas.

Pero, ¿qué consecuencias prácticas tiene este cambio en la definición? Conceptualmente, la OMS ha redefinido el síndrome de desgaste profesional basándose en tres pilares que coinciden con los del Maslach Burnout Inventory, cuestionario que se sigue utilizando para objetivizar su existencia, recuerda Bravo, que es profesor asociado en Medicina del Trabajo de la Universidad de Salamanca y delegado territorial de Castilla y León de la Asociación Española de Especialistas de Medicina del Trabajo (Aeemt).

En concreto, la OMS indica que el 'burnout' se manifiesta en tres dimensiones: los sentimientos de falta de energía o agotamiento, la "distancia mental" o sentimientos negativos o cínicos respecto al trabajo y la sensación de ineficacia y falta de realización. E incide en que "se refiere específicamente a los fenómenos en el contexto laboral y no debe aplicarse para describir experiencias en otras áreas de la vida".

Un cambio que llegará

Bravo apunta que, en la práctica, en España ya ha habido casos de desgaste profesional "que ya se han considerado accidente de trabajo y se ha tratado como tal en diferentes sentencias judiciales".

Pero, ¿debería formar parte del cuadro de enfermedades profesionales, como dice CSIF? "Rotundamente sí", afirma, asegurando que hay consenso entre los especialistas en este aspecto. "Tiene su origen en la actividad laboral y está íntimamente relacionado con el trabajo que se desempeña, independientemente de la condición de cada trabajador: hay quienes tienen una resiliencia mayor y son capaces de aguantar embates en su trabajo y hay personas con una resiliencia menor y manifiestan este síndrome en tiempos más tempranos que otros".

"Pasa un poco como ha pasado con la covid-19, que ha sido reconocido como accidente de trabajo en los sanitarios, mientras que en otras esferas se está luchando para que sea reconocida como enfermedad profesional", reconoce.

"Todo esto a la larga caerá por su propio peso". El problema es que "son cuestiones con un trasfondo puramente económico. ¿Por qué no reconocemos como enfermedad profesional una hernia discal? Porque sería algo inasumible económicamente por el Estado", expone Bravo.

A pesar de eso, está convencido "es cuestión de tiempo y de las sensibilidades de los gobiernos que lo consideren enfermedad profesional, porque está íntimamente ligada al trabajo; no es una enfermedad relacionada con el trabajo, que sería una contingencia común".

El cuadro de enfermedades profesionales ha sufrido pocos cambios. Según Bravo, el actual data de 2006, pero la anterior versión era de 1978. Hoy dicho cuadro, contenido en el Real Decreto 1299/2006, contempla seis grupos de enfermedades: las causadas por agentes químicos, por agentes físicos ("que suponen el 80% de las enfermedades profesionales"), por agentes biológicos, por inhalación de sustancias y agentes no comprendidos en otros apartados; enfermedades de la piel causadas por sustancias y agente no contemplados anteriormente y enfermedades causadas por agentes carcinogénicos.

"Después de varios años, quizás vaya tocando revisar a fondo el cuadro y añadir otro grupo de enfermedades relacionadas con la esfera psicosocial para incluir el burnout y otros síndromes todavía por ver", defiende.

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