Bruselas examinará las “importantes deficiencias” del vertedero de Zaldibar

Bruselas examinará las “importantes deficiencias” del vertedero de Zaldibar

La Comisión Europea cree que las autoridades vascas deberían haber detectado, vigilado y sancionado su mal funcionamiento
7 agost 2020

La Comisión Europea ha anunciado que examinará la cadena de errores que rodeó la desaparición de los trabajadores Alberto Sololuze y Joaquín Beltrán en el vertedero de Zaldibar (Bizkaia), sepultados desde el 6 de febrero bajo toneladas de residuos tras ser arrollados por un alud. Los eurodiputados del Partido Popular Dolors Montserrat y Javier Zarzalejos formularon cinco cuestiones al respecto al Ejecutivo comunitario el pasado 20 de febrero. En su respuesta, conocida este miércoles, el comisario de Medio Ambiente, el lituano Virginijus Sinkevičius, señala que las preguntas “dejan entrever importantes deficiencias en el funcionamiento del vertedero que las autoridades competentes y/o los órganos jurisdiccionales deberían haber detectado, vigilado y, en última instancia, sancionado”.

El asunto, como sucedió en el pasado con accidentes como el del tren Alvia que descarriló junto a Santiago de Compostela, traspasa así las fronteras españolas para adquirir dimensión comunitaria. De momento, la intención de la Comisión es pedir explicaciones a las autoridades, entre ellas al Gobierno vasco, por “la presunta situación de incumplimiento en que se encontraba el vertedero”, y buscará que se garantice “una reparación adecuada de los daños”. Al Ejecutivo que comanda el lehendakari, Iñigo Urkullu, se le achacó haber dejado de lado a los familiares de los dos desaparecidos. El propio Urkullu tuvo que disculparse en sede parlamentaria por los errores cometidos en la gestión del deslizamiento, que sigue cortando varios kilómetros de la autopista AP-8 que conecta Bilbao con Donosti.

A falta de un análisis más detallado, la Comisión apunta que pueden haberse violado varias directivas, entre ellas la del acceso al público a la información medioambiental para prevenir o limitar los daños provocados en caso de amenaza inminente para la salud humana o el medio ambiente. Y recordó que las reglas europeas pueden obligar al operador del vertedero a reparar los terrenos dañados hasta devolverlos a su estado anterior.

“La Comisión se muestra preocupada por el trágico accidente mortal”, recoge el enunciado. Los parlamentarios populares, inspiradores de la respuesta de Bruselas, creen que su reacción “confirma las numerosas irregularidades que se produjeron en el vertedero”. Y se mostraron confiados en que la evaluación comunitaria sirva para que no se repitan sucesos similares. “Es inadmisible que Joaquín y Alberto lleven 97 días sepultados bajo la basura de un vertedero", criticaron Montserrat y Zarzalejos. Las localidades de Ermua y Zaldibar han realizado caceroladas desde los balcones y reivindicaciones para recordar a los dos desaparecidos.

Ambos políticos informaron al Ejecutivo comunitario de que en la última inspección realizada en el vertedero, en junio de 2019, “se constataron múltiples incumplimientos”, lo que ha empujado a Bruselas a tomar cartas en el asunto. “El silencio atronador del Gobierno vasco es un insulto y un abandono intolerable a las familias de las víctimas. Pero por nuestra parte, no va a quedar así: el PP va a seguir denunciándolo cada día en el País Vasco, España y Europa”, insisten.

El presidente de la formación, Pablo Casado, acompañó al candidato de la coalición PP-Ciudadanos en Euskadi, Carlos Iturgaiz, durante una visita por el entorno de la escombrera poco antes de que estallara la crisis del coronavirus. Tanto la formación conservadora como los partidos de izquierda, con los abertzales de EH Bildu como líderes de la oposición, han reprochado al PNV lo ocurrido y criticado el talante con el que Urkullu encaró las intervenciones tras la tragedia. El PSOE vasco, que Gobierna en coalición con los peneuvistas, ha mantenido un perfil más discreto y ha respaldado a la Lehendakaritza.

Polémica medioambiental tras el derrumbe

El alud no solo arrasó a Joaquín y Alberto. También desencadenó una ola de preocupación en las comarcas próximas al derrumbe porque un humo blanco, por la combustión de metano, apareció en el cielo. Las autoridades, aunque aseguraron que no era nocivo, recomendaron no ejercitarse en el exterior ni ventilar totalmente las casas. Las primeras intervenciones sobre el colapso del vertedero implicaron polémica porque no se constató que el depósito de residuos tenía restos de amianto, un material tóxico. Las posteriores actuaciones se ejecutaron con la protección pertinente. Hace unas semanas se encontraron los restos del coche de uno de los desaparecidos, pero no hubo novedades sobre los trabajadores sepultados. La crisis del coronavirus no retrasó los avances, algo que sorprendió a las familias de los dos hombres, que valoraron la mejora de la coordinación en las labores de rescate, activas durante estos más de tres meses de desaparición.

Fuente: Elpais

 

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