Innovación: inversión a largo plazo
Innovación: inversión a largo plazo
La innovación se ha convertido en la principal vía de supervivencia y desarrollo de las empresas para adaptarse a las exigencias de un consumidor omnicanal y las demandas de un mercado cambiante.
En el contexto actual, una visión a largo plazo alineada con la estrategia, la orientación hacia el cliente y el capital humano apoyado por la alta dirección se convierten en elementos claves para hacer de la innovación el motor de la competitividad.
La incorporación de la innovación al ADN de la compañía, la importancia de contar con talento innovador en equipos transversales y la tecnología como palanca impulsora de la transformación del modelo de negocio han sido algunas de los puntos abordados en el Think Tank “Innovación y competitividad: factores clave para el crecimiento empresarial”, un encuentro impulsado por Prodware y organizado por DIR&GE.
Innovar: inversión a largo plazo
En el entorno empresarial del siglo XXI, la innovación ya no es una opción. Los directivos son cada vez más conscientes del papel que juega en la competitividad y rentabilidad de sus compañías y en la satisfacción de las necesidades del cliente. “Se ha marcado un punto de inflexión en el mercado. La crisis económica impuso una mentalidad de no innovar y de reducir costes a toda costa. Pero ahora hemos comprobado que quien no innova, desaparece”, explica Miguel Ocaña, Sales Manager en MPS.
Sin embargo, la innovación no debe únicamente satisfacer las necesidades más inmediatas, sino que debe responder a una visión empresarial a largo plazo. “Debemos ser capaces de transformar los hábitos, de innovar para los clientes de hoy, pero pensando también en los de mañana. Para ello, es fundamental encontrar el equilibrio presente y futuro entre la innovación y el modelo de negocio”, establece Alicia Ortega, Directora General en TuDespensa.com.
En esta misma línea Arantxa Sarasola, Directora de Innovación en ING España, pone en valor el talento de los equipos y la orientación al cliente. “La innovación tiene que estar alineada con la estrategia y apoyada por la dirección. Es además fundamental contar con equipos multidisciplinares, empoderados y comprometidos con los proyectos. Todas las personas de la compañía tienen que pensar “la innovación depende de mí”. No hay que tener miedo al fracaso, no hablamos de fracasos sino de aprendizajes. Todo esto implica un cambio de mentalidad. Para innovar, es necesario escuchar a los clientes buscando adelantarnos a sus necesidades. La tecnología es sólo un medio, no un fin”.
Por su parte, Francisco Hortigüela, Director de Relaciones Institucionales y Ciudadanía Corporativa en Samsung Electronics Iberia S.A.U., cree en la necesidad de contar con líderes que tengan visión a largo plazo. “Hacen falta líderes al frente de las organizaciones que sean visionarios, disruptivos y que doten a los empleados de recursos y medios para trabajar. Pero también es necesario contar con talento en el resto de los equipos de la compañía capaces de innovar en el día a día. Lo más importante para innovar es el talento y que la estructura de la empresa favorezca su desarrollo”.
La tecnología es un camino, no un objetivo
En un ecosistema empresarial dominado por la tecnología, es importante no dejarse llevar por ella y poner el foco en la estrategia. “La tecnología son solo las herramientas. El proceso de innovación debe estar guiado por el sentido común. Por ello, es indispensable educar a los equipos en el uso correcto de la tecnología. Aplicar tecnologías sin estrategia solo conllevará una falsa apariencia de innovación y el consumo de recursos”, asegura José María Visconti, Marketing Director – Outdoors en MAXAM.
Para Miguel Ángel Gómez, Director de Marketing y Análisis en Air Miles España S.A., también es una equivocación centrarse exclusivamente en la tecnología. “Por su naturaleza, la tecnología parece innovación, pero pensar esto es un error. Lo verdaderamente relevante es el papel que juega la tecnología en los objetivos de la compañía. La gran aportación que están haciendo las tendencias tecnológicas es el manejo y gestión de la información. Hay que dar el paso hacia la analítica responsive, es decir, conseguir que los datos se adapten al momento y las circunstancias del cliente para satisfacer sus necesidades”.
Este proceso de innovación no solo se debe abordar a nivel interno en las organizaciones, sino también a nivel global y por todos los agentes del tejido empresarial. “Hay empresas que no cuentan con la fuerza o recursos para innovar en determinadas áreas de la organización. Por ello, se buscan partners y colaboradores tecnológicos con los que crear sinergias. En este sentido, la administración juega un papel fundamental en la innovación, ya que muchas veces los cambios y las transformaciones no se llevan a cabo ante la ausencia o escasez de infraestructuras o dificultades de la regulación como, por ejemplo, en el terreno de la movilidad”, explica Alicia Pérez, Marketing Manager Iberia en AVIS Budget Group.
Humanizar lo digital: el futuro de la tecnología
En un mercado omnicanal como el actual, los consumidores apuestan por el entorno digital sin dejar de buscar el contacto humano en entornos offline. “El futuro de las tendencias tecnológicas pasa por la satisfacción permanente de las necesidades del cliente y, por extensión, facilitar las tareas humanas”, opina Charo Álvaro, Directora de Comunicación y Marketing en GIL STAUFFER.
Ricardo Tejero, Director de Organización en Leroy Merlín España, es de la misma opinión. “La tecnología deberá estar siempre al servicio de las personas. Por eso todas las tendencias tecnológicas apuntan a la automatización de procesos y a la mejora de la toma de decisiones. Ahora mismo es prácticamente imposible analizar la información con velocidad suficiente para tomar decisiones que se adapten a tiempo a las necesidades del mercado”.
Por su parte, Javier Pérez, Digital Practice Manager en Prodware, concluye el encuentro con una recomendación. “Muchas empresas están cometiendo el error de abordar el proceso de transformación por el final, es decir, implantando la tecnología y a posteriori ver cómo encaja en sus estrategias, pero debe ser al contrario. Hay que incorporar la tecnología que se alinee con la estrategia de la compañía, siguiendo un plan de innovación flexible y abierto a todo tipo de posibilidades. La innovación marca la diferencia entre crecer o desaparecer”.