¿Por qué debemos planificar el aprendizaje permanente para una generación que vivirá más de 100 años?

• A medida que aumenta la esperanza de vida, tiene sentido embarcarse en un viaje de aprendizaje permanente.

• Necesitamos un nuevo modelo de aprendizaje permanente más adecuado para una vida centenaria, donde las personas podrían estar en el mercado laboral durante 20 a 40 años adicionales.

• En un enfoque no tradicional para la capacitación, planeamos construir un consorcio de líderes de la industria, instituciones educativas y organizaciones filantrópicas para ir más allá de la formación y crear caminos hacia el empleo.

Los demógrafos esperan que la mitad de los niños de jardín de infantes de hoy vivan hasta los 100 años o más, al menos en naciones económicamente avanzadas. Como padre de un niño de dos y tres años, esta previsión llamó mi atención. Imagina un cuarto de siglo añadido a tu vida. ¿Qué significaría un aumento sustancial en la cantidad de vida para la calidad de vida? Y, si tienes hijos pequeños, ¿cómo comenzarías a prepararlos para prosperar en un viaje tan largo?

El mundo ya tiene unos 270 millones de personas de 75 años o más que están vivas, pero quizás no estén realmente prosperando. Una vida significativa requiere más que buena salud y seguridad financiera, por esenciales que sean. Las personas también necesitan una razón para levantarse cada mañana: un sentido sostenido de propósito, relevancia, contribución y conexión con los demás.

Aunque muchos elementos se unen para crear una vida significativa, pocas personas piensan en estas cosas hasta que están cerca o en la jubilación. ¿Por qué no pensar en estos factores más cerca del comienzo de la vida, cuando comienzan a formarse hábitos de por vida y el potencial de desarrollo? Y, dado el papel central del trabajo para los seres humanos durante milenios, ¿por qué no repensar y rediseñar la trayectoria de la vida laboral y las formas en que las personas aprenden y son enseñadas?

Un nuevo modelo educativo para el aprendizaje permanente

En lo que parece un legado de la Revolución Industrial, la vida de la mayoría de las personas se divide en tres etapas: aproximadamente dos décadas de educación, cuatro décadas de empleo y una o dos décadas de jubilación. Necesitamos un nuevo modelo más adecuado para una vida centenaria durante la cual las personas podrían estar en el mercado laboral durante 20 a 40 años adicionales, y no solo por razones económicas, sino porque su relación con el trabajo ha cambiado.

Imagina moverte entre períodos de aprendizaje, ganancia, tomar un año sabático para adquirir nuevas habilidades, cambiar a una nueva ocupación y alternar entre trabajo por encargo, cuidado, mentoría, voluntariado y relajación. Tu empleabilidad estaría determinada más por las habilidades que has acumulado y tu capacidad para seguir aprendiendo y menos por tus credenciales académicas. Como hemos visto, el cambio a contratar candidatos basados en sus habilidades, en lugar de en su educación o experiencia laboral, ya está echando raíces en empresas como Walmart, Google y Steelcase.

Se deduce que la frontera entre el trabajo y la vida personal se desdibujará aún más y quizás desaparezca. Las personas pueden unirse a la fuerza laboral más temprano en sus vidas, pero trabajar menos horas a la semana y abrazar plenamente el aprendizaje permanente para seguir actualizando sus conocimientos, conscientes de que todo lo que sabemos sobre el mundo sigue cambiando. Si eso sucede, quizás la palabra 'jubilación' necesite ser jubilada.

Abordando la inequidad en la educación a través del aprendizaje permanente

Ahora, esto puede parecer fantasioso dado que unos tres cuartos de mil millones de jóvenes y adultos aún carecen de habilidades básicas de alfabetización, según la UNESCO. Pero como observó una vez la emprendedora social fallecida Leila Janah, la capacidad cerebral de las personas más pobres del mundo es "el recurso más desaprovechado" en la economía global. Hija de inmigrantes indios, Janah llamó a la disparidad en el acceso a la oportunidad de trabajar "la mayor batalla ética de nuestro tiempo". Poniendo su visión en práctica, comenzó Sama en 2008 en Nairobi, como una organización sin fines de lucro con la "misión de dar trabajo, no ayuda" al contratar a personas en áreas empobrecidas, capacitándolas en anotación de datos de IA y proporcionando la tecnología para conectar sus habilidades con la economía digital global, donde podrían ganar salarios dignos.

Sin duda, la inequidad en la educación es generalizada y perjudicial para la sociedad. Para aquellos que comienzan sus vidas en familias de bajos ingresos, el creciente costo de la educación es un obstáculo para su movilidad económica, una forma de desigualdad estructural.

Entonces, ¿cómo podríamos comenzar a crear una forma de aprendizaje permanente ampliamente accesible e individualizada que ayudaría a permitir una mayor adaptabilidad y empleabilidad?

Aprovechando la GenAI para el aprendizaje permanente

Dado que la capacidad de aprender está distribuida equitativamente en todo el mundo, la inteligencia artificial generativa (GenAI), a medida que continúa avanzando en su rendimiento cognitivo, podría ayudar a la mayoría de las personas a mejorar su potencial. Creo esto porque la GenAI ofrece la promesa de un aprendizaje personalizado que puede adaptarse a la forma en que las personas prefieren aprender. La GenAI muestra signos de hacer la educación más atractiva y accesible al proporcionar acceso remoto a la capacitación para aquellos en comunidades desatendidas.

Modelos de esta capacidad existen hoy. Uno de los más conocidos es 'Khanmigo', el tutor personal de IA desarrollado por Khan Academy. Su fundador y CEO, Sal Khan, dice que este tutor gratuito puede ayudar a los profesores a escribir planes de lección detallados y servir como un entrenador para involucrar a los estudiantes en una variedad de actividades. Por ejemplo, con un tutor de IA "los estudiantes pueden debatir cualquier tema que les guste, y la IA puede tomar el otro lado. Los estudiantes pueden tener conversaciones con figuras históricas o figuras de la literatura". En lugar de decirles a los estudiantes las respuestas, Khanmigo, dice Kahn, ayuda a empujarlos a descubrir las cosas por sí mismos.

Con el tiempo, la genAI debería poder mover a los estudiantes de simplemente recordar a entender. ¿Cómo? De la misma manera que un maestro hiperatento dedicado se centraría en un solo estudiante: siendo accesible, dando retroalimentación rápida, ajustando el ritmo y la complejidad de la instrucción al progreso del estudiante, estableciendo objetivos y más. La GenAI puede ayudar a los estudiantes a convertirse en investigadores, sintetizadores y tomadores de decisiones a medida que continúan desarrollando la inteligencia cultural, la creatividad, la búsqueda de problemas y el pensamiento no algorítmico que la IA y las tecnologías relacionadas tienen poca probabilidad de reproducir. En resumen, la GenAI nos ayudará a saber más sobre el conocimiento.

Refrescando continuamente las habilidades a través del aprendizaje permanente

Como ha escrito el profesor de la Universidad de Stanford, Eric Brynjolfsson: "Nuestras tecnologías están avanzando rápidamente, pero nuestras habilidades y organizaciones se están quedando atrás". En Cognizant, estamos respondiendo a la creciente ansiedad creada por una economía cada vez más digital en la que las habilidades necesitan ser continuamente actualizadas. Es por eso que a principios de este año, lanzamos nuestra iniciativa Synapse para capacitar a más de un millón de individuos a nivel mundial con habilidades tecnológicas en demanda como la GenAI para permitir su empleo. En un enfoque no tradicional para la capacitación, planeamos construir un consorcio de líderes de la industria, instituciones educativas y organizaciones filantrópicas para ir más allá de la formación y crear caminos hacia el empleo.

Creo que cuanto más avance la GenAI, más oportunidades creará para que los humanos hagan lo que hacen de manera única: aplicar su juicio y razón, encontrar nuevos problemas para resolver, dar sentido a situaciones complejas y liderar a otros para lograr cosas extraordinarias. ¿Qué podría ser más importante para una nueva generación de centenarios?