Valoración ergonómica de puestos de trabajo: El Usuario

Valoración ergonómica de puestos de trabajo: El Usuario

Es evidente que los seres humanos varían considerablemente tanto en la forma como en las medidas corporales, incluso cuando se toma un grupo homogéneo en términos de edad, sexo o etnia.
20 Septiembre 2022

Redacción

La variación de estas medidas - que viene determinada por aspectos biológicos (genética) o sociales (medio ambiente, alimentación, hábitos...) - requieren de una evaluación previa si queremos adaptar el espacio de actividad a la antropometría del grupo o de la persona que usará la zona de actividad.

La primera división que podría hacerse es la del sexo. Los biólogos se refieren a esta diferencia con el término dimorfismo sexual. Las diferencias antropométricas entre estos dos grupos son fácilmente detectables. Los datos recogidos en este sentido muestran que las distribuciones de la fuerza física desarrollada por hombres y mujeres se superponen como consecuencia de la predisposición hormonal para adquirir tejido muscular. Lo que está claro es que los diversos patrones de actividad habitual pueden aumentar o reducir estas diferencias, pero que existe en términos estadísticos, diferencias significativas entre sexos.

Otra división a tener en cuenta, es la que se refiere a etnias. Un grupo étnico puede definirse como una muestra o población de individuos los cuales viven en una zona geográfica específica y que tienen ciertas características físicas comunes. Esta definición sirve (en términos estadísticos) para diferenciarlos de otros grupos de personas. Estas características acostumbran a ser hereditarias, y no tienen porqué estar relacionadas con fronteras nacionales o lingüísticas. Es necesario prever la posible presencia de trabajadores pertenecientes a una minoría étnica con características físicas particulares, que pueden estar expuestos a mayores riesgos laborales en caso que no se modifiquen algunos aspectos del equipo.

La edad es otro aspecto diferencial. La disminución de la estatura, la pérdida de fuerza muscular, la merma de capacidad visual, o la reducción de la flexibilidad de las articulaciones en función de la edad, hacen que la población usuaria de un equipo o puesto de trabajo presente una gran variabilidad y que los cambios que se van produciendo dentro de la situación laboral motivo del envejecimiento del operario deberían estar contemplados en la fase de diseño del proyecto, dotando a éste de un valor añadido que tipificaremos como diseño transgeneracional.

En consecuencia de lo expuesto anteriormente, el primer paso a realizar en una valoración de un puesto de trabajo es definir el perfil del usuario/a, estudiando individualmente a cada trabajador/a en su puesto de trabajo, sin tener en cuenta si está compartiendo o no el puesto con otras personas. Si fuera así, se deberían tomar medidas de diseño para el mayor porcentaje de población que ocupará ese puesto de trabajo.

Este primer factor tiene dos aspectos a considerar:

· Carga de trabajo físico

· Carga de trabajo mental

Carga de trabajo físico

En este apartado se incluyen aquellas valoraciones que hacen referencia al trabajo de carácter físico y a las medidas antropométricas. Normalmente se distingue entre datos antropométricos “estáticos” y “dinámicos”. Los datos estáticos son las dimensiones estructurales fijas del cuerpo humano. Generalmente se toman en puntos específicos y en posturas estereotipadas.

Los datos dinámicos incluyen medidas del alcance o el espacio libre, tomadas en condiciones “funcionales”, por ejemplo, permitiendo a los operarios un cierto grado de libertad para adoptar posturas “naturales” a la hora de realizar la tarea. La movilidad de las articulaciones o la fuerza necesaria en las distintas acciones también se puede incluir en esta categoría.

La importancia de estos datos en la solución de problemas prácticos crece en función de la aproximación de las medidas respecto a la situación real.

Hay otros tipos de datos antropométricos, pero no son tan relevantes en los problemas de diseño de la mayoría de los puestos de actividad, pero que si tienen una variable importante debieran ser contemplados: son los que se refieren a la composición del cuerpo humano, como el grosor de la piel (índice para medir la cantidad de grasa subcutánea, etc.).

Carga de trabajo mental

El desarrollo tecnológico conlleva, al mismo tiempo que una reducción paulatina de la actividad física en muchos puestos de trabajo, la creación de nuevos puestos en los que predomina la actividad mental (control de procesos automáticos, informatización...). La disminución del esfuerzo muscular va asociada en muchos casos a un aumento de la información que se maneja.

La carga mental está determinada por la cantidad y el tipo de información que debe tratarse en un puesto de trabajo, y por el nivel de atención requerido. Dicho de otro modo, un trabajo intelectual implica que el cerebro recibe unos estímulos a los que debe dar respuesta

Por tanto, los factores que podemos asociar a la carga mental son, entre otros:

· Información

· Nivel de atención

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