La polinización, el compromiso y la falta de supervisión

Redacción

Desde 2017 se celebra el 20 de mayo como ‘Día Mundial de las abejas’. En realidad es un día para conmemorar la importancia de la polinización para la sostenibilidad de los ecosistemas y es indudable que las abejas son el ejemplo más conocido a nivel mundial de este necesario gesto, el de la polinización, para la perdurabilidad de la vida. La fecha fue escogida porque coincide con el aniversario del nacimiento de Anton Janša. Es conocido como el padre de la apicultura moderna y, en el siglo XVIII, elogiaba lo buenas trabajadoras que son las abejas y la poca supervisión que necesitan de su trabajo.

Janša ponía en ese tiempo el dardo sobre el trabajo colectivo y colaborativo en el que, cada miembro de la colmena conoce su función y la desempeña de una forma comprometida para el bien de la comunidad. Sin necesidad de supervisión la colmena fabrica miel y cera a la vez que contribuye a la polinización de las flores y a la producción y reproducción de cultivos y plantas silvestres.

Casi el 90 por ciento de las plantas con flores y el 75 por ciento de los cultivos alimentarios del mundo dependen de la polinización. Y, si bien las abejas no son los únicos polinizadores naturales del planeta -puesto que comparten esa función con mariposas, murciélagos o colibríes- están viviendo una gran crisis. La actividad humana amenaza por los efectos de la actividad humana que, según apuntan informes como ‘El declive de las abejas’ de 2013 de Greenpeace, las abejas, junto con las mariposas, están al borde la extinción.

Crear conciencia

La población de polinizadores –en especial abejas y mariposas– ha disminuido de manera preocupante, a causa de: prácticas agrícolas intensivas, cambios en el uso de la tierra, uso de plaguicidas, especies exóticas invasoras, enfermedades, plagas y, por supuesto, el cambio climático. Casi el 35 por ciento de los polinizadores invertebrados –en particular las abejas y las mariposas–, y alrededor del diecisiete por ciento de los polinizadores vertebrados –como los murciélagos– están en peligro de extinción a nivel mundial.

Desde 2017 se busca crear conciencia, poner en valor el importantísimo papel de estos pequeños seres, en especial, sobre el mantenimiento de los ecosistemas y el medio ambiente.

En 2021 el lema de la jornada es: ‘Compromiso con las abejas: reconstruir mejor en beneficio de las abejas’. Se busca fomentar “la cooperación y solidaridad mundiales para combatir las amenazas planteadas por la pandemia de la COVID-19 a la seguridad alimentaria y los medios de vida agrícolas. Asimismo, pretende priorizar la regeneración medioambiental y la protección de los polinizadores” se destaca desde Naciones Unidas.