El éxito de las organizaciones y empresas está en las personas.

El éxito de las organizaciones y empresas está en las personas.

El cliente, ya sean empresas o personas, es cada vez más exigente en precio y servicio, lo que obliga a las empresas a ser muy competitivas para tener éxito.
29 Noviembre 2020

Paralelamente han cobrado gran importancia, como factores de éxito en las organizaciones, la flexibilidad laboral, la integración de nuevas tecnologías, la actitud de cambio e innovación continuos y por supuesto la Internacionalización. Por añadidura, cada vez es más imprescindible integrar en los modelos empresariales a todos los Grupos de Interés o Stakeholders que rodean e influyen en la actividad de la organización. En el presente, y más en el futuro, las empresas habrán de ser útiles para la sociedad, ser transparentes en sus intenciones, en sus procesos y en que sus proveedores también lo sean. La Responsabilidad Social, RSE, como exponente de la Ética empresarial, es ya uno de los activos más valorados de las organizaciones, pues influyen definitivamente en la percepción del cliente, del accionariado, del entorno social y de forma fundamental en los propios directivos, mandos intermedios y trabajadores.

No olvidemos sumar a todo lo expuesto el feroz combate que se libra en la “arena» por conquistar el corazón de clientes y consumidores.

Para sobrevivir en este ecosistema tan exigente, las empresas han de diseñar complejas estrategias que integren todos los factores necesarios para tener éxito y evolucionar hacia el futuro que se nos viene encima. Ante tantos factores y variables mencionados, el valor más sólido que tenemos en las organizaciones y empresas son, sin duda, las personas y el talento que son capaces de desarrollar.

En esta era, amenazada por la perversa inteligencia robótica, pocas organizaciones niegan que su valor más preciado proviene del conocimiento y de la actitud y competencias de quienes integran la organización. Incluso la denominación Recursos Humanos está siendo “retirada” del discurso corporativo, para diferenciar a las Personas de otros recursos más tangibles y materiales.

Fruto de la evolución de la propia sociedad y la necesidad de cambio continuo que esta impone, en las últimas décadas hemos pasado de organizaciones más o menos verticales y estáticas, en las que las ordenes se transmitían desde arriba y a través una rígida cadena de mando, a modelos mucho más horizontales y distribuidos, en los que la responsabilidad, la iniciativa y la toma de decisiones tácticas se aleja de la Alta Dirección y está más repartida y más cerca del nivel operativo, o incluso en los propios operarios o prestadores de los servicios. Es por ello que han cobrado gran importancia la identificación del talento y el desarrollo del Liderazgo dentro de la organización. Hemos descubierto que las personas tienen competencias y habilidades sorprendentes; que su capacidad, responsabilidad y compromiso se multiplican a medida que son impulsados por la motivación intrínseca, ese subidón que obtenemos por el valor de lo conseguido por medios propios. Hemos descubierto que el Alto Rendimiento, aquel que nos permitirá convertir el máximo de recursos en valor para el cliente, depende de la Pasión que ponemos en nuestro trabajo, y la Pasión es algo que sale de cada persona en particular. Estamos descubriendo una energía que estaba latente y desaprovechada, disipándose a menudo contra paredes y techos de cristal, una energía que podría convertirse en resultados y beneficios. En definitiva, hoy más que nunca, pero menos que mañana, el éxito de las organizaciones y empresas está en las personas que la integran.

En este contexto, los Mandos Intermedios tienen una importancia capital, ya que son los responsables de desarrollar la Estrategia Empresarial en el ámbito táctico y de la producción. Este hecho es simple de expresar, pero tiene enormes implicaciones para aquellos a quienes se encomienda esta misión, ya que estamos hablando de personas que han de dirigir y gestionar a otras personas, que son quienes realizan los procesos. El Mando Intermedio recibe una Misión Estratégica, la fragmenta y la transforma en Misiónes Tácticas, organización y planificación a medio y corto plazo de los recursos y las personas, que finalmente se transformarán en Resultados y en Beneficios Económicos (o Sociales en el caso de las entidades y empresas públicas o sin ánimo de lucro). Visto así, el papel del mando Intermedio ya no parece tan sencillo y así nos lo expresan, en las sesiones del Programa Leaders, muchos de los participantes. Uno de ellos nos contaba.

“Mi trabajo no es nada fácil. Mis jefes esperan resultados a partir de unos recursos limitados. A partir de ahí tengo que organizar a mis equipos para que den lo mejor de si mismos…  siempre hay alguien que no está contento, surgen problemas personales, conflictos, malentendidos, etc. Son situaciones que tenemos que solventar sobre la marcha… Siempre vamos contra el tiempo, contra los hitos y fechas de entrega y muchas veces acabo llevándome los problemas a casa …  Al final de los proyectos tienes que ofrecer resultados, si no, todo el esfuerzo realizado es inútil, esa es una responsabilidad que pesa mucho”.

Nuestra experiencia en el programa Leaders es que las empresas y organizaciones seleccionan con bastante acierto a sus Mandos Intermedio, ya que los participantes, en un 90%, muestran un altísimo nivel de Liderazgo y potencial para dirigir. Las organizaciones suelen seleccionar o promocionar, a puestos de responsabilidad como Mandos Intermedios, a personas en función de su mejor preparación, experiencia, conocimientos técnicos, disposición y talento. Esto es muy correcto y como decimos aciertan en un 90%. Pero una vez conferida la responsabilidad, también viene implicada la necesidad de gestionar personas y relaciones interpersonales. Es en este punto donde la mayoría de organizaciones olvida poner la última piedra y quizá la más importante: la formación necesaria, las claves y herramientas para gestionar y desarrollar eficazmente a las personas y equipos que se ponen a cargo del Mando Intermedio.

En la encuesta realizada por ICADA y Deloitte**, a Mandos Intermedios de importantes empresas de España, Mexico, Ecuador Colombia y Argentina (Encuesta realizada por Institutos IMMA International Middle Management Alliance), extrajimos tres importantes conclusiones que resultan ilustrativas e interesantes acerca de las necesidades y motivaciones de la Dirección Intermedia.

  1. Que los Mandos Intermedios están altamente comprometidos con sus organizaciones. Lo que es un auténtico activo, ya que el Compromiso, al igual que el Liderazgo, se transmite a toda la organización.
  2. Que se sentían apoyados por sus superiores, pero deseaban tener más responsabilidad y participación en los procesos de decisión de empresa. Los Mandos Intermedios están técnicamente preparados y son muy proactivos, entonces… ¿Por qué no darles Poder? ¿Por qué no permitirles desarrollar su Talento? ¿No confiamos en ellos?
  3. Que deseaban y necesitaban formación más específica para desarrollar sus funciones directivas. La Formación Continua es la gran piedra de toque pendiente en las pymes y en no pocas grandes empresas. En la encuesta Icada – Deloitte, la mayoría de los mandos intermedios se consideraban técnicamente muy preparados, sin embargo,  es en el plano de la Dirección, donde manifestaban más carencias en conocimiento y herramientas para poder desarrollar su papel directivo.

El Programa Leaders es precisamente la respuesta de Formación a medida del Instituto ICADA para el necesario Desarrollo Directivo de los mandos Intermedios. Leaders es un programa, en continua evolución, que integra todas las áreas de conocimiento y desarrollo personal necesarios para gestionar y desarrollar a las personas y equipos asignados. la finalidad es la acción efectiva orientada a los Resultados. 

Pero Leaders va mucho más allá, pués hace especial hincapié en el desarrollo del Liderazgo personal y en la necesidad de extender este Liderazgo por toda la organización, misión que se encomienda a la Dirección Intermedia. El Liderazgo será el vector que nos permita, Alinear toda la organización, desarrollando de forma efectiva la Estrategia Corporativa, los Valores y Visión de la empresa.

Por último, y también desde el Plano Estratégico, no podemos perder de vista la importancia de generar un óptimo Clima Organizacional, en el que sea posible ser feliz, tener una vida plena y disfrutar del trabajo y sus más complejos retos. Éste será un factor de atracción y fidelización del talento necesario para tener éxito en el futuro.

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