Google pasó 10 años investigando cómo es el jefe perfecto y estas son sus conclusiones
Google pasó 10 años investigando cómo es el jefe perfecto y estas son sus conclusiones
Imagina que te contratan en la empresa de tus sueños: buen sueldo, condiciones increíbles, posibilidades de crecimiento personal y laboral, aunque hay un 'pero'. Tu jefe es un imbécil, ¿lo cogerías? Si una compañía gasta mucho en reclutar, entrevistar y contratar al mejor personal, de qué sirve si el trato que van a recibir de su superior conducirá a que abandonen el barco a la primera oportunidad que tengan.
Sin embargo, si tu encargado es buena persona, te trata bien, es comprensivo, se puede hablar con él y te ayuda en cualquier problema que tengas, la cosa cambia. No solo obtendrá lo mejor de ti y tu trabajo, también hace altamente probable que te quedes en ese puesto.
Durante más de 10 años Google ha estado realizando investigaciones bajo el nombre de proyecto Oxígeno, ¿para qué? Averiguar qué rasgos debe tener el jefe perfecto para poder capacitar a sus líderes a que desarrollen esos comportamientos. Se han aprovechado de su capacidad de análisis manejando cientos de variables, pero no se han quedado solo con datos numéricos sino que también han utilizado frases, palabras, elogios, quejas y comentarios en general.
Los grandes jefes animan a sus trabajadores compartiendo elogios sinceros y específicos. Pero no tienen miedo de exponer comentarios críticos
¿Crees que ha funcionado? Lo cierto es que sí. La investigación ha dado sus frutos, ya que a lo largo de los años, Google ha visto una mejora notable en la rotación, la satisfacción y el rendimiento de los empleados. Curiosamente, las habilidades técnicas importaban mucho menos de lo que cabría esperar. Lo que era mucho más importante para los gerentes eran la inteligencia emocional: la capacidad de comprender y controlar los sentimientos (tanto los tuyos como los de tu encargado).
¿Cómo es un buen jefe?
El éxito se contruye entre todos y una buena relación con los empleados es más que necesaria. Hay varios factores comunes que hacen que un superior sea mejor. ¿Quieres saber cuáles son, según los algoritmos y análisis de Google? El primero de ellos es que debe preparar a sus trabajadores para cuando lleguen las adversidades. En lugar de solucionar todos los problemas en cuanto surgen, los mejores jefes los usan para enseñar, guiar y compartir información para cuando sea necesario. Así el resto gana experiecia y crece.
El siguiente factor es la libertad para que el resto aporte ideas y dejarles tomar riesgos inteligentes. No hay problema si se cometen errores, se puede aprender de ellos. Un superior debe proporcioar las herramientas necesarias y permitir horarios y entornos flexibles. Además, debe crear un ambiente inclusivo que muestre preocupación por el éxito y el bienestar. Un entorno "psicológicamente seguro" es la clave para un buen rendimiento. Los grandes equipos prosperan con confianza porque nadie se avergonzará por aportar ideas o fallar gracias a que quien los dirige ayuda a construir esa relación.
Un jefe debe ser productivo y saber orientar a sus empleados para obtener los mejores resultados. Tienen que ayudar a los demás para mejorar y conseguir ser siempre los primeros. De hecho, debe ser un buen comunicador para poder escuchar y compartir información. Si saben poner atención entienden mejor a sus equipos y son más empáticos. El pensamiento de "el conocimiento es poder" debe estar muy presente.
Aprender a emprender
Para ser un buen encargado también se debe apoyar el desarrollo personal y discutir el rendimiento. Los grandes gerentes animan a sus trabajadores compartiendo elogios sinceros y específicos. Pero no tienen miedo de exponer comentarios críticos, también, asegurándose de encuadrarlos de una manera que sea táctica y constructiva. Todo ello ayudándoles a alcanzar nuevas metas y objetivos.
Google ha visto una mejora notable en la rotación, la satisfacción y el rendimiento dándose cuenta de que la inteligencia emocional es muy importante
Deben también tener visión de futuro y pensar estrategias para el equipo. Saben exactamente en qué punto se encuentran en este momento, a dónde se dirigen y qué hacer para llegar allí y se aseguran de que cada uno entienda su rol individual para una correcta ejecución de la estrategia. Comprender el trabajo, desafíos y tareas que realizan sus empleados es primordial. Si hay un cambio en el departamento tendrá que adaptarse y hacer las cosas poco a poco para que no haya cambios drásticos que lo alteren todo.
Además, no deben sabotear a otros equipos y sí navegar en el mismo rumbo que la compañía para llegar a un mismo resultado general. Conocer cuáles son sus puntos débiles, no ser impulsivo y tomar decisiones sin que le tiemble la mano considerando todas las opciones es otro de los factores importantes. Si tu empresa puede capacitar y promover jefes que realizan todas estas cuestiones se convertirán en la mejor versión de sí mismos.