El futuro del trabajo es el ‘life long learning’

Si hay una cosa en la que creo que estamos de acuerdo, es que el futuro no se puede predecir. Podemos detectar señales que parece que van en esa dirección, pero si alguien dice que lo sabe todo, miente.

Las grandes señales, parece ser que el futuro, en cuanto al trabajo, pasa del empleo para toda la vida, a un mundo en el cual el cambio es constante. Probablemente vas a cambiar de empresa, pero es que si sigues en la misma empresa, también vas a tener que cambiar de rol.

A eso lo podríamos llamar flexibilidad. El tema es que la característica probablemente más importante de un trabajador es su capacidad de ser flexible o resiliente. Y es la capacidad no solo de aprender, porque cuando hablamos de aprender parece que nos estemos refiriendo a conocimientos, si no yo diría de reinventarse, de asumir nuevos roles profesionales, o cambiar de profesión.

Aprender es parte del trabajo. Lo que pasa es que nosotros no hemos sido educados para aprender continuamente, y eso es un problema, porque si le dices a una persona que tiene que aprender tampoco lo entendería. Es muy difícil que la gente asuma que tiene que asumir ese rol.

Yo siempre hago la metáfora de que nos han educado para una autopista, para un camino predecible, plano. Tú estudias para una cosa y acabarás trabajando de eso y te jubilas con boli de plata y, hoy en día, el trabajo se parece más a una montaña rusa; cambio constante.

¿Todo esto qué implica? Entre otras cosas, sistema educativo. A mi juicio, el sistema educativo tiene que cambiar radicalmente, y especialmente en todo lo que son esas competencias más emocionales que están detrás de la resiliencia, del aprendizaje continuo, y que son las más críticas en ese futuro del trabajo.

Yo creo que esas son las grandes cosas que tienen que cambiar para ayudar a la mayoría de la gente a hacer esa transición, porque lo es, y muy seria. A largo plazo, el cambio es bueno, el problema es la transición.