3 recursos clave que estamos malgastando

3 recursos clave que estamos malgastando

Los resultados de un equipo y de una compañía dependen de la gestión de sus recursos, por eso en las organizaciones se hacen presupuestos tan detallados.
4 Junio 2018

En la gestión de recursos está el secreto del éxito porque los recursos son finitos y no nos podemos permitir malgastarlos. Hasta aquí nada nuevo: Pero hay recursos muy importantes que no se incluyen en los presupuestos.

La clave para incrementar la productividad es usar de manera eficiente y efectiva los recursos más escasos y que no se presupuestan.

Pues bien, si dejamos de lado los recursos financieros:

¿Qué recursos son realmente escasos hoy en día?

¿Qué recursos podemos estar malgastando en las organizaciones?

Tres recursos basados en las tesis de Michael Mankins y Eric Garton.

Empecemos por una fórmula misteriosa:

Resultados= T x Ta x C

Vamos con el primer elemento:

El Tiempo (T)

Si el tiempo es un recurso valioso: ¿De cuánto tiempo disponen las organizaciones? Podríamos decir que disponen de las horas de dedicación de su equipo multiplicado por el número de personas que lo componen.

Si el tiempo no se puede crear, sólo podemos disponer de más tiempo contratando más personas ¿Correcto?

Pues seguramente no.

Podría ser correcto si nos olvidamos de un factor importante:

¿Cuánto tiempo estamos malgastando en tareas improductivas que agotan a las personas y les impiden dedicarse a conseguir resultados?

Las jornadas de trabajo están llenas de procesos, reuniones, objetivos innecesarios, o de trabajo en informes que nadie va a leer.

Cuando hay demasiadas prioridades es que no hay prioridades

Por definición no puedes tener demasiadas prioridades. Si la prioridad es lo que hay que hacer inmediatamente si hay demasiadas es que algo no está claro. Si tienes 10 prioridades no las vas a cumplir porque vas a pasar mucho tiempo decidiendo qué lo siguiente que tienes que hacer.

Es esencial que una empresa consiga un modelo de trabajo que impida la burocracia y la complejidad innecesaria.

Invierte el tiempo de tu equipo como invertirías el dinero de una inversión.

¿Qué segundo recurso resulta muy escaso?

El Talento (Ta)

Optimizar el tiempo disponible es clave, pero de nada servirá si no tenemos las personas adecuadas: aquí empieza la gestión del talento.

Tener las personas correctas y dedicarlas a hacer aquello en lo que “hacen la diferencia” es otra de las palancas de la productividad de los equipos.

Parece obvio, pero se producen constantemente errores en la asignación de funciones y en la detección de talento: ¿En cuántas organizaciones se ignora que sus mejores talentos se pueden marchar? ¿Cuántas selecciones de personal no acaban contratando a la persona más adecuada? ¿Cuántos problemas reportados por los equipos se ignoran?

Se trata de implantar prácticas y procedimientos de desarrollo que prioricen la formación, promoción, asignaciones de trabajo y compensación en función del talento -del talento que hace la diferencia- y que debe incluir un sistema de orientación, mentoring personalizado y rotaciones aceleradas para los mejores.

Y el último factor

El Compromiso (C)

El compromiso es el activo más e intangible y más difícil de gestionar y a la vez es el factor que desencadena que se libere la energía necesaria para el triunfo de la organización.

Y el compromiso requiere una cultura fuerte, clara, orientada a resultados y un ambiente de trabajo estimulante e inspirador.

Y también requiere un liderazgo inspirador: un líder inspirador está conectado con la visión de la empresa y las necesidades de los clientes y desarrolla un compromiso con su equipo.

Si generamos un ambiente propicio al compromiso, este ambiente desbloquea, en cada uno de nosotros,  nuestra motivación intrínseca  y genera una energía arrolladora.

Pregúntate: después de un año de trabajo, ¿cuántos empleados en tu empresa siguen teniendo la energía y el entusiasmo de cuando empezaron?

Un empleado comprometido es el doble de productivo que uno simplemente satisfecho (Mankins y Garton).

Las rutinas improductivas, la burocracia corporativa y la “administración” matan la ambición y la energía de demasiados empleados. Eso es desmoralizador para las personas y un desperdicio para las empresas, que necesitan desesperadamente toda la energía y el compromiso de todos sus trabajadores.

La gestión del tiempo, el talento y el compromiso del equipo permitirá a las empresas responder a los desafíos empresariales de hoy, en plena transición tecnológica y donde la respuesta rápida no la va a dar la tecnología sino las personas.

Busca talentos que marquen diferencias, inspíralos, ponlos en roles donde puedan marcar la diferencia, hazlos colaborar en equipos excelentes desarrollando iniciativas de importancia crítica y permite que operen en un entorno de pocas actividades burocráticas: así es como vas a lograr cosas realmente sorprendentes.

Y sobre cómo cambiar la situación actual hay que empezar preguntando ¿Cómo ayuda cada actividad que hacemos a servir mejor a los clientes?

Las empresas pueden buscar las ineficiencias que están ocultas en la organización, en las áreas con objetivos poco claros o actividades que se superponen entre sí y encontrar también las áreas que nadie está gestionando (que las hay) y generar un rediseño más efectivo.

La fórmula es

Resultados = Tiempo x Talento x Compromiso

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