¿Por qué me cuesta tanto trabajar en profundidad?

¿Por qué me cuesta tanto trabajar en profundidad?

¿Has notado tu dificultad para centrarse en las labores más exigentes? Aquellas que requieren de una mayor concentración y dedicación, que se prolongan más allá de una o dos horas.
26 Marzo 2018

Cada vez nos cuesta más conseguir entrar “en la zona” para llevar a cabo el trabajo de alta exigencia. ¿Qué me está pasando? ¿Se merman mis capacidades? ¿Son las distracciones? ¿Es mi motivación?

Hacer las cosas de una determinada manera modifica tu mente

Es un problema cada vez más frecuente

¿Cuál es el problema?

Todos tenemos el mismo problema en mayor o menor grado. Vivimos en los tiempos de la atención vaporosa. Las actividades de alta exigencia cuentan hoy con mayores inconvenientes a causa de que nuestro músculo de la atención se debilita.

Centrar la atención en una sola actividad refuerza la capacidad para enfocar.

Piensa en tu ocio. ¿Cuánto hace que no te dedicas a una sola cosa? ¿Eres capaz de ver una película sin consultar tu smartphone?

Cuando navegas por Internet ¿te centras en una sola página o mantienes varias solapas abiertas, saltando de una solapa a otra?

¿Qué ha pasado con tu capacidad lectora? ¿Sigues siendo capaz de dedicar 45 minutos, 1 hora a leer o te agota?

Creo que hay varias causas para este problema:

Nos hemos convertirse en individuos multitarea sin darnos cuenta

Sin nosotros pretenderlo nos hemos abocado a hacer las cosas en paralelo, dispersando nuestra atención en varios asuntos.

Sin darnos cuenta ni importancia combinamos trabajo en mayúscula con otras actividades en background: Trabajar y escuchar música, cena con una persona y consultar el smartphone…

“Realizamos multitarea sin darnos cuenta. Superponiendo actividad importante y de baja intensidad”

Tan es así que cuando no dedicamos atención a lo que estamos haciendo caemos de forma inconsciente. De repente nos vemos con el teléfono en la mano o con el navegador abierto.

Interrumpimos el flujo de actividad de forma continuada

Cada vez que desbloqueas tu smartphone para acceder a una app, al correo, a una red social o jugar a un juego liberas dopamina.

“Ya no se trata sólo de un mal hábito consolidado a través de la repetición, te estás condicionando a nivel fisiológico”

Los creadores de apps quieren que utilices sus creaciones de forma continuada. Recurren al diseño persuasivo para mantenerte pillado.  Buscan un mayor número de accesos a su app y mantenerte dentro el mayor tiempo posible.

¿Dónde nos ha llevado la cara oscura de la tecnología?

Necesitamos estímulos cognitivos de forma continuada.

Ya no hay espacio para el silencio o el aburrimiento, siempre necesitamos hacer algo:

Leer el mail, navegar por Internet, mensajería instantánea, escuchar un podcats, ver vídeos en Youtube…

“El ocio está totalmente colonizado por la tecnología y el exceso de posibilidades que nos ofrece”

Son pequeños y constantes impactos cognitivos con consecuencias. Repercuten en nuestra capacidad para concentrarnos y mantener la atención de forma continuada.

Necesitamos las actividades basura para reforzar la sensación de que no hemos malogrado el tiempo y que no decaiga nuestro estado de ánimo ante el vacío (el espacio sin estímulos).

Nos hemos sumergido en un mundo donde siempre tenemos que tener algo para hacer.

¿Por qué cada vez me cuesta más concentrarme?

Ten en cuenta que este sistema que incluye cognición y mente se ve afectado por tu entorno, tu actividad y los input que tú le proporcionas. Cambia fisiológicamente, el cableado interno se modifica…

Cada vez somos más dispersos, nos cuesta más dedicar una atención prolongada y de calidad en nuestras tareas y no sólo es una cuestión de conducta o de hábitos, el obstáculo a batir tiene un componente a nivel físico.

La incapacidad de focalizar y la necesidad de saltar de un asunto a otro nos lleva a un dispendio de tiempo y de energía más grave de lo que crees.

Ten en cuenta que tu mente no es un aparato mecánico que sepa cambiar de tarea, de ambiente de trabajo, como lo hace una máquina.

Necesita tiempo para conectar con lo que estás haciendo en ese momento, para acceder a lo que debe tener en cuenta para hacerlo, para relacionar la información o para desconectarse de lo que estabas haciendo antes, etc…

“Cambiar de tarea no es un proceso mecánico, es una actividad orgánica que consume tiempo y energía”

Una cognición saturada junto con el hábito de convivir con un exceso de información y estímulos evitan obtener focos, profundizar en lo que hacemos con cierta facilidad. Preferimos elegir una tarea más superficiale en lugar de una más exigente para el esfuerzo que requiere centrarse en ella.

Perdemos los recursos y la capacidad para realizar un trabajo profundo.

Es un problema de primer orden. Del mismo modo que trabajamos nuestro físico en el gimnasio debemos trabajar nuestra mente para mejorar la capacidad de atención y el funcionamiento cognitivo.

Trabajar para mejorar el rendimiento de la atención descargando nuestra cognición, cambiando la forma de relacionarnos con la tecnología y adquiriendo nuevas prácticas que repercutan en nuestra eficacia personal.

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