Ser una empresa saludable se convierte cada vez más en un reto para las propias compañías
Ser una empresa saludable se convierte cada vez más en un reto para las propias compañías
La cultura de la salud llega con fuerza tanto al mundo empresarial como al académico, sin embargo, la mayoría de compañías no están todavía preparadas para afrontar este reto. Así se puso de manifiesto durante la jornada 'Empresa saludable orientada a resultados', organizada por la Asociación Centro de Dirección de Recursos Humanos y Medycsa.
Carmen Gallardo, decana de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, apuntó a que "no todo es salud aunque se hable como si todo lo fuera".
Francisco José Perales, director de Servicios Médicos de Medycsa, por su parte, aseguró que el concepto de salud "está de moda", pero la valoración que suele hacerse es de la pérdida de salud, no de la ganancia de la misma. Sin embargo, de las empresas que componen el IBEX 35, el 90 por ciento no tienen este concepto, ni la promoción del mismo, en su misión, visión o valores.
Y, aunque cada vez más, las compañías invierten en ello, contratan a médicos, ofrecen formación sobre estilos de vida saludables u organizan talleres —de yoga o reiki, por ejemplo—, entre otras cosas, no suele hacerse de manera coordinada y global, sino que cada departamento "va por su lado", pero, por lo general, no hay "apoyo real" desde los equipos directivos, por lo que no existen datos generales.
En este sentido, se preguntó hacia dónde debería enfocarse la empresa en este ámbito y agregó que la salud dentro de la compañía va más allá de los personal trainers y las actividades que organizan, de los recursos humanos llevando a cabo iniciativas que ayuden a conciliar la vida laboral con la familiar, de lo que hacen los médicos que trabajan en las compañías y de la responsabilidad social corporativa, pero, para que sea posible, deben estar alineados todos estos factores. Y es que, sin trabajadores sanos, no hay empresas saludables, y el concepto de salud en este caso debe ser integral, a través de un plan personalizado para cada empresa en particular.
Asimismo, deberá tenerse en cuenta cómo han ido cambiando los conceptos pues, mientras que antes se trataba con trabajadores, ahora se hace con personas, y lo mismo ocurre con los tratamientos ante determinadas patologías, pues ahora no se abordan las enfermedades, sino a las personas en su conjunto. Y es que cada vez se habla más de algunos términos que tienen que ver con que una empresa sea saludable, como el hecho de mantener el talento o realizar una buena gestión de las emociones.
Además, Perales señaló que hay empresas que, al contratar a sus empleados, tienen además en cuenta su 'tasa de optimismo'.
Valorar resultados es también fundamental, pues sin hacerlo no es posible saber en lo que se está trabajando bien y lo que no, además, es esencial contar con el apoyo del comité directivo para tener éxito, pues deberá llevar el liderazgo de este tipo de iniciativas.
En esta línea, los planes que se lleven a cabo con el objetivo de que la empresa sea saludable —continúa el director de Servicios Médicos de Medycsa—, deberán establecerse a tres o cinco años al menos y tendrán que buscar beneficiar tanto a los trabajadores como a la propia compañía.
En definitiva, abogó por conseguir el objetivo del comité de empresa con la salud de la compañía, realizar un seguimiento a través del cual se midan los resultados y, si alguna de las iniciativas que se están llevando a cabo resulta ser equivocada, simplemente se modifica o rectifica, pero "tiene que ser un cambio y un avance continuo".
Ángel Alloza, director y secretario general de Corporate Excellence, por su parte, incidió en que, actualmente, el 80 por ciento del valor de una empresa está en los intangibles asociados a la misma —marca y reputación— pero, por el contrario, solo el 20 por ciento de las compañías reconocen estar preparadas para gestionar el mundo intangible, dentro del que se encuentra la salud de la empresa.
"Definir tu propósito significa crear un sistema de creencias compartidas y ecosistemas saludables que generan compromiso emocional, primero en tus propios empleados", aseguró Ayoza. En esta línea, apuntó a que las marcas corporativas se crean "desde dentro hacia fuera", por lo que el hecho de que los empleados estén satisfechos es esencial para el buen funcionamiento futuro.
Y es que si se consigue alcanzar un sistema de creencias conjunto con el que se sientan identificados tanto los directivos como los propios empleados, los trabajadores hablarán sobre el mismo con otras personas, no por sentirse obligados a ello, sino porque quieren, fomentando la reputación de la empresa porque "crecer en reputación implica crecer también en millones de euros", apostilló el director y secretario general de Corporate Excellence.
Por otro lado, José María Martínez, profesor de la Universidad Internacional de Cataluña, insistió en la necesidad de empezar a distinguir entre la protección y la promoción de la salud, ya que generalmente se hace lo primero, pero es importante "dar un paso más" y pasar a promocionarla.
Subrayó que "la salud es un constructo", formado por la parte física, la psíquica y la social, y "un trabajo saludable, siempre reporta salud", algo especialmente importante si se tiene en cuenta que la mayor parte de la población pasa más de cuarenta o cincuenta años de su vida trabajando. Por ello, Martínez consideró también a la empresa como el ambiente ideal para promocionar la salud. En esta línea, abogó por empezar a distinguir entre las empresas que son saludables y las que no lo son.
Fuente: Gaceta Médica