Los polímatas serán los profesionales más demandados en la era digital

Los polímatas serán los profesionales más demandados en la era digital

Deusto Business School y la compañía de la innovación 3M han presentado un informe encaminado a profundizar en la importancia de un fenómeno que llevó al ser humano a sus cotas más altas durante el Renacimiento y que ya se muestra una pieza clave en la era digital: la polimatía.
8 Enero 2018

La polimatía es la capacidad de alcanzar la excelencia en dos o más áreas del conocimiento pertenecientes a expresiones diferentes del genio humano, con una combinación de estructuras que pueden proceder de campos tan diversos como las artes, las ciencias, los negocios, el deporte, la tecnología o las humanidades.

¿Podría haber pasado a la historia Leonardo da Vinci, máximo exponente del Renacimiento, si hubiese nacido en nuestro tiempo? ¿Habrían podido brillar las mentes de Copérnico, Galileo o Francis Bacon, en el mundo actual tan marcado por la especialización? En un escenario acelerado, en el que cada 10 años se duplica la producción científica, la polimatía parece cobrar un nuevo sentido. El cambio tecnológico y la competencia global genera más incentivos que nunca para innovar y la economía digital constituye un campo abonado para que el polímata desarrolle todo su talento, pues una mente habituada a cuestionar constantemente la realidad, con facilidad para el aprendizaje y capacidad para encontrar soluciones imaginativas, resulta especialmente apta en los nuevos escenarios.

En este contexto, los trabajadores más valiosos del futuro no serán los mejores ingenieros o programadores, sino los polímatas: personas con grandes conocimientos técnicos, pero también capaces de comprender las necesidades de la empresa y sus clientes. La razón es que el éxito empresarial viene determinado no tanto por el grado de sofisticación tecnológica de los desarrollos, sino por su adaptación a la vida de las personas.

Ya hay polímatas muy conocidos en Silicon Valley que están revolucionando una industria tras otra. Los emprendedores en serie como Steve Jobs o Elon Musk son los Leonardo o Edison del siglo XXI. Su éxito no viene de ser especialistas en una materia, sino de aunar su olfato para los negocios con el diseño, la tecnología y la ciencia.

Durante los últimos dos siglos la sociedad occidental se ha sustentado sobre el paradigma de la hiperespecialización, lo que hace que nos parezca una rareza que haya profesionales que destaquen en campos tan dispares como la ciencia y las artes, por ejemplo.

Sin embargo, la era digital demanda “talentos todoterreno” como los que brillaron en el Renacimiento, aunque también los ha habido en épocas más recientes y dentro de nuestras fronteras, como nuestro primer premio Nobel literatura, José Echegaray, que fue antes científico que literato; Gregorio Marañón, quien además de médico fue ensayista; o Santiago Ramón y Cajal quien destacó en el campo de la fotografía además del de la neurociencia, y también galardonado con el premio Nobel.

Nunca antes ha estado tan a nuestro alcance la posibilidad de desarrollar la polimatía gracias a las nuevas tecnologías. En la actualidad es posible acceder a cualquier tipo de conocimiento a través no solo de libros y manuales, sino también de videos o MOOCs (cursos online masivos y abiertos) que imparten profesores de las mejores universidades del mundo. En este contexto se rompe la dicotomía de ciencias y letras por la que se trata de categorizar a las personas desde que están en el instituto. Una persona puede destacar en ambas disciplinas y además conviene dar importancia a otras como la creación artística o la práctica deportiva.

En opinión de Francisco González-Bree, profesor de innovación de Deusto Business School y coautor del informe “La innovación requiere ahondar en el llamado ‘efecto Medici’, que busca innovaciones en las intersecciones de sectores y disciplinas. En Deusto Business School fomentamos esa búsqueda y creemos firmemente en la innovación como palanca indispensable para el crecimiento y sostenibilidad de las empresas”.

Según Estrella Cabrero, Responsable de Innovación de 3M Iberia, la innovación continua es ahora más necesaria que nunca debido al cambio tecnológico y a la competencia global: “En 3M llevamos varias décadas generando valor a través de la unión de distintas ramas de la ciencia y la tecnología para crear nuevos productos, servicios y procesos complejos destinados a dar solución a los grandes y pequeños problemas del mundo”. De hecho, uno de los objetivos de la compañía es que el 25% de su facturación proceda de productos que llevan menos de cinco años antes en el mercado. “Nuestros científicos se apoyan en 46 plataformas tecnológicas diferentes y buscan conexiones entre ellas para crear las soluciones más innovadoras”, añadió Estrella Cabrero.

Fue precisamente 3M la primera empresa a nivel mundial que publicó un estudio sobre la polimatía, dedicado a analizar la aportación al éxito de 3M que han tenido aquellos de sus científicos que aunaban profundidad y amplitud en sus conocimientos, y que concluía de la siguiente manera: “Los especialistas han aportado a 3M las innovaciones más influyentes; los generalistas han generado nuevas ideas y patentes; y los polímatas han contribuido no solo generando innovación, sino también aplicando estas invenciones a diferentes áreas de la organización, integrándolas con diferentes tecnologías y convirtiéndose así en los científicos más valiosos de la empresa”.

De esta manera, directivos y organizaciones están redescubriendo el valor de completar sus equipos con personas que, junto a un buen nivel técnico, tengan un anclaje fuerte humanístico, pasando así del paradigma STEM (Science, Technology, Engineering and Mathematics) al STEAM, que incorpora a la fórmula las Arts en el amplio sentido que tiene la palabra en la lengua inglesa.

En resumen, en una sociedad todavía hiperespecializada, la polimatía se revela como un elemento clave de innovación que ya están aprovechando muchas grandes empresas.

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