La Tierra se ha calentado a un ritmo sin precedentes en los últimos 2.000 años
La Tierra se ha calentado a un ritmo sin precedentes en los últimos 2.000 años
La Tierra se está calentando a un ritmo sin precedentes en la historia geológica reciente, según la base de datos del seguimiento global de las temperaturas terrestres de los últimos 2.000 años.
En 2008, un grupo de investigadores comenzó a recopilar y analizar los registros de paleotemperaturas que cubren los dos últimos milenios y a publicarlos en revistas científicas, en el marco del proyecto 2kNetworks bajo la dirección del proyecto Past Global Climate Change (PAGES).
Como resultado de esa iniciativa, se publicaron una serie de artículos documentando las temperaturas históricas por cada continente, así como un artículo de síntesis de datos del conjunto de los continentes, elaborado sobre la primera versión de la base de datos. Luego se le añadieron los datos oceánicos.
La última versión de esta base de datos acaba de publicarse en la revista Scientific Data, respaldada por 100 climatólogos y con más de 700 registros de 648 sitios de todo el mundo. La base de datos, que se encuentra abierta en Internet, permite a cualquiera descargar y utilizar todos los datos climáticos. Adjuntamos el artículo original en su texto completo.
Los registros incluyen anillos de árboles, capas de hielo, capas de sedimentos y rocas, microfósiles, el crecimiento de corales y documentos históricos. Uno de los datos que se obtienen de esta documentación es que la temperatura global promedio en la Tierra ha aumentado alrededor de 0,8ºC por año desde 1880, lo que evidencia no sólo una tasa de calentamiento sin precedentes en los últimos 2.000 años, sino también la influencia de la acción humana en este comportamiento climático.
Inversión de tendencia en la era industrial
Eso significa que las temperaturas globales se mantuvieron estables durante 2.000 años, con una tendencia de enfriamiento en Europa y Sudamérica durante la Pequeña Edad de Hielo, pero que luego se dispararon en las últimas décadas. Esta tendencia confirma también las mediciones modernas y directas de las temperaturas en todo el mundo.
Algunos cambios en el clima de la Tierra en ese periodo de 2.000 años pueden atribuirse a influencias naturales, como los cambios lentos en la órbita de la Tierra que redistribuyen la radiación solar entrante, las fluctuaciones de la actividad solar y las erupciones volcánicas mayores.
Sin embargo, sólo el aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero debido a la quema de combustibles fósiles puede explicar el fuerte aumento de la temperatura observado desde 1850, que, como muestran estos datos, es altamente anómalo en el contexto de los últimos 2.000 años, señalan los investigadores en un comunicado.
Datos proxy para el pasado
El conocimiento de las temperaturas globales del pasado, antes de que tuviéramos tecnologías para medirlas y hacerles un seguimiento, se basa en datos llamados “proxy” obtenidos de fuentes indirectas a partir de archivos paleoclimáticos, biológicos y geológicos.
Un referente básico para conocer el clima del pasado son los árboles, que al crecer ensanchan su tronco mediante anillos que pueden indicarnos su edad. También sabemos que el anillo del árbol es más ancho si tiene buenas condiciones climáticas, por lo que podemos saber el clima de una época analizando los anillos de los árboles más antiguos.
Midiendo el ancho del anillo de los árboles, podemos obtener estimaciones indirectas de los cambios en la temperatura ambiente que ha registrado cada árbol a lo largo de su vida.
Imagen:PAGES2k Consortium, 2017
Fuente: Tendencias 21