Rotondas y seguridad vial
Rotondas y seguridad vial
Muchas inventos británicos han tenido un éxito notable extendiéndose rápidamente por el mundo. Por citar sólo algunos ejemplos recordaremos la democracia parlamentaria, el fútbol, la máquina de vapor y el whisky. Uno de los relativamente recientes es el de las rotondas.
La primera rotonda del mundo se construyó en Letchworth Garden City (una ciudad inglesa situada a 55 kilómetros de Londres en el condado de Hertfordshire) hacia 1909; el invento se convirtió en una especia de obsesión nacional, dando lugar a la creación de la Roundabout Appreciation Society que otorga cada año el premio a la mejor rotonda del año, honor que actualmente ostenta una ubicada en York que tiene en su centro un molino de viento.
Al mismo tiempo, la rotonda se expandió rápidamente por el mundo. Se estima que en 1997 existían entre 30.000 y 40.000 rotondas en el mundo; actualmente su número se eleva a unas 60.000. La mitad de ellas se encuentran en Francia, donde se han convertido en una pasión municipal. En los Estados Unidos su número crece también rápidamente: desde que en 1990 se instalara la primera en Nevada, se ha pasado unos pocos centenares a más de 3.000 en la pasada década. En Australia hay 8.000, y su uso se está extendiendo rápidamente en los países en vías de desarrollo.
Desde el punto de vista de la seguridad vial las ventajas de las rotondas parecen de una rotundidad notable. Según el norteamericano Department of Transportation la sustitución de los cruces convencionales (con señales de STOP o semáforos) por rotondas conduce a una disminución del 35% en el número de colisiones, del 76% en el número de lesiones y del 90% en el número de muertos. Desde el punto de vista económico las rotondas tienen un coste que no es despreciable, pero su mantenimiento es infinitamente más barato que el de los cruces con semáforos.
El éxito de las rotondas está limitado por la intensidad del tráfico y el espíritu de colaboración de los conductores. Si los conductores son colaborativos en lugar de competitivos, las rotondas funcionan muy bien, pero ello no ocurre en lugares como Nairobi, por ejemplo, donde las rotondas suelen estar permanentemente embotelladas. Por otra parte, a partir de una cierta intensidad de tráfico las rotondas tienden a embotellarse. Las fórmulas para calcular dicha intensidad estas disponibles en esta referencia.
Fuente Propia: Prevención Integral & ORP Conference