La explotación laboral también incide en los españoles que salen a trabajar al exterior
La explotación laboral también incide en los españoles que salen a trabajar al exterior
España ocupa (con más de 1.600 víctimas) el segundo lugar entre los países de la UE en lo que se refiere a trata de seres humanos con fines de explotación sexual y laboral. El dato, recogido por Eurostat durante los años 2008 y 2010, está sacando a la luz que la discriminación ya no sólo se refiere a ciudadanos foráneos, sino que también se puede aplicar cada vez más a españoles que buscan una salida desesperada a la crisis.
Una situación que ha reflejado el sindicato UGT en un reciente cartel, donde se pone de relieve que la trata de seres humanos con fines de explotación laboral pueden afectar tanto a un ciudadano africano como a una ciudadana española que ha sido contratada en el extranjero, que trabaja más horas de las legalmente establecidas, cobra menos de lo estipulado y cuyo alojamiento no cumple las normas mínimas de higiene. Se llega incluso al extremo de condiciones de auténtica esclavitud.
“No es una situación aislada, como podría suponerse”, explica Ana María Corral, responsable del departamento de Migraciones de UGT. Como sucedía en los años noventa, cada vez es mayor el número de personas que emigran sin contrato de trabajo y que tienen que aceptar unas condiciones poco dignas”.
Desde el sindicato denuncian que España no ha cumplido con la obligación de trasponer la directiva europea relativa a la prevención y lucha contra la trata de seres humanos y la protección a las víctimas. Tampoco se incluyen ninguna partida de los Presupuestos Generales del Estado para la protección y acogida de las víctimas de la trata de fines de explotación laboral. Tampoco consideran suficiente la inclusión de algunas previsiones de la directiva europea en la ley orgánica que modificará el Código Penal.
Sin escrúpulos
Aunque la trata de seres humanos con fines de explotación laboral se identifica en su mayoría por los casos de explotación sexual, cada vez cobra más importancia los delitos relacionados con las condiciones laborales que imponen contratadores sin escrúpulos. Y esta trata de personas, que suele asociarse con personas de nacionalidad extranjera no comunitaria, también se extiende a ciudadanos de cualquier nacionalidad de la UE, incluida la española.
De hecho, sigue apuntando Eurostat, el 44% de los presuntos tratantes tenía nacionalidad de alguno de los 27 Estados de la UE (en España era del 45% y prácticamente la mitad eran mujeres).
Si entre los años 2003 y 2006, el porcentaje de la trata con fines de explotación laboral suponía el 18% del total, este nivel se ha duplicado durante el periodo 2007-2010, lo que se atribuye a una peor situación económica y laboral, así como a la mejora de recogida de datos por los Estados miembros.
También se pone de relieve un aumento de la “trata doméstica”, cuando la víctima de la explotación laboral es trasladada dentro del propio país, que se elevó del 19% al 25% en los mismos periodos.
Y no es un asunto baladí. “La trata de seres humanos con fines de explotación laboral son ya casi tan rentables como el comercio de drogas o de armas. Y hasta finales de 2010 España no lo incorporó como delito a nuestro ordenamiento jurídico”, explica Ana María Corral.
La representante sindical muestra su preocupación por el hecho de que no exista un plan específico laboral para ayudar a las personas que sufran este tipo de explotación laboral en nuestro país. Recuerda que muchas víctimas eluden denunciar su caso porque es el único ingreso que reciben para sobrevivir.
“Aunque este comercio de seres humanos es más invisible, creo que se deberían fijar unos protocolos de actuación para apoyar a los afectados por esta situación. También las organizaciones laborales tenemos la obligación de identificar en la medida de nuestras posibilidades casos en los que se produzcan situaciones de explotación laboral”, dice la sindicalista.
Y no sólo por el 8% de víctimas de nacionalidad española que se fueron identificadas en 2010, sino por todos los seres humanos que se ven obligados a padecer esta lacra social y laboral, más intensa en periodos de recesión y crisis como el actual.
Fuente de Datos: zoomnews.es