Ergonomía y Galileo Galilei

Ergonomía y Galileo Galilei

Viernes, 12 Marzo 2010

La Agencia Europea para la Salud y Seguridad en el Trabajo AESST, entre otras iniciativas, promueve una campaña bienal de concienciación y divulgación en todos los estados miembros sobre un tema preventivo común. La última campaña europea 2008-2009 que se llevó a cabo versaba sobre la “Evaluación de riesgos”.

Quizás hubiera sido ambicioso pretender que uno de los resultados de dicha campaña fuera un documento de consenso sobre los procedimientos y criterios a utilizar para evaluar riesgos laborales, en especial los riesgos ergonómicos o vinculados a la carga física del trabajo.

¿Un documento de consenso? Tras 15 años de la trasposición de la Directiva Europea Marco alguno pensará, a estas alturas me van a decir cómo hacer las cosas…

En el otro extremo, están los técnicos ergónomos abrumados por su ética profesional ante la subjetividad de los resultados en las evaluaciones específicas de riesgos, los métodos de evaluación corporativos inventados, los criterios contradictorios incluso entre técnicos con función inspectora, entre otras situaciones que han originado un escenario de confusión: estamos en alta mar sin brújula ni estrellas que nos indiquen nuestra posición y hacia dónde debemos ir. Hemos olvidado a Galileo Galilei, “mide lo que es medible y lo que no es medible, hazlo medible”, y nos hemos perdido.

El panorama no es tan desalentador; existen instrumentos de medición, dígase metodologías de evaluación, que permiten a un técnico formado medir lo que se pretende medir y obtener la misma medición independiente del técnico que mida.

Faltaría únicamente saber qué instrumento de medición seleccionar ante unas condiciones de trabajo determinadas. En este sentido continúa la desorientación, como por citar un ejemplo, cuando encontramos en el documento Guía de Actuación Inspectora del Ministerio una lista de métodos de evaluación recomendados por factor de riesgo errónea. Por citar alguno, se recomienda la utilización del método OCRA para evaluar el riesgo relacionado con posturas forzadas, cuando esta metodología se desarrolló para la evaluación del riesgo por trabajo repetitivo.

Hoy por hoy, quienes han pretendido obtener un consenso de criterios en estos aspectos han sido los organismos normalizadores. Y más que los organismos en sí, los científicos de diversos países que colaboran en los grupos de trabajo. Entre el año 2001 y el 2007 se publicaron las normas ISO y UNE-EN sobre los procedimientos de valoración de los riesgos ergonómicos biomecánicos (manipulación manual de cargas, uso de fuerza, posturas forzadas y trabajo repetitivo). Estos documentos, no sólo nos proporcionan el consenso de la comunidad científico-técnica internacional, sino que también soportan la referencia de documentos válidos citados en el Artículo 5 del Reglamento de los Servicios de Prevención.

Así que, ¡a estudiar!

Y con la idea de ayudar en estos deberes, os ofrecemos el libro que hemos publicado recientemente: “Manual de evaluación de riesgos para la prevención de trastornos musculoesqueléticos”, y os invitamos a conocerlo en la web de la editorial: www.editorial-fh.com.

Esperamos que este manual sea realmente una ayuda en esta materia y proporcione una brújula que señale la dirección correcta para prevenir los trastornos musculoesqueléticos.

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