BONUS MALUS y la mejora de las condiciones de trabajo

BONUS MALUS y la mejora de las condiciones de trabajo

Viernes, 28 Noviembre 2008

Uno de los retos de la mayoría de los países, es conseguir un método que estimule a las empresas a mejorar las condiciones de salud y trabajo, por encima de los mínimos exigidos por la legislación.

Cada dia parece más cerca la aplicación del esperado sistema de cotización de las primas por accidente de trabajo, según fuentes del Ministerio de Trabajo, del “Bonus Malus”.

A pesar de estar ya previsto en la Ley de Bases de la SS, no se concretó hasta 1998, en la Ley de presupuesto, en el que se estableció que, en el plazo de un año, el gobierno establecería una nueva tarifa de primas. En los presupuestos de 2007 se ordenaba a la SS el establecimiento de los índices de siniestralidad de los diferentes sectores en relación con la cotización, para que el gobierno estudie el establecimiento del nuevo sistema basado en el “Bonus Malus”.

La finalidad de este sistema de cotización es la de incentivar a las empresas que reduzcan los accidentes laborales y que, por lo tanto, mejoren sus condiciones de trabajo.

Las medidas que pueden adoptarse para incentivar a las empresas son:

Mejorar el entorno administrativo y reglamentario

- Reduciendo cargas administrativas y gastos de aplicación de la legislación, que dificultan notablemente la creación y desarrollo de empresas.

- Acciones para promover la difusión de mejoras, principalmente en el ámbito de la simplificación administrativa.

Mejorar el entorno financiero

- Mejorando la financiación de créditos

- Mejorando la capacidad de gestión financiera

Aumentar la competitividad de las PYME - Facilitando el acceso a la investigación, innovación y formación.

Estas medidas contribuirían a un aumento de la competitividad permitiendo mejorar las condiciones de seguridad y salud de los trabajadores, al existir una clara relación entre el éxito de las empresas y unas buenas condiciones de trabajo.

La estructura empresarial de nuestro país, esta constituida básicamente por pequeñas y medianas empresas. Según la VI Encuesta Nacional de condiciones de trabajo, la distribución de trabajadores por tamaño de plantilla de la empresa es la siguiente:

EMPRESAS%% SOBRE EL TOTALAutónomos sin empleados12,6%12,6%Empresas de 1 a 9 trabajadores27,7%49,6%Empresas de 10 a 49 trabajadores21,9%Empresas de 50 a 249 trabajadores17,5%37,5%Empresas de 250 a 499 trabajadores6,0%Empresas de 500 o más trabajadores14,0%

Esto significa que las empresas de hasta 49 trabajadores, dan ocupación a la mitad de la población de este país, y las empresas de más de 50 trabajadores al 37,5%.

Sin embargo, las medidas propuestas para incentivar a las empresas, dada la estructura empresarial de nuestro país, da como resultado que solo las grandes empresas están en condiciones de cumplir con las medidas propuestas, y son las únicas que se beneficiarían de la aplicación de este sistema de cotización, originando una transferencia de recursos económicos de las pequeñas empresas a las grandes empresas.

Uno de los métodos que más éxito están teniendo en algunos países, y no por eso el más eficaz, es el de aplicar incentivos económicos en función del resultado de la accidentalidad de la empresa. Este sistema tiene una serie de inconvenientes, ya que al centrarse únicamente en los accidentes, no tiene en cuenta las enfermedades profesionales ni aspectos relacionados con la mejora de las condiciones de trabajo.

Otro de los inconvenientes es que, para las pequeñas empresas, las estadísticas de accidentes no tienen mucho sentido, ya que es posible que los accidentes que se registren a nivel individual sean mínimos. Por lo que la concesión de incentivos basado en este sistema tampoco tendría un efecto positivo y quedarían excluidas de cualquier programa de incentivos basado únicamente en la reducción de los accidentes.

Uno de los motivos por el cual la concesión de incentivos, basados únicamente a las estadísticas de accidentes no constituye un parámetro adecuado, es que puede haber empresas que, sin realizar ningún esfuerzo en mejorar sus condiciones de trabajo, no registren accidentes. Mientras que empresas, invirtiendo en mejorar sus condiciones de trabajo, pueden llegar a sufrir alguno. En este caso se premiaría a la primera y se penalizaría a la segunda, a pesar del esfuerzo realizado.

Otro aspecto a tener en cuenta es que puede producir un efecto negativo. Muchas empresas podrían coaccionar a los trabajadores para no comunicar los accidentes de poca importancia y así beneficiarse de las bonificaciones.

Los aspectos que mejor pueden evaluarse en las pequeñas y medianas empresas para que los incentivos tuvieran éxito, es la adquisición de máquinas poco ruidosas, técnicas de reducción de ruido, reducción de la contaminación, situaciones que mejoren las condiciones de trabajo, etc.

Para ello la concesión de incentivos económicos debería basarse en la evaluación de riesgos y planificación efectiva de las actividades preventivas.

Una evaluación inicial de riesgos del centro de trabajo, y otro posterior, contrastado con una auditoría, pondría de manifiesto las mejoras conseguidas, cuyos resultados han dado como fruto una mejora de las condiciones de trabajo y muy probablemente una reducción de accidentes y enfermedades profesionales en el periodo analizado.

¿Qué opinas de este artículo?