Las exigencias laborales como determinantes de trastornos musculoesqueléticos

Introducción: Se llevó a cabo una Investigación con el objetivo de identificar las exigencias que se desprenden del proceso de trabajo y determinar su asociación en la aparición trastornos musculoesqueléticos, TME, en los trabajadores de la salud. Material y métodos. Se realizó un estudio observacional, descriptivo y transversal a 296 trabajadores, 80% mujeres y 20% varones, con una edad promedio de 39 años y una deviación estándar de 8.8 años. Se aplicó una encuesta individual; con la información obtenida, se realizó un análisis univariado y bivariado. Se obtuvieron porcentajes, tasas, razones de prevalencia y algunas pruebas de significancia estadística como ji cuadrada. Resultados- 15 exigencias laborales se encontraron asociadas a la presencia de TME, entre las que destacan tener que adoptar posiciones forzadas o incómodas, con 85% mayor probabilidad de presentar TME (I.C. de 1,30-2.42; p. 0.0003). La repetitividad de movimientos, con un 90% (I.C. de 1.43-2.61 p. 0.000); así como tener que realizan movimientos constantes con la espalda o cintura, con un 87%de probabilidad y un intervalo de confianza de 1.24-2.80 y una p de 0.001. Discusión: Los trastornos musculoesqueléticos están generando una alta morbilidad en los trabajadores, a pesar de ello, su estudio y reconocimiento de origen laboral ha encontrado dificultades, primero por su origen multicausal y segundo, porque estos daños se relacionan más al estilo de vida, que a las condiciones de trabajo. Conclusiones: Los resultados indican que los TME afectan en gran medida la salud de los trabajadores, por lo que es necesario que estos daños sean reconocidos por la ley, como derivados del trabajo.
Keywords: 
Condiciones de trabajo; Enfermedades profesionales; Trastornos musculoesqueléticos; Medicina del trabajo
Tema secundario: 
Main Author: 
IVON
LOPEZ ROQUE
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA
México
Co-authors: 
MARIA ADRIANA CECILIA
CRUZ FLORES
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA
México
Introducción: 

La globalización y el neoliberalismo han incitado a las empresas, instituciones y organizaciones de los diferentes sectores de la población, a adquirir nuevas tecnologías, modificar sus procesos y organización de trabajo, para subsistir dentro  de la competencia del mercado, o bien para satisfacer las demandas de éste.

El sector servicios y en particular los servicios de salud, no se encuentran exentos de esta situación. La necesidad de brindar un mejor servicio y alcanzar una cobertura universal de salud, ha llevado a las instituciones de este sector, a implementar diversos cambios en su infraestructura y organización para alcanzar este objetivo (Secretaría de Salud [SSA], 2011). No obstante, las transformaciones en los procesos de atención y trabajo de estas instituciones, no se ha dado de manera equilibrada; la falta de recursos materiales, físicos y humanos para cubrir la demanda de atención que la población requiere, ha provocado un incremento de exigencias laborales sobre todo en  los trabajadores de la salud, que se exponen  durante su actividad diaria a una mayor carga de trabajo, jornadas largas, rotación de turnos, movimientos repetitivos, adopción de posiciones forzadas, sin dejar de mencionar, la infraestructura en la que realizan su trabajo y la capacidad que tiene su centro laboral para cubrir la demanda de servicios (Ribeiro, Fernandes, Solla, Santos Junior & Sena Junior, 2012).

La exposición constante de los trabajadores de la salud a estas exigencias durante su actividad, podrían con el tiempo desencadenar diversas enfermedades, de tipo psíquico, psicosomáticas o del aparato locomotor, entre los que se encuentran los trastornos musculoesqueléticos (TME).

 

La aparición de TME han mostrado un incremento en los últimos años y se han reportado asociados, no solo a las exigencias derivadas de los procesos de trabajo, sino también a enfermedades psíquicas y psicosomáticas (Lee, J., Lee, H.K. & Cho, 2015).  

De acuerdo con la Organización Internacional de Trabajo (OIT, 2013) los trastornos musculoesqueléticos son los daños a la salud más comunes en la Unión Europea y representan el 59% de las enfermedades profesionales. En Reino Unido durante 2011- 2012 constituyeron cerca del 40 % de las enfermedades laborales,  en tanto que en la Republica de Corea se  registraron cerca de 4000 nuevos casos de estos trastornos en el periodo de 2001 a 2010.

Los TME, son unas de las enfermedades profesionales más relevantes en materia de salud laboral, pues implican costos elevados, absentismo e impactan en la calidad de vida de las personas (Riihimäki, 2012), incluso, los casos más severos, obliga muchas veces a los trabajadores a abandonar su vida laboral, debido a que pueden resultar discapacitantes (OSHwiki, 2013).

Una de las poblaciones de trabajadores donde es más evidente la manifestación de estos daños, es el sector salud. Los trabajadores de este gremio, están expuestos a factores de riesgo, que pueden ser causantes de trastornos musculoesqueléticos y otros padecimientos. Diversos investigadores, como Tinubu, Mbada, Oyeyemi, y Fabunmi (2010); Freimann, Coggon, Merisalu, Animagi y Paasuke (2013) y Serranheira, Sousa-Uva, M y Sousa-Uva, A. (2013); han realizado varias investigaciones para identificar la prevalencia de TME. Estos autores, han encontrado asociación entre el trabajo y la aparición de estos daños en el personal de salud, además de identificar un aumento en la prevalencia de lesiones en la espalda baja, cuello y rodillas, como resultado de la organización y división de trabajo en que ejecutan sus actividades.

A pesar de la identificación de diversos factores de exposición que dan cuenta de la presencia de dichos trastornos, aún no se ha tenido la suficiente atención por parte de las Instituciones de Salud y la Secretaria que regula las condiciones de higiene y seguridad en las empresas, instituciones y organizaciones para brindar una solución y prevenir estos daños. La falta de atención, radica en la creencia de la inmunidad de esta población trabajadora a los riesgos y exigencias adherentes a su trabajo (Galíndez & Rodríguez, 2007).

La OIT (2013), señala que se ha buscado incrementar las medidas de prevención de estas enfermedades; sin embargo, aún se carece de un plan de acción adecuado para controlar la aparición de estos padecimientos.

Ante la problemática descrita, se llevó a cabo una investigación para evaluar las condiciones de trabajo en un hospital de tercer nivel de atención, con el objetivo de identificar las exigencias que se desprenden de las características del proceso de trabajo y determinar su asociación en la aparición de trastornos musculoesqueléticos en los trabajadores de la salud, con la finalidad establecer en los centros de trabajo las acciones para identificar, prevenir y dar seguimiento a a los trastornos musculoesqueléticos, a fin de proteger la salud de los trabajadores.

Antecedentes

Las formas de producción han evolucionado a partir de la implementación de nuevas técnicas, tecnologías y del mejoramiento de los medios de trabajo. Sin embargo, esta evolución ha repercutido en la salud de los trabajadores, incrementando el número de exigencias laborales, que pueden definirse como necesidades específicas que impone el proceso laboral como consecuencia de las actividades que los trabajadores desarrollan y de las formas de organización y división del trabajo (Alvear y Villegas, 1989); y pueden ser fuente de enfermedades, entre ellas  trastornos musculoesqueléticos.

Los trastornos musculoesqueléticos son un conjunto de lesiones inflamatorias o degenerativas de músculos, tendones, nervios y  articulaciones  (Secretaria de salud laboral & CC.OO. Castilla y León, 2010).  Los trastornos musculoesqueléticos aunque bien, no se habían identificado como derivados del trabajo, han estado presentes desde las primeras formas de producción. Los cambios en los procesos de trabajo han permitido aumentar la producción tanto de bienes como de servicios. Sin embargo, los trabajadores se han vistos afectados, en  la trascendencia del trabajo manual a la automatización, debido a que se han incrementado sus ritmos y jornadas de trabajo, que han repercutido en la aparición de trastornos musculoesqueléticos provocados por el aumento de exposición a exigencias tales como movimientos repetitivos, manejo manual de cargas, posturas forzadas y esfuerzo físico pesado.

Este último, ha sido un factor  importante  en las diversas formas de producción; sin embargo, con la llegada de la maquinaria el esfuerzo disminuyó y se intensificaron las exigencias laborales, como: mayor concentración en la tarea, trabajo repetitivo, ritmos intensos de trabajo que fueron delimitados por la máquina.

Con la creciente manifestación de trastornos musculoesqueléticos, Bernardino Ramazzini  en el siglo XVIII describe, en su libro De Morbis Artificum Diatriba, distintas actividades laborales, en las que los trabajadores realizaban movimientos repetitivos y posturas que implicaban la aparición de estos padecimientos (Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el trabajo [INSHT], 2012); fue a partir de este libro cuando se comenzó a dar importancia a los trastornos musculoesqueléticos.

De acuerdo con el Ministerio de Salud (2012), en Estados Unidos, se comenzó a utilizar el término Cumulative Trauma Disorders, para denominar a los TME relacionados con el trabajo y se estimó que entre el quince y veinte por ciento de los estadounidenses, tenían riesgo de presentar algún trastorno musculoesquelético por realizar movimientos repetitivos.

La importancia que Estados Unidos le brindo a las lesiones musculoesqueléticas, dio pauta para que otros países de América Latina como Chile, comenzaran a brindar atención a las sintomatologías que presentaban los trabajadores. Debido a la introducción de las pantallas de visualización, los operadores de éstas presentaban dolor en la extremidad superior. El dolor no era bien definido en algunas partes del cuerpo y tampoco respondía a tratamientos médicos, dado pauta al uso del término de síndrome de uso excesivo de la extremidad superior.

En 1985, Australia tuvo dos mil casos de lesiones por sobre esfuerzo repetido de la extremidad superior, en trabajadores, debido al aumento de los ritmos de trabajo y mayores esfuerzos físicos; ese mismo año, el 34 % de los operarios de teléfono, también presentaron estas sintomatologías. Esta problemática se exteriorizó después en trabajadores textiles, bancarios, secretarias, músicos, empacadores, entre otros, donde su actividad implicaba el uso de la extremidad superior de manera constante y repetitiva.

Once años después, con la creciente manifestación de sintomatologías del sistema musculoesquelético en la población trabajadora, la Organización Internacional de Trabajo, creó una propuesta de enfermedades causadas por exigencias presentes en el ambiente y actividades laborales; entre las actividades se pueden considerar los movimientos repetitivos, esfuerzos físicos intensos, concentración excesiva de fuerzas mecánicas, posturas incómodas y vibraciones; entre los padecimientos, destacan la tenosinovitis, bursitis, epicondilitis, epitrocleítis y otros que afectan principalmente los nerviosos (Ministerio de Salud, 2012).

En México, durante el periodo 2011 a 2014, los trastornos musculoesqueléticos pasaron a ser el principal tipo de enfermedades de trabajo al manifestar un incremento de más de 230% (Secretaria del Trabajo y Previsión Social [STPS], 2015).

Tan solo en 2015, se registraron 12,009 enfermedades de trabajo de las cuales 1,242 fueron dorsopatias;  651 otras entesopatias; 540 enfermedades del túnel carpiano; 516 lesiones de hombro; 432 tenosinovitis de estiloides radial; otras sinovitis, tenosinovitis y bursitis y la epicondilitis se presentaron con un menor registro (Instituto Mexicano del Seguro Social [IMSS], 2015).

Los servicios sociales y comunales, que incluye los servicios de atención a la salud, reportaron 609 casos de enfermedades profesionales; en los servicios profesionales y técnicos, que incluye a las enfermeras se reportó un incremento enfermedades, pasando de 230 casos en 2014 a 387 durante 2015 (IMSS, 2015).

Con el incremento anual de casos sobre enfermedades, que se reportan derivados de la actividad laboral, la exposición constante de los trabajadores de la salud, debe ser un factor a estudiar y prevenir, pues las exigencias a las que están sometidos son muchas y su relación con los trastornos musculoesqueléticos, que como ya se dijo son de origen multifactorial,  derivan en graves daños a la salud de los trabajadores. 

Metodología: 

Se realizó un estudio transversal, de tipo observacional y descriptivo a trabajadores de un hospital  de tercer nivel de atención. De 722 trabajadores de la salud, se consideraron 717 trabajadores, que tenían contacto directo con los pacientes y se excluyeron a los jefes de departamento. Se tomó una muestra de la población de acuerdo a la categoría de cada puesto de trabajo. Se utilizó un intervalo de confianza del 95% y un margen de error del 4%, que dio una muestra de 296 trabajadores, entre ellos enfermeras, afanadores y administrativos. Los resultados que arrojó el estudio, se extrapolaron a toda la población trabajadora del Hospital.

Materiales y procedimiento

La información se consiguió a través de una guía de observación que permitió obtener un panorama general de las condiciones del centro de trabajo. Con la guía se pretendió identificar el proceso de trabajo, los principales riesgos y exigencias que se derivan de él, además de las molestias que tienen los trabajadores y/o las enfermedades que son provocadas por el trabajo; A partir de ahí se definieron las variables de  la encuesta que se aplicó.

Se tomó como base la encuesta de autollenado diseñada por Noriega et al. (2001), para la Evaluación y Seguimiento de la Salud de los Trabajadores; la cual se adaptó para la población en estudio. Por medio de esta encuesta se obtuvieron datos generales y de calidad de vida entorno a los trabajadores, así como información de las exigencias que se derivan de la actividad que realizan y a través de un diagnóstico presuntivo, las molestias y/o las enfermedades que pueden ser provocadas por el trabajo.

La encuesta se capturó utilizando el programa para la evaluación y seguimiento de la salud de los trabajadores, PROESSAT, el cual permitió procesar y analizar información para llevar a cabo estudios integrales de carácter exploratorio sobre calidad de vida, las condiciones de trabajo y la salud de los trabajadores (Noriega et al., 2001).

También se utilizó el programa estadístico JMP 8.0 de SAS Institute, Inc, con el que se realizó un análisis univariado y bivariado de la información. Se obtuvieron porcentajes, tasas, razones de prevalencia y algunas pruebas de significancia estadística como ji cuadrada.

Resultados: 

De los 296 trabajadores que participaron en el estudio, el 80% fueron mujeres y el 20% varones. Cuentan con una edad promedio de 39 años y una deviación estándar de  8.8 años. Aproximadamente el 65% de los trabajadores encuestados tienen pareja. El 70% tienen hijos y viven, en promedio,  con uno o dos hijos menores de 18 años.

Poco más de la mitad de los trabajadores tienen estudios universitarios, mientras que la tercera parte, cuenta con una carrera técnica, estos resultados derivados de la necesidad de que las enfermeras tenga cierto nivel de conocimientos y habilidades por la actividad que realizan. En menor proporción se encuentran los trabajadores con estudios de secundaria, preparatoria completa e incompleta quienes generalmente se encargan de la limpieza del hospital. En promedio los trabajadores tiene una antigüedad laboral de 13.7 años.

La diversidad de categorías de puestos de trabajo con las que cuenta el hospital, permitió realizar una agrupación de acuerdo a la similitud de las actividades, en tres puestos generales: enfermería, administrativos y afanadores, con la finalidad de sistematizar la información de estas variables.

La mayor concentración de trabajadores ocupan los puestos de enfermeros y afanadores, con 75 y 14% respectivamente, mientras que la proporción de trabajadores administrativos es menor dentro de la plantilla del hospital.

Debido a que la mayor cantidad de actividades que se realizan en el hospital son por lo general  en la mañana, el 63.2% del personal de salud se concentra en el turno matutino, el 21.6 en el turno vespertino, el 13.9 en el nocturno y la jornada acumulada solo la realiza el  1.4% del personal.

Los trabajadores están expuestos a las exigencias derivadas de su actividad durante una durante una jornada de ocho horas  o un poco más dependiendo la carga de trabajo; los que trabajan en turno nocturno y jornada acumulada su turno es de hasta doce horas.

Al preguntar a los trabajadores del hospital, sobre su percepción a un listado de cuarenta y ocho exigencias laborales, incluidas en el cuestionario individual. Destacaron  diez de ellas al mostrar tasas más altas de exposición. Aproximadamente 82 trabajadores de cada 100 tienen que permanecer de pie para trabajar, más de 70 de cada 100 tienen que realizar movimientos de fuerza con los hombros, brazos o manos, cubrir una cuota de producción, realizar una tarea minuciosa y atender a un número de pacientes en un tiempo determinado; 69 de 100 trabajadores tienen que cubrir con un estricto control de calidad, además de realizar movimientos de fuerza con la espalda o cintura, mientras que cerca del 65 por ciento de los trabajadores realizan movimientos de fuerza con piernas, necesitan mucha concentración para no accidentarse y poco más de la mitad de trabajadores requieren cargar, empujar o jalar objetos hasta de cinco kilos y realizar un trabajo que le puede ocasionar algún daño a su salud. Ver tabla 1

Tabla 1

Perfil de exigencias laborales

 

Descripción

Expuestos

Tasa

1

Permanece de pie para trabajar

242

81.8*

2

Realizar movimientos de fuerza con los hombros, brazos o manos

211

71.3

3

Atender a un número de pacientes en un tiempo determinado

210

70.9

4

Realizar una tarea muy minuciosa

208

70.3

5

Un estricto control de calidad

204

68.9

6

Realizar movimientos de fuerza con la espalda o cintura

204

68.9

7

Realizar movimientos de fuerza con las piernas

194

65.5

8

Mucha concentración para no accidentarse

183

61.8

9

Cargar, empujar o jalar objetos hasta de 5 kilos

157

53

10

Realizar un trabajo que le puede ocasionar algún daño a su salud

152

51.4

 

 

Trabajadores=

296

Nota: Información obtenida de Encuesta Individual para la Evaluación y Seguimiento de la Salud de los Trabajadores de la Salud. Enero, 2016.

*Tasa por 100 trabajadores

Al asociar las exigencias laborales con la presencia de trastornos musculoesqueléticos; quince exigencias laborales se encontraron asociadas a este problema. El personal de salud que refirió realizar tareas repetitivas cada medio minuto, tienen un 90% más probabilidad de desarrollar trastornos musculoesqueléticos en relación con el personal que indicó no estar sujeto en su jornada de trabajo a esta exigencia (I.C. 1.43-2.61; p 0.0005). Estos trastornos también se manifiestan con una probabilidad 87% mayor, en el personal que constantemente tiene que realizar movimientos con la espalda y cintura durante su jornada de trabajo (I.C. de 1.30-2.42; p. 0.0003).

Se identificó que los trabajadores tienen 85% más probabilidad de ejecutar su actividad con los hombros tensos (I.C. 1.36-2.50; p <.0001), comparados con los trabajadores que no requieren ejercer tensión en esta parte del cuerpo. Realizar movimientos repetitivos de las manos o tener que abrir excesivamente los dedos o torcerlos representan 79% más probabilidad de padecer estos trastornos (I.C. 1.24-2.22; p 0.001) comparados con los trabajadores que no requieren realizar estos movimientos. Los TME se presentan con 78% mayor probabilidad (I.C. 1.30-2.42; p 0.0003) en los trabajadores que adoptan posiciones incómodas o forzadas en relación con el personal que no reportó estar expuesto a esta exigencia.

En menor proporción, aunque con resultados estadísticamente significativos se encon tró: torcer o mantener tensa la o las muñecas para trabajar, estar sin comunicación con sus compañeros, realizar tareas que se repiten entre medio minuto y cinco minutos, realiza movimientos con hombros, brazos o manos, realiza movimientos con los brazos por encima o por detrás de los hombros, movimientos de rotación de la cintura, realizar un trabajo repetitivo, realizar el trabajo encorvado, cargar, empujar o jalar objetos o personas hasta de cinco kilos y realizar un trabajo que le puede ocasionar algún daño a la salud. Ver tabla 2

Tabla 2

Exigencias laborales por trastornos musculoesqueléticos

 

*TME

RP

IC 95%

x2

**p

Si

No

   

 

 

Tareas que se repiten cada medio minuto

63

33

1.91

[1.43-2.61]

13.38

0.0005

Mover espalda o cintura

43

23

1.87

[1.24-2.80]

10.74

0.0011

Realizar su trabajo con los hombros tensos

50

27

1.85

[1.36-2.50]

16.35

<.0001

Movimientos repetitivos de manos o abrir los dedos o torcerlos

50

28

1.79

[1.24-2.22]

11.21

0.001

Adoptar posiciones incómodas o forzadas

48

27

1.78

[1.30-2.42]

13.88

0.0003

Torcer o mantener tensa las muñecas  para trabajar

51

30

1.70

[1.27-2.28]

12.01

0.0008

Estar sin comunicación con sus compañeros

56

33

1.70

[1.26-2.33]

9.88

0.002

Tareas que se repiten entre medio minuto y cinco minutos

52

32

1.63

[1.19-2.19]

8.45

0.004

Hombros, brazos o manos

40

27

1.48

[1.01-2.18]

4.57

0.033

Realizar movimientos con los brazos por encima o por detrás de los hombros

47

33

1.42

[1.06-1.96]

5.22

0.027

Movimientos de rotación de la cintura

44

31

1.42

[1.04-1.89]

4.99

0.027

Trabajo repetitivo

44

31

1.42

[1.05-1.92]

5.28

0.028

Realizar el trabajo encorvado

45

32

1.41

[1.04-1.88]

4.9

0.033

Cargar, empujar o jalar objetos o personas hasta de 5 kilos

42

30

1.40

[1.01-1.90]

4.44

0.04

Realizar un trabajo que le puede ocasionar algún daño a la salud

42

31

1.35

[1.01-1.87]

4.25

0.041

Nota: Información obtenida de Encuesta Individual para la Evaluación y Seguimiento de la Salud de los Trabajadores de la Salud. Enero, 2016.

*Tasa por 100 trabajadores; **p<.05

 

Discusión de resultados: 

Es evidente que los cambios en las condiciones de trabajo y en su organización han impactado a todos los sectores productivos. En el caso de la población en estudio, las exigencias que se desprenden de la naturaleza de la actividad, son un indicador de que las actividades que realizan los trabajadores de la salud están asociadas a la presencia de trastornos musculoesqueléticos.

El estudio y reconocimiento del origen laboral de estos daños, ha encontrado dificultades, primero por su origen multicausal y segundo, porque estos daños se relacionan más al estilo de vida, que a la organización y división de trabajo que implementan los hospitales.

En los resultados se puede observar que los trabajadores reportan que mantener los hombros tensos al realizar el trabajo, adoptar posiciones incómodas o forzadas, realizar un trabajo repetitivo, permanecer de pie para trabajar, realizar movimientos de fuerza con los hombros, brazos o manos, atender a un número de pacientes en un tiempo determinado, realizar una tarea minuciosa, estar sometido a un estricto control de calidad, además de realizar movimientos de fuerza con la espalda o cintura, son las principales exigencias a las que se ven expuestos durante su jornada laboral. 

En México se han llevado a cabo diversos estudios empíricos en el sector salud, entre ellos, los realizados por Venzór (2009); Puig, y Ahumada y Noriega, estos últimos elaborados en el 2010. En estos estudios se asoció la aparición de trastornos musculoesqueléticos con las características del proceso de trabajo y las exigencias de éste, objetivo similar al de la presente investigación.

Sus resultados son consistentes con los encontrados en este estudio, pues las principales exigencias que se asocian a la presencia de trastornos musculoesqueléticos son: movimientos repetitivos, torcer o mantener tensas las muñecas, levantar objetos, movimientos de fuerza con espalda o cintura y cargar, empujar o jalar objetos, dichas exigencias se deben a las actividades que realiza el personal como bañar a los enfermos, movilizarlos, empujar sillas de ruedas, trabajo de pie, encorvado o de rodillas.

Estos hallazgos muestran semejanza con otras investigaciones que han reportado una alta prevalencia en la asociación que existe entre los trastornos musculoesqueléticos y las exigencias laborales. Tal es el caso de Tinubu et al. (2010) que consideran que trabajar en las mismas posiciones durante períodos largos de pie, agachado, sentado, de rodillas y la  manipulación manual de pacientes, pueden contribuir al desarrollo de trastornos musculoesqueléticos. Por su parte, Fonseca y Fernandes (2010) muestran que la exposición a exigencias físicas como: movimientos repetitivos, posturas forzadas, manipulación manual de cargas y aplicación de fuerza física, influyen en la aparición de lesiones en el aparato locomotor.

Fonseca y Fernandes (2010) al igual que Tinubu et al. (2010) encontraron que la antigüedad es un factor que en la probabilidad de tener lesiones musculoesqueléticas, resultados que difieren con los encontrados en este trabajo pues no se identificaron asociaciones significativas ante esa variable.

Los daños de tipo musculoesquelético que refieren presentar los trabajadores en estudio en el último año, como consecuencia de la demanda a exigencias laborales, son: lesiones en el cuello, hombro, brazos y manos. Este hallazgo es consistente con la información que presentan Valecillo et al. (2009) y Duque, Zuluaga y Pinilla (2011) quienes dieron cuenta de la asociación de exigencias que se desprenden de la actividad laboral con lesiones en cuello, hombro y espalda, derivados de la manipulación manual de pacientes.

Los resultados obtenidos por Tinubu et al. (2010) y Fernández et al. (2014) también refieren una alta probabilidad de sufrir trastornos musculoesqueléticos en espalda baja, cuello, rodillas, caderas y muslos; todas asociadas con las exigencias que se desprenden de su proceso laboral.

La bibliografía que da cuenta de la asociación que existe entre el proceso de trabajo del sector salud y la aparición de trastornos musculoesqueléticos es insuficiente, por lo que se exploraron otros sectores, que aunque bien, no se trata del personal de salud, da evidencia de la asociación entre las exigencias laborales y los trastornos musculoesqueléticos.

La investigación de Nataren (2004) realizada en una industria farmacéutica da cuenta de esta asociación. En sus resultados se identificó que los trabajadores que ejecutan posiciones forzadas, un trabajo repetitivo, esfuerzo físico muy pesado y permanecen fijos en su lugar de trabajo, muestran un alto riesgo de presentar trastornos musculoesqueléticos, resultados que no se distan de los obtenidos en el personal en estudio.

La amplitud en la que se han desarrollado los trastornos musculoesqueléticos ha llevado a investigadores como Pérez y Martínez (2014) a realizar una investigación  en trabajadores de una maquila. Se encontró en este sector, una asociación entre la aparición de los trastornos musculoesqueléticos y las exigencias laborales, entre las que destacan trabajo repetitivo, cumplir una meta y realizar movimientos de espalda o cintura. Estos resultados muestran una consistencia con lo que se identificó al explorar los trastornos musculoesqueléticos y las exigencias laborales en la población estudiada en esta investigación.

Los resultados que arroja este estudio, muestran que los trastornos musculoesqueléticos se encuentran asociados a las condiciones de trabajo y de acuerdo a la elevada prevalencia de éstos en los trabajadores, representan un problema a nivel mundial que implica costos económicos y eleva el absentismo laboral, que afectan a un gran número de trabajadores de los diferentes sectores, pero en especial del sector salud.

 

 

Conclusiones: 

A pesar de que los trastornos musculoesquelético, se reportan en las estadísticas oficiales como uno de los principales trastornos que están generando alta morbilidad, se ha dado énfasis en explorar los daños psíquicos y psicosomáticos, en los trabajadores de los hospitales, dejando de lado a los trastornos musculoesqueléticos. No obstante, de que su presencia en el individuo también puede tener o ser consecuencia de un componente psíquico y psicosomático. 

Al menos en México, es importante el desarrollo de investigaciones que exploren el campo de los trastornos musculoesqueléticos y su relación con las exigencias derivadas del proceso de trabajo, debido a las limitadas referencias que  puedan dar cuenta de su asociación, a la falta de reconocimiento como enfermedad profesional por parte de las autoridades y peor aún a la falta de conocimiento por parte de los propios trabajadores ante la exposición a la que están sometidos durante su vida laboral.

 Los trastornos musculoesqueléticos han tenido un incremento excesivo, lo que da cuenta de la necesidad de implementar un programa de vigilancia y seguimiento, para evaluar de manera constante los cambios en la organización laboral, que se efectúan en los diversos sectores, para contribuir en la disminución del ausentismo, así como el riesgo de que la manifestación de algún trastornos musculoesqueléticos en el trabajador, pueda convertirse en incapacitante.  Sin embargo, para definir los planes de acción que se deben implementar para la prevención de estos padecimientos, es necesario que se identifiquen con claridad dentro del proceso de trabajo aquellas exigencias que son causantes de la aparición de trastornos musculoesqueléticos. Como se dijo anteriormente, los trastornos musculoesqueléticos son de origen multicausal, por lo que, además de verificar su presencia como consecuencia de las exigencias derivadas de la actividad laboral,  también es importante considerar aspectos extra laborales que en su momento pueden en conjunto con las exigencias derivar en algún TME.

Con la creación de estas medidas de prevención, se dará pauta para que las autoridades competentes en materia de higiene y seguridad, le brinden importancia y regulen dichos padecimientos, ya que aún, faltan muchas enfermedades musculoesqueléticas que siguen sin considerarse consecuencia de la actividad laboral y que se presentan en un gran número de trabajadores.

Referencias bibliográficas: 

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Alvear, G. & Villegas, J. (1989). Los risgos y sus efectos en la salud. En M. Noriega (Coord). En Defensa de la salud en el trab, México, SITUAM. Pp. 35-54

Duque, I., Zuluaga, D. &  Pinilla, A. (julio, 2011). Prevalencia de lumbalgia y factores de riesgo en enfermeros y auxiliares de la ciudad de Manizales. Hacia la promoción de la salud. 16(1). 27 – 38. Recuperado de: http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0121-75772011000100003&lng=en&nrm=iso

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