Desde la experiencia os digo....

Desde la experiencia os digo....

“La vida no es ningún pasillo recto y fácil que recorramos libres y sin obstáculos, sino un laberinto de pasadizos, en el que tenemos que buscar nuestro camino, perdidos y confusos, detenidos, de vez en cuando, por un callejón sin salida” (A.J.Cronin)
8 Noviembre 2014

Y es que trabajar con personas es trabajar con emociones, las nuestras y las de los demás. Esto muchas veces, por no decir la mayoría, supone entrar en un laberinto emocional a través del cual se experimentan sensaciones agradables y desagradables. Nada nuevo, pero sí muy reflexivo. Desde mi experiencia como mando intermedio en mi actividad principal, gestiono entre 15 y 20 personas (emociones). ¿Qué significa esto? Por una parte, que mis emociones no obstaculicen el buen hacer del equipo de trabajo, por la otra que haya una congruencia positiva entre tanta emoción. Tarea ardua, no lo niego, pero desde mi experiencia, no imposible. Hace bastantes años, en relación a las personas y su gestión, escuchaba a un director gerente que en las organizaciones hay dos pilares clave, uno es el comité de empresa y el otro los mandos intermedios. Y es que, en ambos casos, se está gestionando el negocio de la organización directamente a través de las personas. Desde mi experiencia, no hay dos “elementos” tan cercanos a los profesionales como los representantes legales, y los supervisores, encargados, jefes de equipos, mandos intermedios.

Desde mi experiencia puedo asegurar que es posible motivar y desmotivar, que es posible entrar en un laberinto emocional y no saber por donde salir. Los que me conocen saben que aquello del “café para todos” es una cuestión que no comparto, y no lo hago simplemente, porque desde mi experiencia no lo veo factible. Cada persona tiene un motivo, y muy probablemente cada motivo sea una persona. Liderar equipos de trabajo es otro laberinto emocional. El líder, ¿nace o se hace?. Desde mi experiencia no se trata tanto de dar respuesta a esta interrogante, sino más bien considerar la posibilidad de que sea el equipo el que considere líder a la persona que lo gestiona. Para ello, es un deber trabajar por y para las personas. Ser mando intermedio (el supuesto líder), no lo vamos a negar, tiene sus momento buenos y menos buenos. Momentos de soledad y momentos de compañía. Y es a través de “momentos” cuando el líder es líder. Es decir, desde mi experiencia, el liderazgo no es un continuo. No se trata de que un día te consideren líder y con ello ya seamos “el líder”. El liderazgo, igual que la motivación, es un trabajo diario, y en mi opinión muy variable.

Desde mi experiencia, la labor fundamental del mando intermedio es conseguir de cada persona lo mejor y en el momento oportuno. Es decir, las organizaciones pasan por “momentos” y en cada momento esta organización necesita de profesionales determinados. Todos tenemos competencias más o menos diferenciadas, por decirlo de alguna manera, somos mejores en unas cuestiones y no tanto en otras. Pues bien, el papel fundamental del mando intermedio es asignar una tarea determinada a cada profesional en función de las necesidades organizacionales. Para ello, indudablemente, es imprescindible conocer al trabajador desde la perspectiva profesional y personal. Y para esto, desde la experiencia os digo, el diálogo y la comunicación son herramientas ineludibles, imposibles de evitar.

Desde mi experiencia os digo que el mando intermedio no es sólo seguridad y salud laboral (concienciación) sino además prevención de riesgos laborales (sensibilización). El ejemplo del mando intermedio tiene doble cara, la positiva cuando se vivencia la seguridad laboral, y la negativa cuando nos olvidamos de que para muchos profesionales somos espejo de conductas. Sobre la implicación del mando intermedio en la seguridad laboral hay mucho escrito y muy probablemente no pueda mejorarlo. Sin embargo, desde la experiencia os digo que si pretendes tener un equipo de trabajo con cero accidentes, deber ser tu el primero en evitarlos.

Desde la experiencia os digo que la seguridad y salud laboral en general, y la prevención de riesgos laboral en particular, es posible. Que las emociones, actitudes y conductas se contagian. Que en el laberinto de las relaciones laborales, siempre hay una salida y que depende en gran medida de lo que queramos para nosotros mismos y su correlación con los demás.

Fco. Javier Herrán Gamarra

Psicólogo del trabajo. Seguridad y Salud psicosocial.

Para citar este artículo:

Herrán Gamarra, Fco. Javier. (2014, 08 de Noviembre). “Desde la experiencia os digo…”. www.prevencionintegral.com. Disponible en: http://www.prevencionintegral.com/comunidad/blog/psicoprevencioncom

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