Año Nuevo. Prevención sin fecha de caducidad.

Año Nuevo. Prevención sin fecha de caducidad.

Recriminar conductas de riesgo y reforzar conductas seguras son los objetivos que os propongo para este nuevo año, al cual no le pongo número, ya que la seguridad y salud laboral no tiene fecha de caducidad.
31 Diciembre 2013

Finaliza un año y da comienzo el siguiente. Es época de proponernos nuevas metas, objetivos, deseos… o reestructurar los ya presentes de cara a este nuevo año. Los que trabajamos por y para las personas, en seguridad y salud laboral cabe un deseo: evitar los accidentes laborales. Sin embargo, no sólo de deseos vive el hombre, es decir, tendremos que poner algo de nuestra parte. ¿Qué os parece recriminar la conducta de riesgo y reforzar la conducta segura?

La diferencia de este objetivo con el resto es que este no tiene fecha de caducidad. Ni tan siquiera una vez reconducida la conducta podremos olvidarnos y dar por supuesto que ésta no decaerá. Para que los “sinsabores” que deja la recriminación de conductas de riesgo no caigan en saco roto se hace obligado el reforzarlas.

Recriminar una conducta de riesgo supone una llamada de atención a la persona que la está emitiendo. Insistir, insistir, insistir….. hasta que deje de emitirla. Nunca amenazar ni cohibir. Ni por supuesto negociar. En mi opinión, con la seguridad y salud laboral no se negocia.

Debemos ser tenaces, no pasar por alto ningún tipo de conducta (por muy inocente que sea) que ponga en riesgo la seguridad y salud de quien la emite o quienes dependen de ella. Muchas veces supone pasar un mal rato, normalmente recriminamos y nos recriminan. Muy probablemente tengan razón. Entonces toca pensar, ¿Actuamos con el ejemplo?. El ejemplo no sólo de nuestra conducta en un momento determinado, sino además la coherencia en los mensajes que lanzamos, las instrucciones que damos para realizar el trabajo, el interés que prestamos en todo momento por la prevención de los riesgos laborales y no sólo cuando nos vemos “forzamos” a hacerlo. En resumen, recriminar este tipo de conductas es prevenir de los riesgos laborales. A mi juicio, objetivo principal de la seguridad y salud laboral.

Reforzar una conducta segura supone un trabajo arduo, pero gratificante. Arduo porque no se trata de un día sino de muchos, y sin tregua. Gratificante porque, obviamente, con ello conseguimos que la persona tenga un hábito de trabajo sin el cual se debería sentir a disgusto. Conseguir hábitos seguros supone empezar por reforzar conductas seguras.

Más adelante analizaremos las leyes del reforzamiento y su aplicación a la prevención de riesgos laborales a través del análisis funcional de la conducta. Hoy simplemente quiero plasmar en estas líneas que es posible con una simple felicitación conseguir que la persona sienta reconocida su conducta y con ello aumentar las probabilidades futuras de emisión. Este sentimiento de reconocimiento supone que la persona se sienta obligada (convencida) a volverla a emitirla.

Debemos reforzar con fuerza, nunca a la fuerza. La persona tiene que sentir el refuerzo como premio y nunca como castigo. Castigar de poco sirve en prevención de riesgos laborales. “Si no utilizas los guantes……”. La prevención de los riesgos laborales es cuestión de todos, independientemente de la responsabilidad que se tenga. Del mismo modo, reforzar conductas seguras es obligación de todos, desde el compañero hasta la dirección.

Recriminar conductas de riesgo y reforzar conductas seguras son los objetivos que os propongo para este nuevo año, al cual no le pongo número, ya que como digo la seguridad y salud laboral no tiene fecha de caducidad.

Por último quiero compartir lo que ya hizo en 1978 José Luis de las Heras en relación al accidente laboral. Poema y seguridad laboral. ¿Tanto han cambiado las cosas?

"Su zarpazo asestó como pantera

homicida, veloz y sorprendente…

Un impensado error y un accidente

con la muerte fatídica a la espera."

"No perdió la ocasión la guadañera

que le daba el descuido y de repente

golpeóle feroz, salvajemente…

igual que una centella de ligera."

"Él era uno de tantos hombres buenos…

Cayó – las botas puestas – en el tajo…

¡Uno más si se mira… o uno menos!"

"Y aún es el accidente el espantajo

que oscurece los cielos más serenos…

¿Será siempre el tributo del trabajo?"

José Luis de las Heras, Mayo 1978

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