Motocicletas por carretera: Un 5% de sus usuarios sufre el 43% de accidentes mortales o muy graves.

Los estudios EuroRAP elaborados anualmente por el RACC (Real Automóvil Club de Catalunya) en colaboración con las Autoridades del Tráfico del Gobierno Catalán y con la Diputación de Barcelona, ponen de nuevo en evidencia las alarmantes cifras de que en carretera las motocicletas y ciclomotores que solo representan el 5% de la movilidad total, están involucrados en un 43% de los accidentes mortales o con lesionados muy graves.  Por su gran interés y repercusión reproducimos la información recientemente publicada en la revista RACC Mobility Club de dicha entidad.

La disminución de víctimas mortales en las carreteras catalanas (la mejor y más densa muestra del tráfico español) durante el año 2020 es incuestionable pues se han reducido un 40% en comparación con el 2019, unos datos que se han visto muy condicionados por la ralentización de la movilidad a raíz de la pandemia del Covid 19. Sin embargo incluso en tal contexto, los estudios del RACC vuelven a poner de relieve que los accidentes graves y mortales con motoristas involucrados representan ese altísimo 43% sobre una presencia tan baja en carretera como es su 5%, un auténtico problema para las Administraciones que trabajan  en la mejora de la seguridad vial, y a su vez, por supuesto, un motivo de preocupación para todas las personas que se desplazan en moto por vías interurbanas.

El estudio revela sin embargo aspectos reveladores, pues la mitad del total de tales accidentes mortales y muy graves se concentran en solo un 12,6% de la red vial estudiada, en tramos que en su gran mayoría se sitúan en el entorno metropolitano de Barcelona y otras grandes ciudades, lo que nos viene a confirmar que la densidad vehicular en un importante factor de riesgo para los usuarios de dos ruedas con motor. Ello sin embargo no significa que a mayor IMD (Intensidad media Diaria Anual) de una carretera, exista proporcionalmente un incremento de siniestralidad graves de motoristas porque los tramos de mayor accidentalidad se han presentado en vías secundarias (no autopistas o autovías) como la líder en riesgo Carretera de la Arrabassada que une Barcelona y Sant Cugat del Vallés por el Tibidabo que ha sufrico 14 accidentes mortales o muy graves en los últimos tres años con tendencia ascendente en relación al trienio anterior. Esta peculiaridad se hace patente en los accesos de las Carreteras radiales como la N-II (de Madrid a Francia por La Junquera) en los dos tramos Norte y Sur de acceso a Barcelona. El RACC localizando estos breves tramos kilométricos de alto riesgo solicita un esfuerzo en la distribución de inversiones de mejora de la infraestructura a los servicios viales respectivos aprovechando los Fondos Europeos de Recuperación para crear una infraestructura vial digital.

El informe EuroRAP revela asimismo que en España hay 2.160 kms interurbanos con un riesgo elevado o muy elevado de accidente grave o mortal, lo que supone un 8,6% del total de kilómetros de la red viaria.

La Visión Cero europea (cero muertos en el año 2050) queda lejos, pero sigue abierta la posibilidad de acercarnos a este objetivo en la medida en que se vayan efectuando programas de mejora vial en vías públicas paralelamente a la información a los distintos grupos de usuarios que son finalmente cada uno el que puede aportar su más directa colaboración con una conducción permanentemente moderada y segura, una labor que no puede ser ajena al control total del tráfico vía satélite que permita detectar a quienes destaquen por sus comportamientos, hábitos o actitudes de riesgo e insolidaridad y aplicar el sistema de pérdida de puntos de su permiso de conducir.