Estrés térmico e intensidad de trabajo del personal especialista en la extinción de incendios forestales (P.E.E.I.F.)

Las altas intensidades de esfuerzo y las elevadas temperaturas ambientales en las que se lleva a cabo el trabajo por parte del Personal Especialistas en Extinción de Incendios Forestales (P.E.E.I.F.), implica que se incremente su temperatura corporal. Ante esta situación los sistemas de termorregulación activan mecanismos de pérdida de calor como la sudoración ,induciendo diferentes grados de deshidratación y provocando fatiga, disminución de la capacidad de trabajo físico aeróbico, aumento de la frecuencia cardiaca y riesgo eminente para que se desarrollen las enfermedades causadas por el calor.
Palabras Clave: 
incendios, deshidratación, estrés térmico, temperatura central o interna
Autor principal: 
Mª Concepción
Avila Ordás
Coautores: 
Raúl
Pernía Cubillo
Jose A.
Rodríguez-Marroyo
Juan
García López
Belén
Carballo Leyenda
Sergio
Moreno Romero
Paulo Renato
Mendonça
Raul
Marqués Millán
José Gerardo
Villa Vicente
Jorge
López Satué

Ávila Ordás, Mª ConcepciónFraternidad Muprespa / Plaza San Marcos Nº6 / 24001 León, España+34 987 293023 / mcavila@fraternidad.comPernía Cubillo, RaúlFraternidad Muprespa / Plaza San Marcos Nº6 / 24001 León, España+34 987 293023 / rpernia@fraternidad.comLópez Satue, JorgeSubdirección I+D+i Grupo TRAGSA/C.Cruz Roja 26 Bajo/24007 León, España 639141705/  jlopez12@tragsa.esRodríguez-Marroyo, Jose A.Departamento de Educación Física y Deportiva / Universidad de León / Campus de Vegazana s/n / 24071 León, España+34 987 293022 / j.marroyo@unileon.esGarcía López, JuanDepartamento de Educación Física y Deportiva / Universidad de León / Campus de Vegazana s/n / 24071 León, España+34 987 293018 / juan.garcia@unileon.esCarballo Leyenda, BelénSubdirección I+D+i Grupo TRAGSA/C.Cruz Roja 26 Bajo/24007 León, España+34 630662059/ belenmaxi@hotmail.comMoreno Romero, SergioTRAGSA / Campus de Vegazana s/n / 24071 León, España+34 987 293023 / etcsmr03@unileon.esMendonça Paulo RenatoDepartamento de Educación Física y Deportiva / Universidad de León / Campus de Vegazana s/n / 24071 León, España+34 987 293023 / prmen@unileon.esMarqués Millán, RaulDepartamento de Educación Física y Deportiva / Universidad de León / Campus de Vegazana s/n / 24071 León, España+34 635669846/rmarquésmillán@hotmail.comVilla Vicente, José GerardoInstituto de Biomedicina / Universidad de León / Campus de Vegazana s/n / 24071 León, España+34 987 293019 / jg.villa@unileon.es

ABSTRACT

ABSTRACT

Las altas intensidades de esfuerzo y las elevadas temperaturas ambientales en las que se lleva a cabo el trabajo por parte del Personal Especialistas en Extinción de Incendios Forestales (P.E.E.I.F.), implica que se incremente su temperatura corporal. Ante esta situación los sistemas de termorregulación activan mecanismos de pérdida de calor como la sudoración ,induciendo diferentes grados de deshidratación y provocando fatiga, disminución de la capacidad de trabajo físico aeróbico, aumento de la frecuencia cardiaca y riesgo eminente para que se desarrollen las enfermedades causadas por el calor.

Palabras clave:

Palabras clave:

Incendios, deshidratación, estrés térmico, temperatura central o interna.

INTRODUCCIÓN

INTRODUCCIÓN

El 75% de la energía generada por el músculo esquelético es liberada en forma de calor, por lo tanto, durante el trabajo físico se van a activar varios mecanismos fisiológicos para prevenir una elevación excesiva de la temperatura corporal. El exceso de calor debe primero ser transferido desde el interior del cuerpo a la piel y desde ésta ser eliminado al ambiente. La eliminación de calor se produce por diferentes mecanismos: radiación, convección, conducción y evaporación. La pérdida de calor por radiación y convección depende del gradiente de temperatura entre la piel y el aire circundante. Cuando la temperatura del aire excede los 36ºC, el gradiente para el intercambio de calor se revierte y el cuerpo gana calor por radiación y convección en vez de perderlo, por lo tanto, la mayor pérdida de calor se produce por la evaporación del sudor [44].

Un factor determinante para la pérdida de calor es la humedad relativa del aire, si ésta es baja (aire seco) la evaporación del sudor es relativamente rápida, pero si la humedad relativa del aire es alta la evaporación del sudor disminuiría, con el consiguiente acumulo de sudor, esto haría que sólo se produjeran pequeñas pérdidas de calor corporal [7]. Por lo tanto, trabajos en ambientes cálidos y con una alta humedad ambiental hacen que la evaporación del calor disminuya, lo que conlleva a una carga de calor crítico que limita aún más el trabajo [45].

Cuando el sudor se convierte en el primer medio de disipación de calor, es necesario evitar la deshidratación favoreciendo la ingesta de líquidos. Esto es a menudo difícil, ya que el estímulo de la sed no se activa hasta que la pérdida de peso corporal es de un 2% , con lo que es probable que ya hayan aparecido los primeros síntomas de deshidratación [37]. Situación que acontece con El Personal Especialista en Extinción de Incendios Forestales (P.E.E.I.F.), realiza un trabajo de alta intensidad [43], donde el factor ambiental predominante son las altas temperaturas.

La deshidratación provoca una disminución de la capacidad de trabajo físico aeróbico, siendo esta disminución mucho más acentuada en ambientes cálidos. Sawka & Mountain [37] demostraron que hay una disminución de la respuesta al sudor durante el trabajo físico que se acompaña de una reducción en el flujo sanguíneo de la piel. Por lo tanto, cuando en un sujeto durante la realización de trabajo físico se eleve la temperatura corporal como resultado de condiciones severas de humedad relativa y de calor o de deshidratación, hay un riesgo eminente en que se desarrollen las enfermedades causadas por el calor [3][25] [14][23]. Por ello, la empresa TRAGSA y la Mutua Fraternidad Muprespa han suscrito con el Dpto. de Educación Física y Deportiva de la Universidad de León un proyecto I+D+i, que cuenta con el apoyo del Área de Incendios de la Dirección General de la Biodiversidad (Ministerio de Medio Ambiente) y de la Junta de

Comunidades de Castilla-La Mancha, que persigue la mejora en la seguridad y de la condición física en relación con la salud ante el esfuerzo físico desarrollado por el Personal Especialista en Extinción de Incendios Forestales (P.E.E.I.F.) planteándose entre otros el siguiente objetivo.

OBJETIVO

En actividad laboral sometida a altas temperaturas ambientales, analizar el estrés térmico en función de la intensidad de esfuerzo realizada por el Personal Especialista en la Extinción de Incendios Forestales (P.E.E.I.F.) por la repercusión en su rendimiento, seguridad y salud.

METODOLOGÍA

En este estudio participaron 54 sujetos pertenecientes a la Brigadas de Refuerzo contra Incendios Forestales (B.R.I.F.) de Tabuyo del Monte (León), Pinofranqueado (Cáceres), Prado de los Esquiladores (Cuenca) y Daroca (Zaragoza), con una edad media de 28.6±0.5 años, peso de 74.6±0.7 kg y altura 175.1±0.5 cm, y con un estado de salud óptimo por haber superado previamente un reconocimiento médico laboral.

Se determinó la pérdida de peso que tenía lugar durante incendios forestales, midiéndose el peso (báscula Tanita BC-418 con un error de medida 0,1Kgr) portando sólo el equipo de protección individual (E.P.I.) justo antes de la salida hacia el incendio; y nada más volver y se registró la cantidad de líquido (litros) que habían ingerido durante el mismo, cuantificando el número de veces que vaciaban la cantimplora que portan en los incendios (capacidad de 1 litro). El

P.E.E.I.F. dispone inicialmente en los incendios de 2 litros de agua (1 l. que ellostransportan, y otro que suele portar el capataz de la cuadrilla). Además de esta cantidad, ellos pueden ingerir el agua que puede ser aportada al incendio por parte de los Organismos responsables. El que la pérdida de peso sea exponente del grado de deshidratación [2] se ve favorecido por el hecho de que las excreciones a través de la orina son prácticamente nulas. Antes de pesarse tras el incendio, se procedió a preguntar la cantidad de agua ingerida (para lo cual son formados durante su estancia diaria en la base).

A todos los sujetos se les realizó un estudio antropométrico para determinar su composición de masa grasa y magra (plicómetro Holdtain, paquímetro Holdtain y cinta métrica de precisión). Se utilizaron para el cálculo de la masa grasa y magra las ecuaciones de Yuhasz y Matiegka.

Durante los incendios se registró cada 10 seg los cambios en la temperatura corporal interna mediante la ingesta previa al incendio de una cápsula (Vitalsense), la temperatura entre la piel y el E.P.I. (Termoregister TR-72U) así como la temperatura ambiental (Termoregister TN-51).

El registro tanto de temperatura de la piel y de la temperatura ambiental, se realizó mediante Termoregister TR-72U y Termoregister TN51A respectivamente.

Un total de 20 incendios fueron analizados durante la campaña de 2007, monitorizándose cada 5 seg al P.E.E.I.F. la frecuencia cardíaca mediante un pulsómetro (Polar Team System, Polar Electro Oy, Finland) y, posteriormente, a través de un software específico (Polar Precision Performance, Polar Electro Oy, Finland) se volcaban todos los datos al ordenador para ser analizados y así determinar la intensidad de esfuerzo y el gasto energético consecuencia de su desempeño laboral.

Para el análisis estadístico de los datos se utilizó el programa estadístico Spss v 15.0. Tras analizar la normalidad de la muestra, se aplicó el test t-Student para comparar el peso de los sujetos antes y después de los incendios, y tambiénpara comparar los cambios de temperatura que se producían durante los mismos. El coeficiente de correlación de Pearson se utilizó para determinar las relaciones existentes entre las variables analizadas. El nivel de significación estadística de los valores se determinó como *=p< 0.05. Los resultados se expresaron como media ± error estandar de la media (X±EEM)

RESULTADOS

En la Figura 1 y en la Figura 2 se muestran respectivamente los valores máximos vs medios de temperatura tanto ambiental como de la piel y corporal del P.E.E.I.F., durante 20 incendios de la campaña 2007. Los valores alcanzados fueron 65.3ºC vs 36.96ºC, 43ºC vs 35.30ºC y 39.21ºC vs 37.45ºC para temperatura ambiental, de la piel y central o interna respectivamente.

70

6050

40

Text Box: T (ºC)

3020100

Tambiental Tpiel Tcorporal

Figura 1.- Temperatura máxima ambiental, de la piel y central o interna. Valores expresados como media±E.E.M.

3938

40

37

Text Box: T (ºC)

36353433

Tambiental Tpiel Tcorporal

Figura 2.- Temperatura media ambiental, de la piel y central o interna. Valores expresados como media±E.E.M

En la Tabla 1, se muestran los valores de frecuencia cardiaca media, carga cardiovascular, pérdida de peso y las kilocalorías consumidas por el P.E.E.I.F durante los incendios Como se observa en esta Tabla los parámetros en estudio muestran valores altos teniendo en cuenta que la duración media de estos incendios es de 141,2± 3,01 minutos.


Para determinar la intensidad del esfuerzo, tanto muscular como por el efecto del calor, se emplea la carga cardiovascular como cociente que compara la frecuencia cardiaca media durante el esfuerzo con respecto a la máxima teórica que podría realizar el sujeto en función de la frecuencia cardiaca basal del mismo [1]. Para su cálculo se emplea la ecuación: %C.C= [(Fc media – Fc basal)/ (Fc max teorica – Fc basal)] *100. Donde Fc media: frecuencia cardíaca durante la duración del trabajo físico en cuestión. Fc basal: frecuencia cardíaca del sujeto en reposo. Fc max teorica: la máxima frecuencia cardíaca esperada para un sujeto en función de la edad. Fc max teorica= 220 – edad.

Fc media (ppm)

Carga cardiovascular

Kcal

Pérdida de peso (%)

Ingesta de líquido (l) (%)


129.324±2.92 51.00±2.11 987.22±90.45 3.46±0.36 1.55±0.04

Tabla 1.- Frecuencia cardiaca media, carga cardiovascular , kilocalorías consumidas, pérdida de peso e ingesta de líquido en los incendios. Valores expresados como media±E.E.M.

En la Tabla 2 se muestran los valores de tasa de sudor, incremento de temperatura y calor almacenado por el P.E.E.I.F durante los incendios analizados. Se muestra el incremento de temperatura alcanzado, a pesar de la tasa de sudor. El almacenaje de calor [6] es función directa de la masa magra (LBM) que es la principal implicada en el almacenamiento del calor en el cuerpo, del incremento de


temperatura corporal (∆T) y del calor específico del cuerpo (3.47kJ/kgºC), y es estimado por la ecuación: Almacenaje de calor= ∆T x LBM x3.47

Tasa de sudor (l/h)

∆temperatura corporal(ºC)

Masa Grasa (Kg)

Masa Magra (Kg)

Calor almacenado (kJ/kg)


1.47±0.19 1.56±0.18 8,8±0,11 36,07± 0,13 2.57±0.30

Tabla 2.- Tasa de sudor, incremento de temperatura corporal, masa grasa y magra y calor almacenado. Valores expresados como media±E.E.M.

En la Figura 3 se muestra la alta y significativa correlación entre la frecuencia cardiaca alcanzada en los incendios y el incremento de temperatura corporal.

180

160

140

Text Box: Fc (ppm)

120

100r=0,738

800 0,5 1 1,5 2 2,5 3

Incremento temperatura (ºC)

Figura 3.- Correlaciones entre el incremento de temperatura corporal y la frecuencia cardiaca.

DISCUSIÓN

La pérdida de agua corporal debida a la sudoración está en función de la carga térmica total que se relaciona con los efectos combinados de la intensidad del trabajo y las condiciones ambientales (temperatura, humedad, velocidad del viento) [30] [34]. Sin la reposición adecuada de fluidos durante un trabajo intenso, la temperatura corporal y el ritmo cardíaco se elevan más, en comparación con una condición de buena hidratación [9][10].

A la vista de los resultados obtenidos en nuestro estudio, se observa una significativa pérdida de peso. Esta pérdida no puede ser debida más que a la sudoración de los sujetos en unas condiciones climáticas de altas temperaturas (registrándose ritmos de sudoración de hasta 1,47 litros/hora) y donde se realiza un trabajo intenso por ser mantenido en el tiempo como puede ser corroborado por la frecuencia cardiaca y las kilocalorías consumidas en los incendios (Tabla 1), llegando a un coste calórico medio de 6.58 kcal/min, estableciéndose que por encima de 6 kcal/min [1] es un trabajo intenso.

Como se advierte en la Tabla 1 hay una pérdida de peso considerable (3.46%), aunque la ingesta de agua fue de 1.55 l. Ésa pérdida de peso [5] provocaun aumento de la tasa cardiaca y una disminución de la sensibilidad a la sudoración, por lo que este valor se toma como límite máximo de pérdida de agua corporal permitido en la industria pero no en otras actividades (como las deportivas o en el ejército). Pérdidas por debajo del 3% para un sujeto medio de 70 Kg. supondrían una perdida de 2 Kg. de peso que no conllevan riesgo de deshidratación.

La norma ISO 7933 [17] considera las pérdidas de peso entre el 3-7% como las máximas aceptables. Por el contrario, Malchaire et al. [22] propusieron una serie de modificaciones a esta norma finalmente aceptadas en la nueva norma ISO 7933 (2004). Para proponer estas modificaciones, estos autores se apoyaron en los estudios de la velocidad de rehidratación estudiada por Kampmann y Kalkowsky [19] para trabajadores de las minas de carbón, la cual era en promedio del 60%, independientemente de la cantidad de agua perdida. Basándose en este estudio Malchaire et al. [22] proponen que los valores máximos de pérdida de agua del 3% sean ponderados en función de la velocidad de rehidratación.

En nuestro caso el efecto de la reposición de fluidos en el rendimiento es evidente, ya que nuestros sujetos se encuentran trabajando en condiciones ambientales extremas (Fig 1 y Fig 2), donde las temperaturas a las que se enfrentan en su trabajo no tienen que ver con la temperatura ambiente del día (30ºC) sino con la de un entorno en llamas (50ºC-80ºC) como describen Ruby et al. [32].

La pérdida de agua corporal influye adversamente en el rendimiento del ejercicio y la severidad del rendimiento depende de las condiciones ambientales [33]. En resumen, la deshidratación va a producir una disminución de la resistencia muscular [29] y de la máxima capacidad aeróbica [35][40]. En climas cálidos, ya en 1966 Craig & Cummings [11] demostraron que pequeñas y moderadas pérdidas de agua (2%-4% del peso corporal), reducían significativamente la capacidad aeróbica (VO2máx). Armstrong et al.[2], demostraron que la deshidratación reducía la capacidad aeróbica mucho más en climas cálidos que moderados. No podemos olvidar que el trabajo del P.E.E.I.F. es aeróbico submáximo y de larga o muy larga duración, de ahí la importancia de la rehidratación y por tanto de reposición de fluidos.

La disminución de peso de un 3% del P.E.E.I.F. concomitante con los aumentos de temperatura corporal en 1.56ºC respecto a situaciones basales (Tabla 2), alcanzando temperaturas centrales o internas de 39.21ºC (Fig 1), conlleva una situación de deshidratación, con las consecuencias de ésta. Sawka et al.[37] apuntó que la deshidratación aumenta la respuesta de la temperatura corporal durante el trabajo desarrollado en ambientes templados y cálidos, siempre y cuando exista termorregulación.

Una elevada temperatura corporal se puede deber bien a un aumento en la producción de calor metabólico o bien a una disminución en la pérdida de calor. Sawka et al. [37] demostraron que la deshidratación, generalmente, no altera la tasa metabólica durante el ejercicio submáximo, por lo que el incremento de la temperatura es debida a una disminución en la disipación de calor. Incluso en ambientes cálidos la deshidratación puede no alterar la temperatura interna corporal, pero si se puede reducir la tolerancia al calor [6].

El aumento de temperatura corporal observado en nuestro estudio (1.56±0.18 ºC) no está dentro del rango de valores de seguridad recogidos en la norma ISO 7399 [17], que recomienda que el aumento de temperatura interna no exceda los 0,8-1ºC. Estudios sobre los efectos de la radiación térmica en bomberos de ciudad constatan incrementos de temperaturas de hasta 1,4ºC [18][38].

Durante el trabajo físico, la disminución de un 1% del peso corporal parece ser suficiente como para elevar la temperatura corporal [12][24]; si bien en ambientes cálidos se debe esperar una mayor elevación de la temperatura corporal, ya que el déficit de agua aumenta [10].

Cuando se incrementa la temperatura interna bien por el aumento de la tasa metabólica bien porque el medio externo no favorece la disipación del calor o por combinación de ambas, se activan el mecanismo fisiológico de la termorregulación: aumento de la frecuencia cardiaca y comienzo de la sudoración. El aumento de la frecuencia cardiaca está destinada a aumentar el flujo de sangre con exceso de calor que llega a la piel para que este sea disipado por la evaporación del sudor y así disminuir y mantener la temperatura interna dentro del rango óptimo. La secreción de sudor por si misma no garantiza la perdida de calor de la piel. Es la evaporación del sudor la que reduce la temperatura y la facilidad de evaporación depende de la humedad relativa, de la cantidad y tipo de ropa y de la velocidad del aire [39].

La deshidratación va a ejercer un efecto directo sobre la frecuencia cardíaca y en consecuencia sobre la carga cardiovascular (utilizada como indicador de la intensidad de esfuerzo físico), factores importantes en el rendimiento y sobre todo en la salud y seguridad del P.E.E.I.F [10]. En la Tabla 1 se muestra que la frecuencia cardiaca media alcanza valores de 129 ppm, implicando una carga cardiovascular del 51%, carga superior a la establecida como límite de trabajo en ambiente caluroso (40% de carga cardiovascular) [1]. Tipo de esfuerzo, que como se muestra en la Tabla 1, conlleva un alto coste energético (de 2318 Kcal en algunos sujetos), gasto calórico similar al observado en otros estudios con

P.E.E.I.F. profesional de U.S.A. [20][4].

Los efectos de la deshidratación sobre la respuesta cardiovascular durante el ejercicio están bien estudiados [24][14][28]. Durante el ejercicio submáximo en ambientes no muy calurosos, la deshidratación conlleva un aumento en la frecuencia cardiaca y una disminución del volumen sistólico, sin producir cambios en el gasto cardíaco relativo a los niveles de euhidratación [41]. Sin embargo, la deshidratación asociada a situaciones de estrés de calor tienen efectos aditivos sobre el aumento de esfuerzo cardiovascular [15]. Realizar esfuerzos submáximos ante un moderado [30] o un severo [13] ambiente caluroso que curse con deshidratación (3-4% pérdida de peso corporal) conlleva una disminución del gasto cardíaco, ya que el aumento de la frecuencia cardiaca no es de una magnitud suficiente como para compensar la caída del volumen sistólico.

Otros autores como Montain & Coyle[28] no solamente observaron un aumento de la frecuencia cardiaca sino que también vieron que una deshidratación del 3% del peso corporal puede causar una reducción significativa del gasto cardíaco durante el trabajo intenso, ya que una reducción en el volumen latido puede ser mayor que un aumento en el ritmo cardiaco.

La tasa de sudoración alcanzada en los incendios fué de 1,47 l/h, tasa que se ajusta a la definida para corredores y atletas [8][34] que realizan ejercicio vigoroso en calor (que muestran a menudo tasas de sudor de 1.0-2.0 l/h), pero tasas de sudor >2.5 l/h no son inusuales en temperaturas ambientales altas. Se recomienda que el requerimiento diario de fluidos en climas cálidos sea de 8-16 l/día para personas sedentarias a muy activas [21].

La norma ISO 7399 [17] para la regulación del trabajo en ambientes calurosos, establece unas tasas de sudoración en función de la carga de trabajo que se esté llevando a cabo y en función también de si los sujetos están aclimatados o no aclimatados a tales características de trabajo. Tasa de sudor que depende de las condiciones climáticas, de la vestimenta y de la intensidad de esfuerzo [39].

En nuestro estudio la tasa metabólica media se estimó en 410 W durante la extinción de incendios. Aplicando las expresiones de la norma ISO 7399 [17]obtenemos que la tasa máxima de sudoración es de 926 g/h y 1.150 g/h, por lo que nuestra tasa de sudoración estimada es mayor que la propuesta por dicha norma. Ya Mondelo et al. [27] consideraron que un ritmo máximo de sudoración aceptable para un sujeto medio con una superficie corporal de 1,8 m2, es de 1 l/h durante 8 h. Sin embargo es preciso aclarar que la pérdida de 1,5 l de agua es suficiente para que el volumen sanguíneo disminuya, lo que provoca el aumento del trabajo cardíaco al incrementarse la resistencia sanguínea. Cuando las pérdidas de agua alcanzan de 2 a 4 litros, la capacidad de trabajo físico se ve seriamente disminuida.

Un concepto relacionado directamente con la tasa de sudor es el almacenamiento de calor, que se produce cuando se desarrolla un trabajo físico en un entorno térmico cálido y la tasa de evaporación del sudor no alcanza los valores necesarios para asegurar el equilibrio térmico. Los valores de almacenamiento de calor han sido usados para cuantificar el tiempo de tolerancia en ambientes cálidos. Es un índice que cuantifica el efecto del aumento de la temperatura interna relativa al sujeto, ya que tiene en cuenta las características antropométricas de los mismos (% masa magra con respecto al peso total). El almacenaje de calor lleva implícito en su propia definición, el tiempo máximo de exposición que un sujeto puede soportar sin sufrir consecuencias fisiológicas.

La norma ISO 7933 (1989) establece que los valores máximos de calor almacenados para situación de alarma o peligro son 50 W·h/m2 y 60 W·h/m2 lo que supone una carga de calor de 4,6 y 5,6 kJ/kg. Estos valores conllevan según la citada norma un incremento máximo de la temperatura corporal de 0,8ºC y 1 ºC respectivamente [22]. Sin embargo otros estudios [42][16] consideran que 7 kJ/kg y 8 kJ/kg son valores aceptables, lo que significa que se toleraría un incremento de la temperatura interna mayor que los anteriormente citados o un mayor tiempo de exposición a tales condiciones de trabajo. En nuestros sujetos el almacenaje de calor es de 2.57 kJ/kg tal y como se muestra en la Tabla 2, por lo tanto el tiempo de tolerancia está dentro del rango normal aceptado, aunque en exposiciones puntuales este rango es superado.

Todo lo anterior viene a demostrar la importancia de una correcta rehidratación. Se debe intentar propiciar una hidratación adecuada igualando la pérdida de fluido con la reposición para evitar la deshidratación, de manera que así preservaremos la seguridad y salud del P.E.E.I.F.

CONCLUSIONES

La intensidad y las condiciones ambientales del trabajo de extinción hacen que los especialistas soporten un aumento de la temperatura corporal, este aumento tienden a disminuirlo mediante pérdidas de sudor lo que va a provocar en estos sujetos una disminución significativa de peso corporal y en consecuencia deshidratación, ésta tiene graves consecuencias como son disminución de la capacidad aeróbica, de la capacidad de trabajo físico, aumento de la frecuencia cardiaca y aumento del riesgo de patologías por calor. Es necesario, por tanto, mantener una hidratación adecuada para promover la seguridad, salud y rendimiento físico óptimo de estos sujetos.

AGRADECIMIENTO

Agradecer la total confianza y desinteresada participación en este proyecto de I+D+i del P.E.E.I.F. contratado por TRAGSA, que, voluntariamente, están participando activamente en el estudio, trabajando en los incendios portando aparatos científicos de medida, realizándose analíticas específicas, desplazándose al laboratorio de la Universidad de León en su tiempo libre, etc., así como el apoyo de la Dirección General para la Biodiversidad del Ministerio de Medio Ambiente y de la Junta de Comunidades de Castilla- La Mancha.

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