Siete hábitos de los Mentores altamente Efectivos (Guía para la autorreflexion del directivo)

Siete hábitos de los Mentores altamente Efectivos (Guía para la autorreflexion del directivo)

Siguiendo los consejos de “Management Mentors”, indicamos siete hábitos para que los directivos puedan ser excelentes mentores, incluidas preguntas para su reflexión.
24 Mayo 2019

1.       Escuchantes activos. 

La escucha activa requiere energía. Las personas que escuchan activamente no se limitan a sentarse y dejar que las palabras toquen sus tímpanos. Se sientan derecho. Toman notas. Ellos hacen preguntas. Repiten o "replican" lo que han escuchado para asegurarse de que lo han entendido correctamente. Los oyentes activos son los que proporcionan gestos no verbales (por ejemplo, contacto visual, asentir con la cabeza, etc.) que indican que están siguiendo (o no siguiendo) lo que está diciendo.

¿Por qué es importante este hábito? Los Mentores deben pasar gran parte de su relación en el programa de Mentoring hablando y escuchando a sus Mentees.

2.       Dedicado al éxito. 

Las personas no deben tener una visión miope y estar dedicadas solo a su propio éxito. Las personas que se enorgullecen de su trabajo, que quieren crecer y que realmente se preocupan por su trayectoria profesional son activos, con ellos mismos y con sus Mentees, debido a sus altas expectativas.

¿Por qué es importante este hábito? Es lógico que las personas que están dedicadas al éxito de su propia carrera, pero también al de sus tutelados, quieran aprovechar al máximo su participación en el programa de Mentoring. Los Mentores efectivos son las personas que están dedicadas a la idea de hacer que su relación con sus Mentees funcione.

3.    Dedicado al éxito de los demás. 

Las personas de más éxito, -y, seguramente, las más felices-, no están ahí solo para ellos. Se preocupan por la organización y las personas dentro de esa organización y tienen un deseo genuino de ver a todos y todo lo que tiene éxito: la empresa, los empleados y el programa de mentoring en su conjunto.

¿Por qué es importante este hábito? Las personas que se dan cuenta de que "no se trata solo de mí" están mucho más dispuestas a hacer una inversión genuina en la relación de mentoring.

Reflexión personal: ¿me gusta ayudar a las personas a crecer personal y profesionalmente?

4.    Curioso. 

Las personas que son naturalmente curiosas tienden a seguir la filosofía de "si hay voluntad, hay una manera". Si no saben la respuesta o si necesitan ayuda con algo, no se sentarán a esperar; buscarán las respuestas.

¿Por qué es importante este hábito? Los "tipos curiosos" son los que se toman el tiempo de leer los artículos, videos… sobre las mejores prácticas de mentoring; en definitiva, todo lo que ayuda a establecer una relación de mentoring de éxito.

5.    Comprometidos con su entorno. 

Las personas comprometidas ven su trabajo como algo más que un trabajo. Muestran interés por su entorno, por el mundo que los rodea, por el trabajo que realizan otros departamentos, etc.

¿Por qué es importante este hábito? Tener una visión global del mundo permite a las personas ver cómo el éxito de su relación de mentoring afecta más que solo a las dos personas en la relación.

6.    Dispuestos a salir de sus zonas de confort. 

Las personas proactivas están dispuestas a probar cosas nuevas, considerar nuevos pensamientos y pensar fuera del cuadro proverbial por el bien del crecimiento personal y profesional.

¿Por qué es importante este hábito? Los futuros mentores que estén dispuestos a probar algo nuevo y probarlo tendrán la mejor oportunidad de obtener los mayores beneficios de la relación de mentoring.

7.    Las 3 R's: Responsable, Respetuoso y “Relisto”. 

Las personas responsables, respetuosas y listas para comenzar con nuevos proyectos ayudan a hacer que la experiencia diaria de trabajo sea mejor no solo para ellos mismos, sino también para todos los que los rodean y, en concreto, a sus Mentees.

¿Por qué es importante este hábito? Ser un Mentor requiere diligencia: debe comprometerse a reuniones regulares (y, en realidad, reunirse), trazar el progreso y aprender a navegar una nueva relación (y todos los altibajos) con aplomo.

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