Funcionarios de prisiones: una profesión de riesgo
Funcionarios de prisiones: una profesión de riesgo
Ser vigilante de prisiones se ha convertido en una profesión de riesgo. Así lo atestiguan los datos que ofrecen los sindicatos de Instituciones Penitenciarios: en sólo siete años se han multiplicado por dos el número de agresiones.
El Confidencial Digital ha tenido acceso a un informe en el que se recogen todos los datos de accidentes y agresiones registradas en las prisiones españolas durante los últimos siete años.
Según los trabajadores penitenciarios, las cifras constatan el aumento del riesgo laboral en el sector, pese a que la población reclusa se ha reducido considerablemente.
En el año 2006 se registraron un total de 653 incidentes notificados, que afectaron al mismo número de trabajadores. De ese total, 192 correspondieron a agresiones de población reclusa a vigilantes de prisiones. Siete años después, en 2013, el número de incidentes es de 1.059, con 1.213 trabajadores afectados. De ellos, 480 fueron agresiones de presos a funcionarios. Se trata de la cifra más alta de la última década.
En términos globales, los vigilantes sufrieron 2.186 agresiones en los últimos ocho años. Prácticamente un 10 por ciento de la plantilla total de funcionarios de Prisiones han resultado agredidos.
Los sindicatos, en vista de estos datos, exigen a Interior que ponga en marcha un plan de prevención y actuación ante este tipo de agresiones, junto con un proceso de evaluación permanente de la situación.
Aseguran que uno de los métodos que ayudan a prevenir una agresión son aquellas situaciones en las que los funcionarios son insultados o amenazados. Por el régimen disciplinario actual, este tipo de conductas no se penalizan. Exigen que estas actuaciones puedan derivar en un aumento de condena.
Otra de las circunstancias que más preocupa a los funcionarios del sector es el aumento de los accidentes biológicos, aquellos por los se produce el contagio de enfermedades graves –principalmente el virus del Sida.
Piden que se estudie en profundidad la eficacia de las medidas de seguridad actuales, como la efectividad de los guantes de cacheo –que fueron implantados el último trimestre de 2008-, así como determinar si existen otros equipos de mayor protección.
Fuente: El confidencial digital