¿Has estirado hoy?

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Lunes, 22 Diciembre 2014

Los trastornos musculoesqueléticos (TME) pueden afectar a los músculos, articulaciones, tendones, ligamentos, huesos y nervios del cuerpo. La mayor parte de los TME de origen laboral se van desarrollando con el tiempo y son provocados por el propio trabajo o por el entorno en el que éste se lleva a cabo. Pero también pueden ser resultado de accidentes, como por ejemplo, fracturas y dislocaciones. Por lo general, los TME afectan a la espalda, cuello, hombros y extremidades superiores, aunque también afectan a las inferiores pero con menor frecuencia. Los problemas de salud derivados abarcan desde incomodidad, molestias y dolores hasta cuadros médicos más graves que obligan a solicitar la baja laboral e incluso a recibir tratamiento médico. En los casos más crónicos, el tratamiento y la recuperación suelen ser insatisfactorios y el resultado puede ser una discapacidad permanente, con pérdida del empleo.

Los TME son la enfermedad profesional más común en la Unión Europea (EU-27), pues el 25% de los trabajadores europeos se queja de dolores de espalda y el 23% declara tener dolores musculares. El 62% de los trabajadores de la EU-27 está expuesto durante una cuarta parte del tiempo o más a movimientos repetitivos de manos y brazos, el 46% a posturas dolorosas o extenuantes y el 35% transportan o mueven cargas pesadas. Todos los sectores se ven afectados por la exposición a riesgos físicos y por la aparición de TME siendo la agricultura y la construcción los más afectados. Por lo general, las mujeres están menos expuestas a factores de riesgo físico, aunque tanto mujeres como hombres realizan por igual movimientos de manos, brazos o trabajan en posturas dolorosas o extenuantes. Los TME son afecciones costosas debido a sus costes directos (seguros, indemnizaciones, costes médicos y administrativos) e indirectos por la pérdida de productividad.

Muchos factores pueden contribuir, por sí solos o en combinación, a la aparición de TME.
En primer lugar, los factores físicos, como por ejemplo: a) la aplicación de fuerza física empleada para el levantamiento, transporte, tracción o empuje de cargas; b) movimientos repetitivos, como los realizados al usar teclados o pintar; c) malas posturas y posturas estáticas, como ocurre cuando se permanece de forma prolongada en posición vertical, sedente o se mantienen las manos por encima del nivel de los hombros; d) presión directa sobre el cuerpo de herramientas y superficies; e) vibraciones, en todo el cuerpo y en los brazos, manos o entornos de trabajo fríos.

En segundo lugar, factores organizativos: a) trabajo exigente; b) falta de control sobre las tareas efectuadas; c) escaso nivel de satisfacción en el trabajo; d) trabajo repetitivo; e) ritmo de trabajo elevado; f) apremio de tiempo; g) falta de apoyo por parte de los compañeros y directivos.

Y por último, factores personales, como por ejemplo el hecho de presentar una historia médica anterior; la capacidad física; la edad; el tabaquismo o la obesidad.

Los trabajadores manuales, ya sean cualificados o no, corren más riesgo de desarrollar TME. Como cabría esperar, en Europa los trabajadores de mayor edad presentan más problemas que los trabajadores jóvenes. Los trastornos de las extremidades superiores, comúnmente conocidos como "lesiones por esfuerzos repetitivos", afectan más a las mujeres que a los hombres debido al tipo de trabajo que realizan. Los trabajadores en empleo precario, como aquellos que tienen contratos de duración determinada, realizan con mucha más frecuencia trabajos repetitivos o en posturas dolorosas o extenuantes. Los TME tienen lugar en todas las profesiones y entornos, pero algunos grupos de trabajadores corren un mayor riesgo [1].

Los objetivos de Henkel Ibérica en materia de TME son variados. En primer lugar hay que destacar un objetivo corporativo global, no referido específicamente a los TME, que consiste en cero accidentes con baja. Se trata de un objetivo a largo plazo, marcado desde hace aproximadamente una década y que actualmente se concreta en objetivos parciales de descensos de la siniestralidad laboral del orden del 5% anual. En relación directa con los TME contamos con objetivos como la puesta en marcha de todas las medidas preventivas propuestas derivadas de los estudios ergonómicos de los puestos de trabajo, la formación presencial teórico-práctica con examen a todo el personal afectado por este riesgo o el desarrollo de diversas campañas de sensibilización para la prevención de las lesiones osteomusculares de origen laboral. Pero el foco no se centra exclusivamente en el entorno laboral. Un ejemplo de ello es el objetivo de reducción del absentismo general, y aquí los TME juegan un papel primordial, puesto que son la primera causa de ausencias al trabajo, con diferencia significativa respecto al resto de causas.

Como complemento a este trabajo, se ha confeccionado un póster que muestra de forma gráfica y resumida los conceptos y resultados presentados.

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