La inteligencia artificial como motor de transformación en la prevención de riesgos laborales: retos y oportunidades

La inteligencia artificial como motor de transformación en la prevención de riesgos laborales: retos y oportunidades

En las últimas décadas, la prevención de riesgos laborales ha experimentado una evolución constante, impulsada por avances tecnológicos que han permitido optimizar la identificación, evaluación y control de peligros en los entornos de trabajo.
21 Mayo 2025

Redacción

Hoy, la inteligencia artificial (IA) emerge como un elemento disruptivo con el potencial de revolucionar esta disciplina, al ofrecer herramientas inteligentes que mejoran la gestión de la seguridad y salud ocupacional (SST) con una precisión y rapidez sin precedentes. Sin embargo, su incorporación también trae consigo desafíos técnicos, éticos y organizacionales que deben ser abordados con rigor para maximizar sus beneficios.

El uso de la IA en prevención laboral se basa fundamentalmente en la capacidad de procesamiento masivo de datos y en la automatización de análisis complejos. Sistemas basados en machine learning (aprendizaje automático) y deep learning (aprendizaje profundo) pueden detectar patrones de comportamiento, predecir fallos en maquinarias y anticipar situaciones de riesgo antes de que ocurran accidentes. Por ejemplo, según el informe “AI in Occupational Safety and Health” publicado por la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo (EU-OSHA, 2023), las tecnologías de visión artificial instaladas en espacios industriales permiten monitorear en tiempo real la postura corporal y los movimientos de los trabajadores, identificando desviaciones que pueden derivar en lesiones musculo-esqueléticas. Al generar alertas inmediatas, estas herramientas contribuyen a corregir prácticas inseguras de manera proactiva.

Otra aplicación destacada es el mantenimiento predictivo, que gracias a sensores inteligentes y algoritmos analíticos, detecta anomalías en equipos y maquinaria antes de que provoquen fallos críticos o situaciones peligrosas. Esto no solo protege la integridad física del personal, sino que reduce costos asociados a interrupciones no planificadas. Además, la integración de IA en plataformas digitales de gestión de SST permite personalizar planes preventivos según las características específicas de cada empresa, teniendo en cuenta factores como el tipo de industria, perfil de trabajadores y condiciones ambientales. Esta hiperpersonalización mejora la eficacia de las intervenciones y fomenta una cultura de seguridad más adaptada y dinámica.

No obstante, la implementación de inteligencia artificial en el ámbito preventivo no está exenta de retos. Una preocupación central es la posible dependencia excesiva en sistemas automatizados, que puede generar una falsa sensación de seguridad y relegar la importancia del juicio crítico y la experiencia humana. Investigadores como Calvo, Rodríguez y Sánchez (2024) advierten que la IA debe ser entendida como una herramienta complementaria, no sustituta, del profesional en prevención de riesgos. El factor humano sigue siendo esencial para interpretar resultados, contextualizar riesgos y liderar estrategias integrales.

La ética y la privacidad constituyen otro eje clave. La recopilación constante de datos personales y conductuales mediante cámaras, sensores o dispositivos wearables plantea interrogantes sobre la protección de la intimidad y el consentimiento informado. La legislación vigente en materia de protección de datos, como el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) en Europa, establece marcos legales, pero aún es necesario un diálogo abierto y transparente entre empresas, trabajadores y reguladores para definir límites claros y garantizar un uso responsable. La opacidad de algunos algoritmos, conocida como “caja negra”, dificulta la auditoría y puede introducir sesgos que afecten la equidad y fiabilidad de las evaluaciones.

Además, la capacitación del capital humano en SST para manejar estas nuevas tecnologías es fundamental. Sin un adecuado entrenamiento, los profesionales podrían no aprovechar al máximo las capacidades de la IA o, peor aún, malinterpretar los datos, generando riesgos adicionales. Por ello, las instituciones formativas y las organizaciones deben apostar por programas de actualización continua que integren competencias digitales y analíticas dentro del perfil de los expertos en prevención.

Desde una perspectiva organizacional, la digitalización y automatización de procesos requieren una gestión del cambio efectiva. La cultura preventiva debe seguir siendo un pilar estratégico, con compromiso real desde la alta dirección y participación activa de los trabajadores. La IA puede facilitar la comunicación, la formación y el seguimiento, pero no puede reemplazar el liderazgo humano ni la corresponsabilidad colectiva que define a las organizaciones saludables.

En términos de futuro, se prevé que la IA se integre cada vez más con tecnologías emergentes como el internet de las cosas (IoT), realidad aumentada (RA) y gemelos digitales, creando ecosistemas inteligentes que monitoricen y optimicen simultáneamente múltiples variables de seguridad, salud y productividad. Esta convergencia abre la puerta a una prevención mucho más predictiva, personalizada y efectiva, que sitúa al trabajador en el centro y permite responder con rapidez a riesgos cambiantes.

En definitiva, la inteligencia artificial representa una oportunidad histórica para transformar la prevención de riesgos laborales, pero su éxito dependerá de un enfoque equilibrado que combine innovación tecnológica, ética, formación y cultura organizacional. Solo así será posible construir entornos de trabajo más seguros, saludables y resilientes frente a los retos del siglo XXI.

Para fomentar la reflexión y el diálogo, invitamos a considerar las siguientes preguntas:

  1. ¿Cómo garantizar que la inteligencia artificial respete los derechos y la privacidad de los trabajadores en la prevención de riesgos?
  2. ¿Cuál es el papel esencial del profesional en prevención en un contexto de creciente automatización y análisis de datos?
  3. ¿De qué manera pueden las organizaciones equilibrar la adopción tecnológica con el fortalecimiento de una cultura preventiva auténtica?
  4. ¿Qué mecanismos de transparencia y auditoría deberían implementarse para evitar sesgos en los sistemas de IA aplicados a la seguridad laboral?
  5. ¿Cómo debería evolucionar la regulación para abordar los desafíos éticos y legales de la IA en el ámbito de la prevención de riesgos?
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