¿Cómo pueden las mujeres llegar a puestos de liderazgo?

¿Cómo pueden las mujeres llegar a puestos de liderazgo?

Para eliminar el techo de cristal que las detiene, tienen que emprender determinadas acciones
8 Marzo 2017

Hagamos juntos un ejercicio… Piensa en un referente actual, ya sea del mundo de la Tecnología, de las Finanzas, de la Educación, Política o lo que prefieras. Seguramente vienen a tu mente nombres como Mark Zuckerberg, Bill Gates o Barack Obama. 

¿Se te ha ocurrido preguntarte alguna vez por qué nuestra primera persona de referencia no es una mujer? ¿Acaso no hay mujeres emprendedoras? ¿La tecnología no tiene referentes femeninas? ¿La política es una actividad exclusiva de los hombres? Distintas preguntas que pueden llevar a las mismas respuestas: prejuicios, poca visibilidad, degradación a puestos secundarios, falta de reconocimiento, techo de cristal…

La baja representatividad de las mujeres en puestos de responsabilidad es una realidad que se extiende en todos los rincones del mundo. Las limitadas oportunidades con las que estas cuentan para ascender y alcanzar estos puestos, el techo de cristal con el que se topan y una amplia red de prejuicios sociales que históricamente las posicionan en lugares de inferioridad respecto a los hombres son los principales causantes de esta realidad.

El surgimiento de los estudios de género posicionaron a la expresión“techo de cristal” como la referente a la hora de hablar sobre el desarrollo profesional de las mujeres. Con esta se hace referencia a un obstáculo invisible que las mismas trabajadoras establecen sobre sus propias capacidades, condicionando así su crecimiento. Este es el principal obstáculo entre el género femenino y los puestos directivos.

De acuerdo a un estudio reciente de la Universidad de Monterrey, el 78% de las estudiantes considera demasiado difícil la idea de llegar a ocupar un cargo de poder o transformarse en líderes, incluso cuando poseen los estudios y conocimientos necesarios para hacerlo.

¿Qué pueden hacer las mujeres para cambiar esta realidad? ¿Cómo pueden hacer que sus habilidades sean contempladas y valoradas en el mundo actual? En primer lugar, deben eliminar ese techo de cristal que ellas mismas se establecen, olvidar sus limitantes y confiar más en sus capacidades. Pero no es el único camino que pueden seguir…

Cambiar esta creencia no será sencillo, ni dentro de la sociedad ni en la mente de cada mujer, pero es un ejercicio inevitable en el que cada una puede realizar su aporte. Las investigadoras de la Universidad de Monterrey que realizaron el estudio mencionado anteriormente sugieren 4 opciones para, al menos, empezar a buscar este cambio:

1) Levanta la mano

Exprésate, cuenta lo que sabes, demuéstralo una y otra vez, tanto ante tus pares como ante tus superiores. Debes dejarle en claro a tus jefes que posees las aptitudes necesarias para ascender, para alcanzar un mejor puesto laboral.

2) Apoya a otras mujeres

En una lucha global como el empoderamiento femenino es crucial apoyar a otras mujeres para que logren sus objetivos, en lugar de poner trabas a su crecimiento. Si tienes cómo hacerlo sería una buena idea que apoyes y destaques a compañeras que consideres aptas para puestos de liderazgo, y que las apoyes en la ejecución de los mismos. En este caso el crecimiento individual también es, de alguna manera, colectivo.

3) Asume lo que quieres

No temas aspirar a más, tener prioridades o hacerte una especie de “mapa” de lo que quieres. Ve a por ello sin temor, con ambición y coraje, porque tienes lo suficiente para lograrlo pero solo lo harás si crees en ti.

4) Pide ayuda

Hay quienes creen que pedir ayuda es demostrar debilidad, pero no. En el día a día, en las tareas cotidianas, es una buena idea que pidas ayuda a tus familiares y seres queridos para que dejen de hacer que todo el peso de las responsabilidades del hogar caiga sobre tus hombros. Para eliminar el prejuicio que establece que la mujer es quien debe cumplir las tareas de la casa es necesario trabajar todos los días en hacer que esas tareas sean más colectivas.

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