¿Afecta el ruido al sistema cardiovascular?

¿Afecta el ruido al sistema cardiovascular?

Los resultados más recientes son contradictorios
27 Marzo 2014

Los resultados del estudio más amplio jamás llevado a cabo sobre exposición laboral al ruido han sorprendido a los propios investigadores, al no encontrar una asociación entre exposición al ruido y riesgo de enfermedad cardiovascular. Otros estudios recientes habían sugerido que el ruido en el lugar de trabajo incrementa agrandar el riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular.

La autora de la investigación, Ann Zara Stokholm  del Instituto de Medicina Clínica de la Universidad de Aarhus, Dinamarca, defendió el mes pasado su tesis doctoral sobre este tema, para realizar la cual midieron los niveles de ruido en 76 centros de trabajo y recogieron datos sobre más de 160.000 personas sa lo largo de más de 30 años de exposición.

Los resultados no indicaron un aumento de riesgo cardiovascular de ningún tipo ni un aumento de la secreción de cortisol, un indicador del estrés, cuyos niveles fueron completmanete independientes de la exposición al ruido.

Sin embargo, un estudio británico publicado en otoño de 2013 demuestra exactamente lo contrario, al establecer una correlación entre la exposición al ruido y la enfermedad cardiovascular. Los investigadores examinaron los datos de 3,6 millones de habitantes que vivían cerca del  aeropuerto de Heathrow de Londres. Los resultados mostraron que el riesgo de enfermedad cardiovascular era entre el 10 y el20 por ciento mayor entre los residentes que vivían en las zonas con los más altos niveles de ruido de los aviones .
 
La discrepancia ha dado lugar a un intercambio de correspondencia entre unos y otros investigadores. Los daneses arguyen que ellos han tenido en cuenta la exposición a largo plazo al ruido y que los niveles de exposición, al ser laborales, eran mucho más altos que los de los británicos, en cuyo caso se trataba de ruido urbano.  Los británicos han replicado, entre otras cosas, que los investigadores daneses podrían no haber tenido en cuenta el uso de protecciones individuales por parte de los trabajadores, lo que podría reducir sensiblemente la exposición real.

Las espadas científicas, pues, siguen en alto.

Fuente: Nordic Science

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