Calderón Berrocal, María del Carmen
Máster PRL. Técnico Superior PRL con las especialidades de Ergonomía y Psicosociología, Seguridad en el Trabajo e Higiene Industrial. Auditor PRL, Perito judicial PRL y perito calígrafo. G.I. Hum 340 UHU, macalber-88@hotmail.es
ABSTRACT
Los Riesgos psicosociales en ámbito docente son numerosos, quizás son los más lamentables porque no son producto del azar sino que son las consecuencias de un deficiente comportamiento, de una deficiente gestión preventiva y con demasiada frecuencia son objeto de lamentables soluciones que se expresan como omisión, injusticia y determinaciones drásticas que, en vez de enriquecer a la comunidad la empobrecen porque cuando un charco no se salta con el suficiente impulso el individuo termina por llenarse de agua y barro.
Palabras clave
Riesgos Psicosociales, Estrés, Síndrome del Quemado, Acoso, Prevención Docente, Docencia.
INTRODUCCIÓN
Los Riesgos psicosociales en ámbito docente son numerosos, quizás son los más lamentables porque no son producto del azar sino que son las consecuencias de un deficiente comportamiento, de una deficiente gestión preventiva y con demasiada frecuencia son objeto de lamentables soluciones que se expresan como omisión, injusticia y determinaciones drásticas que, en vez de enriquecer a la comunidad la empobrecen porque cuando un charco no se sala con el suficiente impulso el individuo termina por llenarse de agua y barro.
SOBRECARGAS PSICOLÓGIAS
La sobrecarga psicológica se puede dejar sentir entre los docentes, educandos y trabajadores relacionados con el centro docente por la disminución de la capacidad de atención, escasa concentración, intolerancia ante situaciones de tensión, por ejemplo. Las sobrecargas psicológicas aumentan la posibilidad de que un determinado sujeto se bloquee para tomar decisiones, para resolver problemas o cuestiones varias y para terminar las distintas tareas dando, con ello, un rendimiento que con seguridad podría calificarse como insuficiente, deficiente o muy deficiente, propio más bien de individuos no aptos que de individuos entrenados para la docencia y de buenos estudiantes o buenos trabajadores.
Fig.1 Sobrecargas psicológicas
Ante todo lo cual hay que reaccionar para evitar las exigencias continuas por encima de las propias posibilidades, adaptando las tareas a los individuos para que estos puedan ir cumpliendo objetivos y con ello, recibiendo satisfacciones a corto plato para que no entren en frustración.
Se trataría de organizar en número y dificultad las tareas de cada día, siendo aconsejables las pausas tras esfuerzos repetidos. Alternar trabajo, descanso y ocio y/o juegos. Hay que poner un tiempo a los estudios, debe haber un tiempo destinado a cada cosa para que la balanza emocional esté bien equilibrada.
Para gestionar las sobrecargas psicológicas hay que concienciar a quienes tienen el centro docente como lugar de trabajo y/o estudios de que lo correcto es comunicar a profesores o superiores jerárquicos las propias necesidades en circunstancias de presión excesiva o agobios y malestar, para que estas cuestiones puedan ser tenidas en cuenta y se haga paso la solidaridad. De esta forma los distintos problemas podrán estudiarse, tenerse en cuenta la situación y aparezca la comunicación entre los distintos miembros de la comunidad docente, esto favorecerá el rendimiento y laproductividad, tanto del alumno como del docente.
Se procurará cuidar el clima laboral docente, estableciendo un trato respetuoso con los compañeros ya sea entre profesores o entre alumnos o entre profesores y alumnos, donde queden prohibidos las malas formas y los insultos, es necesario el diálogo. No hay que entender la vida como competencia sino como colaboración.
ESTRÉS
Las sobrecargas psicológicas pueden producirse a causa de muy diversos motivos entre los cuales se encuentra el estrés. Hans Seyle consideró el estrés como “una respuesta no específica a cualquier demanda planteada al organismo”, y estableció el Síndrome General de Adaptación. El estrés es un síndrome, porque indica que las partes afectadas generan una manifestación dependiente entre sí; es general, porque las consecuencias de los factores estresantes tienen influencia en el organismo; y el concepto adaptación viene a señalarnos la reacción que se produce en el organismo, que responde con mecanismos de defensa, para superar los factores estresores o para adaptarse a ellos.
Fig.2 Estrés
La participación en el trabajo es importante, pero no se debe no se debe trabar de forma de forma insolidaria o independiente; de acuerdo que hay trabajos en los que la producción depende de uno mismo, pero no estará nunca mal ofrecer la propia ayuda y solicitarla cuando se necesite la de los demás.
Trabajar en equipo, más que trabajar con otros significa integrarse en el grupo y reconocer el valor humano de los compañeros, el respeto creará una comunicación sin agresividad y el compañerismo evitará que el individuo se aísle por desconocimiento del grupo o por timidez.
Para no caer en el estrés es importante la valoración del propio trabajo y no caer en la rutina y el aburrimiento, que llevarán a la frustración porque producen insatisfacción. Disfrutar de una labor bien hecha supondrá para el propio sujeto su reconocimiento y autoestima, la automotivación y también el reconocimiento de los demás.
Prever los momentos que serán de mayor trabajo y hacer una planificación del mismo, el sujeto, docente o educando, debe organizar su trabajo y plantearse objetivos a corto plazo, realistas, en los que vea y se vea el producto de su esfuerzo, ello le ayudará a no incurrir en la frustración que paraliza toda producción.
El trabajo en la docencia necesita disfrutar del ocio, hacer deporte, cuidar la salud en toda la extensión del concepto; hay que descansar lo suficiente como para poder volver al centro en un óptimo estado, no debiendo abusarse de bebidas o substancias excitantes porque se pueden convertir en irritantes, tales como el alcohol, café, tabaco, té, etc.
Es necesario asegurar una porción del tiempo para dedicarlo a tareas personales que permitan evadirse de los temas laborales o estudiantiles cotidianos. También es importante fomentar las relaciones familiares y sociales, con compañeros o amigos externos al trabajo, hay que querer a la gente, no encasillarla: amigos aquí, familia allí, compañeros más allá, como en distintos cajones de un mismo mueble; un familiar puede ser a la vez compañero y amigo; un amigo puede ser a la vez un compañero de trabajo, las distintas condiciones no son excluyentes y quien cae en la dinámica de separar tanto terminará en un cajón para él solo. Hay que mostrar los afectos adecuadamente, un humano no es una máquina y hay que tener conciencia de que cuánto más realizado y más satisfecho esté el profesor, alumno o trabajadores anexos al centro docente, más disfrutará de su trabajo con lo cual incrementará sus rendimientos en todos los aspectos de su vida y menos estés sufrirá.
Las técnicas de relajación estarán muy aconsejadas por cuanto el individuo debe aprender a relajarse para tener flexibilidad frente a la rigidez, para ser creativo frente a la rutina y aprender a valorar las cosas más pequeñas. Todo o casi todo está bien con moderación, incluso el estrés que, a pequeñas dosis, es capaz de mantener despierto y activo al individuo procurándole momentos de gran rendimiento y productividad ya sea en cuanto a su planificación docente o a los planes de estudios del estudiante.
SÍNDROME DEL QUEMADO
Otro mal frecuente es la insatisfacción laboral, que puede deberse a distintos motivos, tales como las deficientes relaciones con los compañeros; el tipo de trabajo, en el que el individuo no encuentre satisfacción o respuesta ante su esfuerzo y termine considerando que no merece la pena; el salario, un salario insuficiente y un personal desmotivado o en un centro con alumnos extremadamente conflictivos, crearán en los profesionales sensación de inutilidad; el trato de los superiores jerárquicos, donde habría mucho que decir sobre los estilos de mando de la dirección por mucha libertad de cátedra que se reconozca en un aula; los horarios, la ausencia o insuficiencia de comunicación, etc., sin olvidar los condicionantes del ambiente, la organización y las influencias de tipo social.
Con frecuencia el profesorado puede caer en el agotamiento psíquico, al igual que el alumno al que se exigen capacitaciones por encima de sus posibilidades. En fase aguda puede desencadenar en el síndrome de burnout, que es el llamado usualmente “estar quemado” o “sindrome del quemado”, que aparece cuando la persona piensa que no será capaz de conseguir el objetivo y que no puede más.
Es una respuesta mental que se hace persistente y negativa. Su origen está en el estrés laboral crónico y debuta como síndrome de fatiga física y a la vez emocional que implica un malestar y desarrollo negativo del propio sujeto. Se da con frecuencia endocentes y aporta actitudes negativas hacia su trabajo así como la pérdida de interés por el mismo y de preocupación por los alumnos y el trabajo en general, según advertía en 1978 a definir Pines y Maslach; es como una pérdida progresiva del idealismo, la energía y la finalidad como resultado de las condiciones laborales, según afirmaban en 1980 Edelwich y Brodsky.
Según Freudenberger y Richelson, 1980, se trata de un estado de fatiga o frustración producido por la devoción a un modo de vida o relación que no ha devuelto la compensación esperada.
Fig.3 Síndrome del quemado
Su sintomatología viene a ser el agotamiento emocional, acompañado de absentismo laboral o escolar, porque a la persona le cuesta levantarse por las mañanas y porque no siente ni fuerza ni ánimo para ir al trabajo ni para volver a pisar el centro docente, siente que la situación se supera con creces, que no puede más y quiere abandonar su puesto laboral o, en su caso, dejar los estudios.
Aparece en el sujeto una especie de despersonalización en la que desarrolla una especie de cinismo, en la que todo le da igual aunque no sea así, y evita tomar decisiones importantes por miedo a equivocarse; posterga o directamente evita los trabajos de mayor envergadura considerando que por más que se sacrifique y esfuerce nadie va a reconocer su trabajo o esfuerzo. La respuesta ante este bloqueo real es evitar implicarse emocionalmente con los alumnos, los compañeros, etc., y su entorno. Encasilla a cada uno en un cajón o casillero y realmente no se entrega a ninguno de ellos, pretende ser aséptico y rendir en cada campo sin conseguirlo en ninguno realmente porque el individuo no es capaz de dar de sí lo que debe, no procesa su frustración y ésta contamina todos los sectores de su vida. Pasa a tener escasa eficacia laboral o estudiantil y esto se traducirá, puesto que es un sujeto responsable, en la falta de realización personal, pudiendo sentir que está falto de formación o de capacidades, que está desfasado y que por todo ello es incompetente. Al ver que su productividad no tiene la calidad deseada va a sentir que su entorno, sus compañeroso sus alumnos no le respetan y/o que no tienen en cuenta sus opiniones y sus decisiones; y lo que está haciendo realmente es autoexcluirse y aislarse, pudiendo dejar su puesto como docente o como estudiante abrumado por su situación que no es más que una suma de sin sabores en distintos campos a la vez.
Es importante en un caso de burnout, para poder combatirlo, determinar su grado, que puede ser leve, moderado o grave; para ello, uno de los instrumentos que se usan es el MBI, el Maslach Burnout Inventory. Este inventario plantea al sujeto enunciados sobre sentimientos y pensamientos en relación a su interacción con respecto al trabajo o estudio en su caso. Es el instrumento más aplicado y está formado por 22 ítems donde el sujeto valora, mediante seis adjetivos que van en rango de “nunca” a “diariamente”, la frecuencia con la que experimenta cada una de las situaciones descritas en cada ítem. No alude a las posibles causas del síndrome y no indica los factores sobre los que hay que incidir al realizar la intervención, razón por la cual suele combinarse con otros métodos complementarios que sirvan para dar paso a la correspondiente intervención.
Entre las técnicas que pueden aplicarse, según sea el caso, a los casos burnout están las terapia de entrenamiento en habilidades de afrontamiento del síndrome, centrada en la búsqueda del equilibrio que se erija como representante del estrés. También las técnicas de reestructuración cognitiva para modificar sus procesos cognitivos; los métodos de gestión del tiempo, las técnicas de relajación, el apoyo social porque es indispensable la colaboración o el apoyo que puedan prestar compañeros y superiores en el ámbito laboral; programas para fomentar la cohesión, participación y mejora de relaciones interpersonales. Igualmente, entrenamiento en prevención del Estrés, para desterrar su aparición en individuos ya afectados por trastornos relacionados con el estrés.
Un sujeto puede encuadrarse en tres tipos o grados según su padecimiento y en función de ello irá la intervención con vistas a la resolución de su problema.
La intervención primaria es proactiva y pretende evitar o minimizar el burnout trabajando para identificar los problemas, evaluar los riesgos y planificar, implantar y ejecutar la intervención. Procura incrementar el control del individuo en su puesto ya sea docente, educando, personal de administración o dirección; reorganización de horarios y mejorar el diseño del puesto de trabajo o de la programación para el estudio del alumno en su caso; para integrar al sujeto de nuevo en la participación en la toma de decisiones.
Ya en una intervención secundaria se incide a nivel individual con la esperanza de que sea el individuo quien cambie, en vez de hacerlo la organización en la que está inserto ya seacentro docente, empresa, etc., y se trata de afrontar el problema en base a una intervención rápida sobre los sujetos afectados. Este tipo de intervención puede ser rápida y sin que se tenga que exista demasiada interferencia en el trabajo diario, pero pese a que puede reducir los niveles de estrés, en cuanto a su efecto puede se efímera, con lo que desaparecerá rápidamente porque las causas del estrés no han sido modificadas.
En una intervención terciaria también se incide a nivel individual, intentando reducir la discapacidad o las secuelas asociadas al individuo afectado y trastornado por el burnout. Esta intervención es reactiva y se aplica en sujetos afectados seriamente.
ACOSO. HOSTIGAMIENTO PSICOLÓGICO EN ÁMBITO DOCENTE
Se ha constatado la existencia en los centros docentes de personas sometidas a un hostigamiento psicológico tal que presentan síntomas psicosomáticos ante las actuaciones hostiles continuadas y reacciones anormales hacia el trabajo y el ambiente laboral.
Muchas de estas manifestaciones se ajustan a la definición de acoso laboral o mobbing, término empleado en la literatura psicológica internacional y nacido en Inglaterra, para describir una situación en la que una persona o un grupo de personas ejercen una violencia psicológica extrema, en una o más de las 45 formas o comportamientos descritos por el Leymann Inventory of Psychological Terrorization, LIPT; y esto se ejerce sobre la persona de forma sistemática, dándose al menos, una vez por semana; y durante un tiempo prolongado. Se ha establecido, creo no muy acertadamente un tiempo mínimo de 6 meses para que un comportamiento sea considerado como mobbing, pero realmente la legislación debería recoger un tiempo corto o no recoger tiempo, pues en realidad no se trata tanto de tiempo como de las actitudes hacia una persona en el lugar de trabajo, centro docente o incluso en la sociedad, en el día a día. Un acosador sabrá dirigir temporalmente su actividad nociva para jugar con los plazos legales, interrumpiendo para después volver a la carga y así sucesivamente; o podrá rodearse de todas las argucias necesarias para ponerlas en un cortísimo espacio de tiempo en contra de su víctima sin que su delito pueda levantar demasiadas sospechas y no repare en ello más que la pobre víctima que, incluso, podrá ser culpada en vez de reconocida como víctima, tal es tamaño problema.
El término mobbing se aplica al ámbito laboral, pero el acoso está mucho más extendido que circunscribirlo sólo a un ámbito de la vida. Hay acoso laboral, social, familiar, en las mismas relaciones de pareja. No es más que violencia, más o menos encubierta, y descarada en ocasiones, lo que llega a producir muy lamentables consecuencias, porque el acosador es capaz de todo, pero la víctima puede reaccionar de forma diversa, tanto sumiéndose en grave depresión que la puede llevar hasta el suicidio. La víctima puede llegar tanto a matarse como matar, porque es tal su estado, que necesita darle la solución que otros no le dan, que la ley no da, que los jefes no le dan, que los compañeros no le dan, y un largo y penoso etc.; y, no contribuyendo a erradicar un delito, realmente, lo que se está haciendo es colaborando con el mismo.
Cuando el acoso ocurre en forma horizontal entre los compañeros en la escuela se lo denomina bullying.
Según H. Leymann se podría traducir dicho término como “psicoterror laboral” u “hostigamiento psicológico en el trabajo” (NTP 476. INSHT). Es el continuado y deliberado maltrato verbal y moral que recibe un trabajador o escolar por parte de uno u otros, que se comportan con él cruelmente con el objeto de lograr su aniquilación o destrucción psicológica y obtener su salida de la organización o su sometimiento a través de diferentes procedimientos ilícitos, o ajenos a un trato respetuoso o humanitario y que atentan contra la dignidad del trabajador/ escolar.
Se caracteriza por un comportamiento de persecución continuado y persistente que se constata en intentar someter o eliminar a una persona de su puesto de trabajo o de un grupo, usando maquinaciones deshonestas contra ella. El acosador pretende la desestabilización emocional de una persona mediante todo tipo de estrategias oscuras buscando que esta persona “explote”, para así dejarla en evidencia y arrimar el ascua a su sardina. El acosador trata de atacar sistemáticamente a la víctima criticando destructivamente cuanto realiza en su trabajo / estudio, injuriando, difamando, maldiciendo...
Se prodiga en el maltrato verbal con amenazas incluidas, gritos o insultos para minarla psicológicamente, atacando sin pausa y sin prisa o con ella, su dignidad. El acosador persigue a toda costa deteriorar deliberadamente el rendimiento laboral / escolar de una persona, boicotea su trabajo o lo sabotea, se granjea la amistad de otros para que actúen, sabiéndolo o sin saber, de cómplices o compinches, que serán testigos mudos de la inocencia de la víctima y de las tropelías del acosador. Se produce un constante hostigamiento, sistemático, del acosador y del grupo contaminado, hacia una persona victimizada mediante acusaciones falsas acerca de su trabajo, su vida, su honorabilidad, su honestidad, su valía, sus capacidades, intentando terminar con su crédito y credibilidad, honor, imagen; induciéndola asimismo a cometer errores que utilizará como prueba.
Generalmente la víctima es la que pierde siempre, el acosador es un estilo de vida, vil pero real, sabe jugar en su campo, pero la víctima, aunque sea inteligente, sus valores morales impedirán que su proceder llegue a determinadas actuaciones, cosa que aprovecha el acosador. Con frecuencia el acosador tendrá hasta pruebas, que expone de forma parcial, por supuesto, ya que si se tuviese prueba de todo el proceso el acosador caería por su propio peso.
Basta no caerle bien a alguien o destacar en un grupo, o ser simplemente distinto al resto, no ser del montón, no ser vulgar, etc. para que un acosador y sus secuaces crucifiquen literalmente a una persona. No hace falta un motivo y generalmente la víctima hace su vida, cumple con su trabajo y estudios, ajena a las artimañas y argucias del acosador y sus secuaces. La vida de la víctima se convierte en la peor thriller de cine negro, pues siendo una persona intachable, el acosador está empeñado en destruir su reputación personal o profesional mediante calumnias, sabotaje, pruebas falsas, difamación y un lamentable y largo etc.
La víctima es distinta, tiene valores y no entra en el juego del acosador, como no entra en su juego, no tiene elementos de juicio más que los que inventa. Generalmente el acosador conoce poco o nada de su víctima, pero la valora y la admira tanto que su escasa valía personal impide que esta admiración sea procesada en forma correcta y la envidia se encargue de convertir la admiración en el odio más visceral. Como el acosador nunca será igual que la víctima no quiere un testigo que lo señale como incapaz en su contaminado entendimiento. No puede obtener lo que admira en su víctima, fundamentalmente porque es la personalidad de otra persona, no la suya propia. Realmente el acosador es un personaje sin autoestima, que si valorase más su ser, alguna cualidad a explotar encontraría; pero como no es así, no quiere algo de la víctima, quiere lo que tiene la víctima, no algo igual, sino eso; y, como esto es imposible, le estorba la víctima y dedicará todas sus fuerzas a aniquilarla,profesionalmente, personalmente, en fama, honores, méritos y todo lo que pueda ser admirado y no conseguido por este vil personaje del acosador.
La aniquilación puede revestirse de muchas caras, el acosador forzará a la persona a un abandono prematuro o ilícito de su puesto de trabajo mediante coacciones o amenazas que se traducirá tanto en absentismo como en renuncias o en bajas por depresión o similar, si es que no termina suicidándose.
El acosador pretende destruir la salud física y psicológica e la víctima minando la autoestima y la confianza en si misma; pretende aislarla y reducir sus posibilidades de expresarse o de comunicarse con los jefes, con los profesores, con los compañeros de trabajo o de estudios.
El acoso puede ser vertical u horizontal, en el primero se produce desde un superior jerárquico hacia un trabajador determinado y en el segundo caso se produce entre iguales o casi iguales, porque cuando el acosador ataca es porque se siente inferior que el atacado, que a veces ni repara en él, se dará cuenta cuando el plan ya esté bien urdido, siendo consciente, claro está, de la aversión que este tipo le causa y el daño que le ocasiona.
Sobrecargar de trabajo a una persona de manera sistemática o reducir los plazos de ejecución de sus tareas para forzarla al fracaso en los objetivos es un signo de acoso vertical; al igual que dejar a una persona sin nada que hacer, a pesar de haber trabajado para ella, para desestabilizarla y acusarle después de falta de rendimiento o pereza.
Alterar el entorno laboral de la persona, envenenando a sus compañeros de trabajo contra ella, tanto es sintomático de acoso vertical como horizontal. Los ataques se producen en privado o ante testigos mudos, que ni han visto ni saben nada. El mobbing ocurre porque nadie lo impide, los testigos son espectadores mudos que no se implican, por miedo a ser también víctimas.
RECONOCIMIENTO DE LAS SITUACIONES DE ACOSO
Hay tres factores clave en las situaciones de acoso que serán fácilmente perceptibles: el rechazo a la comunicación, el aislamiento, la destrucción de la víctima.
Rechazo a la comunicación. Al mismo tiempo que existe rechazo en la comunicación directa con la víctima, pues se le niega el saludo, no se le habla, etc…, existe mucha comunicación sobre ella, no con ella, a espaldas de la víctima, aparecen las calumnias y la maledicencia, el descrédito y la estigmatización.
Aislamiento. Se consigue o no dándole trabajo o negándole los medios para hacerlo bien y también tratándole como una persona “apestada”; ya que los efectos de la calumnia están dando sus frutos y a la víctima se la hace responsable de su situación. Esto en el caso de acoso vertical, en el caso de acoso vertical, en entorno docente bullying, de lo que se trata es de aislar y de desprestigiar a la víctima para que nadie tenga la más mínima comunicación con ella, destruyendo con ello cualquier tipo de apoyo que pueda tener.
Destrucción. La destrucción de la persona llega a través de ataques personales e individuales como son las bromas, injurias, humillaciones. Puede llegarse al ataque físico, rompiendo cosas que le pertenencen, de su trabajo, objetos cercanos o con agresiones directas hacia su persona.
No hace falta un motivo pero la primera señal puede ser una discusión o conflicto, el acosador necesita un motivo, así que lo provoca. A partir de entonces el acosador inicia la persecución de la víctima y empieza a manifestarle comportamientos negativos, agresivos, de desprecio, zancadillas por doquier. El siguiente paso y fundamental es la implicación del resto de los compañeros, que empiezan a ver al acosador como un problema, pero es un elemento “fuerte” o convincente, no les conviene estar contra él, al temerle, prefieren estar con él. El acosador actua como un verdadero capo de la mafia.
¿Pero, qué factores desencadenan todo esto?. Los sentimientos de culpabilidad y vergüenza que desarrolla el acosador. El acosador puede llegar por las mañanas al centro docente y ver a la víctima como un espejo en el que se refleja todo lo que no es el acosador. Las víctimas son personas con una alta implicación profesional/escolar y un elevado sentido de la ética y de la justicia, sin embargo, al ser atacadas continuamente en su trabajo/escuela comienzan a desarrollar sentimientos de culpabilidad y vergüenza, no saben qué hacer mientras tanto el acosador tiene muy clara toda su planificada estratagema.
A veces los testigos no son simples observadores, sino que pueden ser utilizados para participar en el acoso. El objetivo es conseguir mediante la destrucción de la persona el abandono voluntario por la víctima de su lugar de trabajo/ escuela mediante el traslado a otro centro.
En ámbito docente el acoso vertical puede determinarse por la concurrencia de factores como malos horarios de manera sistemática o permanente control de horarios y turnos de la víctima; control exhaustivo de los contenidos, vulnerando la libertad de cátedra; exhaustivo control de las Actas de Departamento o Programaciones; injustificada sobrecarga de trabajo;asignación de grupos con sobrecarga de educandos y/o asignación de los peores grupos de alumnos; denegación de permisos y licencias; paralización de tramitación de las solicitudes que curse la víctima; llegando, incluso, a la apertura de expedientes disciplinarios.
Utilización de los alumnos y/o padres para su acoso, la difusión de rumores sobre su persona o proceder, el aislamiento del resto de los compañeros; las trabas a la hora de poner medios a su alcance pueden ser tanto acoso vertical como horizontal.
El acoso escolar entre compañeros, es decir, acoso horizontal en la escuela, se llama bullying escolar y en este caso el acosador no tiene sentido de culpa, nunca lo tiene, sus tropelías le sirven para crecerse frente a la víctima. Independientemente de la productividad laboral o estudiantil del acosador, lo que sí es éste es un ser muy controlador que buscará ser respaldado por el centro docente, por la institución.
Se ha propagado la creencia de que el acosador “es cobarde si se le hace frente”, por lo menos, no todos los acosadores son cobardes, hay que tener en cuenta que suelen ser muy osados y que utilizan cualquier excusa para dañar a la víctima.
El perfil del acosado es la antítesis del acosador, tiene un elevado sentido de la ética y es un profesional muy capacitado para su trabajo, no tiene por qué ser brillante en sus estudios bastará con que despierte la envidia de su acosador por sus cualidades personales y morales. La víctima suele tener un fuerte sentido del compañerismo por lo que queda muy dolido y afectado cuando estos testigos mudos no responden. Sabe trabajar individualmente y en equipo, tiene independencia e iniciativa; y personalmente es querido y apreciado por los compañeros hasta que empieza su calvario.
Hay que decir que la educación precisamente no ha contribuido hasta el momento a erradicar comportamientos de acoso o de bullyng, ni enel entorno docente ni en la vida misma, se ha educado a la infancia con cosas erróneas, Charlie Brown es un ejemplo de ello, al igual que lo es la dinámica de divertimento en los circos o en programas de televisión donde se procura la risa del público con payasos que centran su actuación en ridiculizar la figura de uno y engrandecer la de otro, en reírse de su torpeza, en castigarlo con palos, empujones u otro tipo de maltrato verbal o físico, aunque sea un guión una broma. Pero estas cosas no son broma y previamente se ha educado en ello no corrigiendo y reorientando esos comportamientos que inducen a la infancia a pensar que todo vale y que el fin es hacer lo que se le antoje al matón de turno.
En cuanto al entorno del acoso, tendrá que ver con los compañeros y con la organización o la Administración. Los compañeros son participantes activos en el acoso, se mueven por miedo al acosador o persiguiendo alguna gratificación o premio en forma de plazas, proyectos, mejor calidad de trabajo en el centro docente, etc., esto en cuanto a los docentes; en cuanto a los educandos, los compañeros de la víctima pueden ser premiados con amistad de los demás compañeros, con la participación en los juegos, etc.
El centro de trabajo o centro docente o departamento alega, ante el caso de acoso, falta de competencia; y calificará la situación de asuntos personales, llegando a resolver tan drástica como erróneamente, tal es el caso de quien procede así: “quien proteste de nuevo será expulsado”, sin caer en la cuenta o caer y no obrar en loor de la justicia, que la víctima es la que más motivos de queja tiene y que puede llegar el momento en que la situación se haga insostenible.
Por su parte la Administración o la Dirección, las instituciones tratan de conformar al acosado en primera instancia, tratarán de convencerle de que estos roles son lo normal dentro de cualquier institución; y si el acosado insiste en reclamar responsabilidades y justicia, no se le recibe o se le miente; se desestima el recurso o se paraliza su resolución; se desestima sistemáticamente la queja o la protesta e incluso se pena; se darán singulares interpretaciones de la normativa, y se agotarán los recursos del acosado por aspectos formales como fuera de plazo, ilegitimidad, incompetencia. Las instituciones suelen temer el tema del acoso, realmente es complejo, pero esto no es sino una necesidad vital y a las instituciones corresponde socorrer al ciudadano, están para ello, no para darle evasivas , aunque tenga el acosado pruebas más que suficientes y hasta especialistas como testigo, certificados, partes médicos, cartas que abalan al interesado, etc., etc., etc.
Toda acción tiene su reacción. Así las consecuencias del acoso son múltiples y nefastas y entre ellas están los problemas de salud por psicomatización de la problemática, físicos y mentales, asociados a la pérdida de memoria, inestabilidad emocional, fobias, depresión, ansiedad, pérdida de las ganas de vivir y pensamientos de suicidio. Se ocasionan gastos médicos, la víctima se aísla y pierde apoyos sociales y éste gana en apatía siendo presa de un profundo sentimiento de rechazo o incomprensión. Aparecen las Bajas laborales y el absentismo escolar; junto a las repercusión en el entorno familiar que provoca pérdida de interés en la vida familiar, tensiones de pareja, problemas del niño en su entorno familiar si se trata de docente. Todo ello se traduce en crisis profesional / escolar / de rendimiento; pérdida de interés por falta de estímulos; reducción de la actividad laboral o escolar al mínimo; abandono de la actividad investigadora o se rehúye hacer las tareas escolares; al individuo lo acompañará la pérdida de autoestima y sentimientos de inseguridad.
CONTRA EL ACOSO ESCOLAR EDUCACIÓN EN VALORES
La falta de respeto. En nuestra vida cotidiana, todos podemos ver constantes muestras de desconsideración y falta de respeto de unas personas hacia otras. Estos ejemplos, los podemos apreciar en cualquier ámbito de nuestras vidas, en cualquier lugar en donde unas personas tengan que relacionarse con otras; en el colegio, en el trabajo, en el tráfico, etc. El egoísmo, la soberbia o la falta de educación, hacen que la convivencia sea más difícil y desagradable.
Pero… ¿Qué es el respeto? , ¿Qué factores originan la falta de respeto?. La falta de respeto puede ser causa de conflictos y de violencia. El respeto es una de las bases de la moral y la ética, consiste en valorar a los demás, considerar y reconocer la dignidad de cada persona como tal, es el reconocimiento de los derechos que son innatos a toda la humanidad. Es por lo tanto, la esencia de las relaciones humanas y de la vida en comunidad.
El respeto es, por lo tanto, un derecho y también una obligación. Es un derecho en tanto en cuanto todos podemos y debemos exigir un trato de los demás acorde con nuestra dignidad como personas. Y también es una obligación, ya que nosotros también debemos actuar de la misma manera con los demás.2. Factores que originan la falta de respeto
Hay algunas actitudes, en ocasiones muy enraizadas en el ser humano que hacen que éste no trate con el debido respeto a sus semejantes. Podemos destacar algunas de las más importantes como son:
El egocentrismo y la soberbia. Cuando alguien considera que todo ha de girar en torno a sí mismo es inevitable que tienda a despreciar a los demás y por lo tanto, que no los trate con el respeto que merecen.
La intolerancia. Nadie puede esperar que todo el mundo piense y actúe como uno mismo. Muchas personas no aceptan al que es diferente por el simple hecho de serlo y en ocasiones, lo tratan de una manera despectiva.
La ausencia de valores. La falta de valores hace que las personas basen todas sus actuaciones en conseguir unos objetivos materiales y en satisfacer sus propios deseos o caprichos sin respetar a los demás.
La mala educación. Que hace que muchas personas no sepan guardar unas normas básicas de convivencia.
La falta de respeto puede ser la causa de la generación de conflictos y de violencia en diferentes ámbitos de nuestra sociedad. Los episodios de violencia y conflictos en los colegios tienen su origen en la falta de respeto. Falta de respeto hacia algunos compañeros o profesores a los que se les molesta o se les humilla en muchas ocasiones para sentirse populares. Un caso especialmente intolerable es el de las agresiones o las bromas de mal gusto que se hacen a otros alumnos o incluso a profesores para grabarlas con el móvil y colgarlas en Internet. En este caso, a la víctima se le niega su dignidad al considerarla como un objeto para conseguir unos fines sin tener en cuenta sus sentimientos.
Hay otras muchas muestras de falta de respeto en nuestra sociedad que son generadoras de conflictos tales como la manipulación, humillación y explotación en el trabajo. La falta de valores se deja ver y sentir en todos los aspectos de la vida. La conducción temeraria de algunos conductores que para satisfacer su ego llega a poner en peligro su propia vida y la de los demás. La falta de respeto al descanso de los demás formando jaleo en la calle o dentro de alguna vivienda a altas horas de la madrugada, sin tener la más mínima consideración con los vecinos, etc.
Para tener una concepción respetuosa de la vida, hay que empezar por respetarse a uno mismo, es lo que llamamos el autorrespeto. Este es el primer paso para respetar a los demás, por lo tanto no debemos hacer cosas que atenten contra la propia dignidad. Por ejemplo, si nos dejamos humillar para conseguir unos objetivos no nos estamos respetando a nosotros mismos.
El respeto no sólo lo debemos aplicar a las personas, también debemos ser respetuosos con nuestro entorno. Una persona realmente respetuosa con los demás también lo será con el medio en que todos vivimos, con los animales, las plantas, etc. Difícilmente lo veremos dejando basura en el campo, tirando papeles en la calle o dejando que su perro haga sus necesidades en mitad de la acera sin recogerlas.
CONCLUSIONES
Los Riesgos psicosociales en ámbito docente, aunque numerosos, son erradicables con una adecuada formación de base, que conciencia a las personas de su propio valor y del de los demás; que enseñe a discernir el bien del mal, lo cívico de lo incívico, lo sano de lo insano, teniendo en cuenta que todos estamos en sociedad y que vivimos en ella para auxiliarnos mutuamente, no para todo lo contrario. Mucho más importante que todas las sanaciones a los males inherentes a los riesgos psicosociales, es la prevención de estos riesgos, controlando la mente se controla el cuerpo y eso es justamente lo que hay que procurar. Hay que hacer que las personas conozcan y reconozcan que son valores insustituibles, preciosos y preciados, hay que conseguir que se justiprecien y ni se minusvalores ni se sobrevaloren; hay que enseñar a tender la mano para erradicar las zancadillas hacia los demás y hacia la propia persona.
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