Elevada absorción de benceno en hornos de coque: ruta inesperada

Elevada absorción de benceno en hornos de coque: ruta inesperada

La vigilancia por medio de la monitorización biológica a través del ácido fenimercaptúrico en orina es una actividad muy útil para evaluar la exposición interna y que permite adoptar medidas higiénicas a nivel personal.
5 November 2013

Introducción

La hulla es un tipo de carbón mineral que cuando se calienta genera el carbón de coque. El benceno es un subproducto del proceso de coquización y es un conocido carcinógeno. De ahí que se exija su monitorización, y que la exposición a benceno deba ser mantenida por debajo del límite de exposición laboral tras una jornada de 8 horas de trabajo (VLA: 1 ppm). Este artículo hace referencia a la biomonitorización laboral llevada a cabo en dos hornos de coque que forman parte de una planta de producción de acero.

Métodos

Los trabajadores expuestos a subproductos de hornos de coque son sometidos periódicamente a toma de muestras personales para el análisis del benceno. Se analizaron 10 trabajadores, cuatro pertenecían al horno de coque A y 6 al horno de coque B. El muestreo del aire se llevó a cabo con tubos de difusión sujetos a la solapa de cada miembro del equipo durante una jornada laboral completa de 8 horas, todo ello de acuerdo con el método MDHS, publicado por la Health & Safety Executive (HSE). Al mismo tiempo se midió el ácido S-Fenilmercaptúrico (S-FMP) en la orina de todos los trabajadores. Este es un marcador altamente específico de exposición al benceno. Tiene una mayor especificidad que el fenol en orina, que es inadecuado para la monitorización de benceno a menos que éste se encuentre en niveles ambientales muy altos. También tiene una mayor especificidad que el otro marcador en liza, el ácido transmucónico en orina, que puede ser interferido por el sorbitol que se encuentra en las bebidas gaseadas. 

Así pues el S-FMP en orina a final de jornada laboral ha sido internacionalmente reconocido como un biomarcador válido de exposición al benceno, y tanto la American Conference of Government Industrial Hygienists) como la Deutsche Foorschungs Gemeinschaft así lo consideran en sus índices de exposición biológica (BEI). Las muestras de orina fueron recogidas en el lugar de trabajo por el personal de enfermería y se enviaron al laboratorio del HSE en Sheffield, para su análisis correspondiente. 

Resultados

La exposición al benceno ambiental en los 10 trabajadores en estudio osciló entre 0,07 y 0,28 ppm; estos niveles están muy por debajo del límite de exposición permitido (<1 ppm). Sin embargo, en el horno A los niveles urinarios de S-FMP fueron significativamente elevados en dos de los cuatro trabajadores, sugiriendo alguna otra ruta de exposición (siendo la absorción por la piel la más probable). Antes de esta investigación, el cambio de monos de trabajo en el horno A había sido una cuestión de elección personal. Los registros de la lavandería del horno A presentaban una amplia variación en la frecuencia de los cambios de vestuario. Sin embargo, los registros de lavandería del horno B informaban que eran más regulares y frecuentes. Como consecuencia de esta información, en el horno A se introdujeron cambios regulares del mono de trabajo cada cuatro días y, a continuación, el metabolito del benceno en orina (el S-FMP) fue reanalizado en los cuatro trabajadores de dicho horno. Como consecuencia de la introducción de esta medida, todos los niveles se encontraban en límites dentro de la normalidad, incluyendo los dos empleados que previamente habían sido altos.

Discusión

Aunque el número de casos estudiados en el horno A fue pequeño (4 trabajadores), la comparación con los datos del horno B, en el que un sistema más regular de cambio del mono de trabajo estaba instaurado, añade peso a la conclusión. Los cambios regulares del mono de trabajo y la ropa interior por parte de los empleados establecen una diferencia significativa en los metabolitos del benceno, e indirectamente es un índice de su menor absorción a través de la piel. Es interesante destacar el hecho de que el nivel más bajo en la primera ronda de pruebas correspondió a un individuo que había sido advertido unos meses antes de que sus niveles estaban en el límite alto y que debía cambiarse la ropa de trabajo con regularidad, algo que ahora él hacía regularmente. 

Además, un paseo a través del lugar de trabajo, mostró que el alquitrán era observable en las válvulas y en las zonas circundantes. De ahí que aparte de concentrarnos en el mono de trabajo, es necesario también sospechar de los guantes (eran de cloruro de polivinilo y no son impermeables a la penetración del benceno) y su necesidad de cambio regular. Finalmente, tampoco debemos descartar la posibilidad de ingestión significativa de benceno a partir de alimentos contaminados debido a su manipulación con las manos sucias o al colocarlos sobre superficies contaminadas. 

Aunque los fumadores, per se, exhiben más altos niveles urinarios de S-FMP que los no fumadores debido a la presencia de benceno en el humo del cigarrillo, en este caso el tabaquismo como importante factor de confusión fue descartado.

La implicación de estos hallazgos es que trabajadores expuestos a los subproductos de los hornos de coque con exposición potencial al benceno deben cambiar sus ropas de trabajo con regularidad y ser animados a mejorar su higiene personal. En un plano más amplio, este trabajo sugiere que, así como la monitorización ambiental para disolventes volátiles por el higienista permite evaluar el riesgo de exposición externa, la vigilancia por medio de la monitorización biológica es una actividad muy útil para evaluar la exposición interna ya que mide la exposición total procedente de todas las fuentes, permitiendo adoptar medidas higiénicas a nivel personal.

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