Cobre

Cobre

Os remito la ficha del cobre junto con un comentario “Esos dos impostores”, sobre el hundimiento de la mina de cobre que se produjo en Chile el 5 de agosto del 2010.
23 September 2013

El cobre es un metal de color rojo-marrón, muy utilizado en la industria, cuya principal vía de absorción en el medio laboral es la respiratoria. Una vez absorbido se elimina por orina.

Se usa en la industria eléctrica, plomería, calefacción, construcción de edificios, maquinaría química y farmacéutica.

El valor ambiental (TLV) admitido en el lugar de trabajo es de:

Humos: 0.2 mg/m3 

Polvo y nieblas: 1 mg/m3

¿Qué causa el cobre?

El órgano crítico ante una sobreexposición es el pulmón (neumonitis que puede evolucionar a edema de pulmón). 

¿Qué parámetro debemos utilizar como biomarcador?

Aunque no existe valor límite biológico tanto en las guías de la ACGIH americana como en la del INSHT español, se considera que para evaluar la exposición crónica el parámetro adecuado es la determinación del cobre en orina (<60 µg/24 horas), muestra recogida a final de turno de la última jornada de la semana laboral.

ESOS DOS IMPOSTORES

Dos fechas, el 5 de agosto y el 13 de octubre del 2010, marcan los 69 días que transcurrieron entre el desastre del hundimiento de la mina de cobre San José en Chile y el triunfo, con el rescate de los 33 mineros atrapados. Observando uno a uno a los hombres que salían a la superficie para ser abrazados por sus familias, después de un calvario inimaginable para la mayoría de nosotros, las palabras de Kipling vinieron a mi mente: “si te encuentras con el Triunfo y la Derrota y a estos dos impostores los tratas por igual…”.

Los hombres, jóvenes y veteranos, se enfrentaron juntos a la siniestra certeza de una muerte lenta con una asombrosa entereza, ayudados por su fe religiosa y un genial liderazgo. El rescate de los sepultados, a casi un kilómetro de profundidad, fue un triunfo de la ingeniería y de la gestión de desastres de las autoridades chilenas. Pero ahora los hombres tenían que enfrentarse a los problemas del triunfo.

Los mineros son gente dura, solidarios, y continuadores del trabajo de sus padres en la mina, sin duda por la falta de otras oportunidades de empleo en su comunidad. Estas comunidades ocultan el mismo grado de talento e inteligencia que se encuentra en cualquier grupo con mejor educación, incluyendo aquellos que se sientan en el Parlamento. Pero se diferencian de todos nosotros por tener que enfrentarse a la muerte cada día que van a trabajar. En el Reino Unido, antes de la nacionalización de las minas, explosiones e incendios eran algo frecuente, a menudo matando a cientos de hombres. Incluso la propia comunidad compartía el peligro; en 1966, el hundimiento de una colina de carbón en Aberfan (Gales) mató a 144 personas, incluyendo 116 escolares como consecuencia del hundimiento de su escuela. Una alimentación deficiente, relativa pobreza, contaminación ambiental y, en muchas ocasiones, deficientes servicios médicos, sitúan a una población insalubre a merced de la misericordia de fuerzas económicas fuera de su control.

El triunfo del rescate en Chile esconde una triste historia, la incapacidad para controlar el riesgo. Dos de los hombres tenían silicosis -presumiblemente ninguna evaluación de su salud fue llevaba a cabo-. Los hombres se ganaban un peligroso sustento en una mina notoriamente susceptible a avalanchas de rocas. Es más, esos 33 hombres rescatados son el promedio anual de fallecimientos en las minas chilenas, que  sigue aumentando a medida que el incremento de los precios del cobre en el mercado lleva a reabrir minas claramente inseguras.

Es bueno recordar a quien debemos nuestra prosperidad, en un momento en que la gente está quedando sin trabajo. No es a los que especulan con el dinero, sino a los que producen las necesidades de la vida moderna. Entre estos últimos se encuentran los mineros de Chile que producen un tercio del cobre que se consume a nivel mundial, esencial para las comunicaciones y para la construcción. Nunca beberán champagne en sus yates. Cualquier día un accidente puede privarles de sus vidas o de su medio de sustento. Y nosotros somos los consumidores para los cuales ellos asumen esos riesgos. Dependemos de ellos, en los buenos y en los malos tiempos. Salud y seguridad no es algo que se pueda tomar a la ligera. 

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