Los límites humanos. FELIX BAUMGARTNER estableció el Record de caída libre.
Los límites humanos. FELIX BAUMGARTNER estableció el Record de caída libre.
En seguridad vial, la variable estrella es siempre la velocidad, porque los metros por segundo o los kilómetros por hora que recorre un vehículo y dentro de él, los cuerpos de los ocupantes, está siempre enfrentándose a dos condiciones humanas:
- El tiempo de reacción de los conductores como capacidad de la persona para evitar que se llegue a producir un accidente.
- La resistencia del cuerpo humano de los ocupantes en soportar las velocidades con sus aceleraciones o deceleraciones sobre todo en los casos de accidentes.
Cualquier cuerpo sometido a una fuerza instantánea (es decir, la fuerza aplicada a ese cuerpo por un impulso producido en un momento determinado), se traduce en un movimiento uniforme (velocidad constante) si no existe ninguna fuerza que se oponga al movimiento, llámese rozamiento, densidad del aire o cualquier otra componente dinámica de sentido contrario). Es el mismo principio que aplican los expertos de navegación espacial que tras el lanzamiento de una nave o satélite artificial con todos los cohetes que empujan hacia arriba para vencer la fuerza de la gravedad, llegan al límite de la ingravidez del espacio y detienen todas las energías productoras de fuerza y lo hacen de tal manera que la nave o satélite llegue al umbral a la velocidad que desean se mantenga sin costes de combustible navegando alrededor de nuestro planeta hasta la consumación de los siglos con movimiento uniforme y a velocidad constante.
Por el contrario si un cuerpo es sometido a una fuerza permanente sin otras fuerzas de oposición, el cuerpo va adquiriendo progresivamente un movimiento uniformemente acelerado. Es el caso de la fuerza de la gravedad aplicada de forma permanente a los cuerpos en caída libre a los que somete a una aceleración de 9,81 metros por segundo cada segundo (el clásico valor de “g” en los cálculos de la física teórica) o lo que es lo mismo, una aceleración de 35,31 Kms/h cada segundo. Lanzarse al vacío equivale verse sometido a una aceleración de 35,31 Kms/h cada segundo lo que supone llegar a los 353 Kms/h a los 10 segundos. ¿Puede el cuerpo humano y sus órganos resistir este tipo de aceleraciones o deceleraciones?. ¿Cuántas “g” es capaz de tolerar el cuerpo humano?
Cuando se produce una colisión en un accidente de tráfico, los vehículos y también los cuerpos de los ocupantes, sufren una gran deceleración cuando pasan de determinados niveles dee velocidad a velocidad cero. Un cuerpo humano no tiene capacidad ilimitada para resistir deceleraciones súbitas porque los diferentes tejidos y órganos externos e internos pueden sucumbir ante una excesiva reducción de velocidad en un espacio reducido o en un período de tiempo demasiado corto. La capacidad de una persona en soporte una deceleración depende pues, tanto del valor como de la duración de la referida deceleración. El límite de tolerancia se produce en alguna decenas de “g” y depende de la resistencia estructural e las vértebras. Las pruebas hechas con pilotos de aviación en aceleraciones que duran varios segundos, demuestran que pueden sufrir pérdidas de visión a partir de 3”g” y hasta 5 “g”. Es a partir de 6”g” que se pueden empezar a producir pérdidas de consciencia hasta las 9”g” que se alcanzan en algunos “picados” de avión. El límite de supervivencia humana a la deceleración lo cifra Jouvencel en 50 “g”, aunque Stap indica que el cuerpo puede llegar a resistir entre 50 y 100 “g” si se hace en una proporción en que cada 25”g” no rebasen los 0,25 segundos, pues por encima de este umbral las fuerzas hidráulicas en la sangre provocarían rupturas vasculares.
Felix Baumgartner, un exmilitar, paracaidista y un saltador experto, ha sido siempre conocido por la particular peligrosidad de las maniobras que ha realizado durante su carrera. Baumgartner pasó algún tiempo en el ejército austriaco, donde practicó paracaidismo, incluyendo entrenamiento para aterrizar en zonas pequeñas. El 14 de octubre de 2012 batió tres récords históricos al lanzarse en caída libre desde los 39.068 metros de altura, después de haber ascendido en globo tripulado a la estratosfera, rebasando la velocidad del sonido y notando su estampida. Obviamente iba totalmente protegido con un equipo que iba a contrarrestar a las agresivas “g” que estiraban su caída uniformemente acelerada. Batidos los records abrió el paracaídas ante la visión atónita de los televisivos observadores de todo el mundo, y consciente, saludó y celebró la resistencia del grupo humano al que representaba en la aventura.
Este record lo volvió a batir el entonces vicepresidente de Google, Alan Eustace, de 57 años, el 24 de octubre de 2014 alcanzando una altura de 41.150 metros y se lanzó en caída libre, alcanzando una velocidad máxima de 1.322 kilómetros por hora, que volvió a sentir la estampida de la rotura de la barrera del sonido y superó así también en velocidad el récord de Baumgartner. Aunque le damos el liderazgo al austríaco porque fue quien arriesgó primero.