Robots 2 de 4: El Ministerio de Robots y más…
Robots 2 de 4: El Ministerio de Robots y más…
Estamos condenados a amar a los robots. Como se suele decir los amigos los elegimos, pero a los robots, que son nuestra nueva familia, tenemos que quererlos sí o sí. No podremos dejar de convivir con ellos. Por lo tanto, no los miremos como usurpadores de trabajo, sino más bien como el familiar rico que nos deja una herencia.
Esta nueva rama del árbol genealógico que nos ha llegado, paradójicamente, por nuestro ingenio como especie, aporta un sinfín de problemas estructurales en el reparto de tareas que hasta ahora eran típicamente humanas y que van a dejar de serlo a una velocidad de vértigo.
Luego, seamos positivos… y tratemos de no poner puertas al campo, intentando reducir o controlar las posibilidades de trabajo de los robots, y analicemos, aunque sea de manera esquemática, cómo debemos plantearnos el futuro, para convivir armónicamente con “ellos”, con miras a crecer y potenciar las características puramente humanas.
Primera etapa: El Ministerio de los Robots & (IA)
Deberíamos estar planteándonos ya algo tan trivial que resulta insultante, pero…
¿Cuántos robots tiene mi país? y ¿Cuál es su capacidad de actividad?
Lo primero que un gobierno debería tener como patrimonio tecnológico es el registro (pasaporte) de sus robots y sus cualificaciones. Seguramente ha llegado el momento en el que necesitamos saber qué tipos de robots tenemos, qué pueden hacer, qué relación laboral aportan y, sobretodo, cuál es su potencial de trabajo.
Esta taxonomía nos permitiría planificar acciones coherentes, para tratar de ajustar los elementos básicos de la convivencia entre personas-robots, o sea, quién hace qué, o si lo prefieren, el reparto por competencias de actividades.
Resulta curioso o esperpéntico, todo depende de los quevedos que usemos, que para máquinas infinitamente más lelas, como pueden ser automóviles, camiones, motocicletas… nos hayamos dotado de unos instrumentos de control, evaluación e impuestos en función de su potencia, lujo, tipo de combustible…, y que para estos compañeros con IA y unas prestaciones infinitamente más complejas y ricas, no estemos en la misma línea. Así, al menos, sabríamos cuánto aportarán a la caja común de los presupuestos generales del país, qué porción de viejos trabajos devorarán, en qué nos enriquecerán, qué podremos hacer con los recursos que generarán y, lo más importante, cómo distribuiremos de manera eficiente esos ingresos entre los ciudadanos.
Estamos convencidos de la necesidad urgente del análisis de prestaciones de estos nuevos familiares, ya que, por su potencia y complejidad, corremos el riesgo de que siembren el caos y el desorden social.
Por lo tanto, se deben orquestar y planificar las acciones gubernamentales de gestión de los robots, ya que podríamos entrar en un ciclo económico complejo, que se caracterizaría por una dicotomía total entre tener y no tener… Por lo tanto, sugerimos dotarnos de un Ministerio ad hoc, para que los gobernantes tengan al día en su balance el impacto de “ellos” en las cuentas y, de esta forma, sepan con qué recursos podrán contar para mitigar como país, al menos, la desaparición masiva de puestos de trabajo.
Un Ministerio que permita analizar áreas de actividad, impactos, rendimientos, cambios culturales…, son tantas las oportunidades, que es extraño que los países aún no cuenten con este Ministerio de Robots & IA.
Segunda etapa: Ponga un mayordomo a su servicio
Una gran oportunidad económica que se producirá con la entrada masiva de robots en nuestras vidas, estará, paradójicamente, situada en el sector servicios domésticos y de ocio que nos podrán proporcionar. Deberemos empezar a considerar, en una ventana temporal muy estrecha, la gran oportunidad de incluir a nuestro nuevo familiar, como un ayudante avanzado y personalizado en tareas rutinarias.
Si muchos ciudadanos en los países desarrollados mantienen un vehículo (automóvil, moto, bicicleta) o dos, por unidad familiar, ¿qué nos impedirá tener un mayordomo a nuestro servicio 24 horas?
Este nuevo nicho de negocio permitirá liberar tiempo doméstico rutinario a los humanos y ganar calidad de vida. Para ello, la educación en los cambios de hábitos y actitudes se nos antoja que se volverá el tema crítico a superar, ya que deberemos aprender a vivir con objetivos más ambiciosos y mucho más armónicos con el ciclo de vida de las personas.
Tercera etapa: Epirobots o customice su mayordomo
A corto plazo, los humanos vamos a encaminar nuestro quehacer cotidiano hacia neotrabajos, el mundo del ingenio permitirá crear mayordomos diferentes –epirobots- que se caracterizarán, no por sus diferencias en el proceso de creación, sino por la diferenciación que irán adquiriendo con los estímulos que les generen los hábitats que compartan con los humanos a los que sirvan.
Este nuevo familiar puede convertirse, en sí mismo, en un nicho de mercado espectacular, ya que cada persona requerirá nuevas funciones que ayudarán a paliar, aunque sea de forma muy leve, el desajuste abrupto que se está produciendo en el mercado laboral tradicional por la entrada masiva de robots en nuestra cotidianidad.
Si la mayoría de funciones laborales humanas van a ser absorbidas por nuestros nuevos familiares ¿qué nos queda a los humanos para hacer? Todo… Lo realmente humano.
Lo que nos caracteriza como especie es nuestra ansia por saber y conocer, descubrir y viajar, por imaginar y crear… ¡No piense más en su pensión, no crea que cualquier tiempo pasado fue mejor…, piense y decídase a viajar a Marte ya!