La bioconstrucción. contribución preventiva frente al s.e.e.

Son múltiples las patologías derivadas del empleo masivo y sistemático de materiales constructivos tóxicos en la edificación moderna. Así, muchas construcciones y centros de trabajo se revelan como espacios patológicos e insanos para aquell@s que viven o trabajan en los mismos. De esta forma, asfaltos, aislantes térmicos, cementos aditivados, derivados del cloro (PVC), etc. son algunos ejemplos que incrementan, además, de forma significativa, la huella ecológica de los edificios. La bioconstrucción o baubiologie es un concepto que resume la idea de salud, seguridad, sostenibilidad y bienestar en las edificaciones. Ofrece soluciones constructivas y materiales que se revelan sanos (o al menos, inocuos) para los seres vivos y su medio ambiente; y eficientes, en términos de coste energético en su proceso productivo. En tal sentido, son materiales que presentan una muy inferior huella ecológica, tanto en su producción como en su fase de desecho. Algunos son: la cal, la tierra, el corcho natural, el cáñamo de marihuana, la termoarcilla, etc. En definitiva, la bioconstrucción y sus efectos es lo radicalmente contrario al Síndrome del Edificio Enfermo y sus patologías.
Keywords: 
bioconstrucción, calidad, huella
Main Author: 
ASUNCIÓN
JIMÉNEZ MARRERO
Co-authors: 
SANTIAGO
PERANDONES MARRERO


Perandones Marrero, Santiago

Profesor de Formación y Orientación Laboral, Consejería de Educación, Universidades y Sostenibilidad del Gobierno de Canarias. Técnico Superior en PRL. adalperan@yahoo.es. 625 941 636Jiménez Marrero, AsunciónTécnica Superior en PRL, Consejería de Presidencia, Justicia e Igualdad del Gobierno de Canarias. ajimarrero@gmail.com. 658 978 294

Son múltiples las patologías derivadas del empleo masivo y sistemático de materiales constructivos tóxicos en la edificación moderna. Así, muchas construcciones y centros de trabajo se revelan como espacios patológicos e insanos para aquell@s que viven o trabajan en los mismos. De esta forma, asfaltos, aislantes térmicos, cementos aditivados, derivados del cloro (PVC), etc. son algunos ejemplos que incrementan, además, de forma significativa, la huella ecológica de los edificios.

ABSTRACT

La bioconstrucción o baubiologie es un concepto que resume la idea de salud, seguridad, sostenibilidad y bienestar en las edificaciones. Ofrece soluciones constructivas y materiales que se revelan sanos (o al menos, inocuos) para los seres vivos y su medio ambiente; y eficientes, en términos de coste energético en su proceso productivo. En tal sentido, son materiales que presentan una muy inferior huella ecológica, tanto en su producción como en su fase de desecho. Algunos son: la cal, la tierra, el corcho natural, el cáñamo de marihuana, la termoarcilla, etc.

En definitiva, la bioconstrucción y sus efectos es lo radicalmente contrario al Síndrome del Edificio Enfermo y sus patologías.

Palabras clave: bioconstrucción, huella ecológica, materiales sanos, Cal Hidráulica, SEE.

INTRODUCCIÓN

Los edificios definidos como enfermos aparecen en los años 70 caracterizados por su hermeticidad. Consecuencia de ello, adquiere una importancia determinante las instalaciones de aire acondicionado, lo cual ha incidido de manera significativa en la calidad del aire interior de los mismos y en su enorme ineficiencia e insostenibilidad energética.

Más recientemente se han ido ampliando las causas que contribuyen a enfermar edificaciones, en general, y centros de trabajo de oficina, en particular, produciéndose variadas patologías a los residentes o usuarios. En tal sentido, destacan la generalizada presencia de todo tipo de aparatos eléctricos así como los sistemas de telecomunicaciones y electricidad, en sentido amplio que producen importantes campos electromagnéticos (C.E.M.) y cargas electrostáticas positivas, agravados en circunstancias de baja humedad relativa; o los materiales de decoración no naturales (enmoquetados). Sin embargo, han pasado más desapercibidos otros factores de riesgo como, por ejemplo, los productos de limpieza usados en las estancias y, particularmente, las geopatologías telúricas (salvo lo referido al gas radón) así como los materiales constructivos de las mismas.

Esta multicausalidad, y las sinergias que se producen, hace de muchas construcciones y centros de trabajo, espacios insanos para aquell@s que viven o trabajan en los mismos. De esta manera, se producen múltiples patologías, destacando la lipoatrofia semicircular y el más novedoso síndrome de sensibilidad química múltiple (S.Q.M.). En tal sentido, se considera que, en la actualidad, más del 30% de los edificios modernos altamente tecnificados se pueden etiquetar como edificios enfermos, esto es, estructuras con capacidad de enfermar a sus moradores, aunque estén arquitectónicamente bien resueltos.

El objeto de la presente ponencia pretende poner en valor la calidad biótica de los ambientes interiores, con la finalidad de determinar otros posibles factores de riesgo para la salud asociados al edificio y que la literatura que analiza este tema ha ignorado hasta el momento. De esta forma, destacaremos las geopatologías o energías telúricas del subsuelo así como los materiales constructivos tóxicos de la construcción moderna sin dejar de plantear alternativas sanas, energéticamente eficientes y ecológicamente sostenibles que se resumen bajo el concepto de Bioconstrucción.

SÍNDROME DEL EDIFICIO ENFERMO

Desde que la OMS informara en 1982 de que los edificios pueden constituir un riesgo para la salud del ocupante, los elementos causales asociados al SEE han ido evolucionando desde la calidad del aire interior a otros parámetros más amplios como las cargas electrostáticas, los niveles de humedad relativa, la artificialidad de los elementos de decoración interior y, añadimos, el tipo de materiales utilizados en su construcción, productos de limpieza, etc. En ningún caso, se ha puesto en valor elementos intangibles relacionados con la energía telúrica del interior de la tierra, salvo lo referido al gas radón. Por ello, pretendemos profundizar en lo referido a materiales constructivos que se hanrevelado como factores de riesgo para la salud (y no sólo, de las personas) y las geopatologías que van más allá del radón.

De esta manera, la presencia de materiales sintéticos, plásticos y no transpirables, la hermeticidad, los sistemas de calefacción/refrigeración centralizados o la exposición habitual a fuentes de radiación ambiental artificial, han multiplicado los factores de riesgo para la salud que ponen de manifiesto la baja calidad biótica de los ambientes interiores. Estos factores son de tipo biológico (bacterias, hongos, esporas, ácaros…); de tipo químico (COV, formaldehidos, monóxido de carbono …); factores físicos (confort térmico, iluminación, ruido, radiaciones ionizantes y no ionizantes); y de carácter psicosociales (índice de satisfacción, relaciones interpersonales …).

De esta forma, los niveles de exposición a las radiaciones artificiales actuales o Radiaciones no ionizantes, se han incrementado en miles de veces en los últimos cincuenta años. Se justifica por la aparición de nuevos productos tecnológicos y su total popularización, lo que hace que esté presente en todos lados; y al aumento masivo del número de usuarios. De esta forma, convivimos con altos niveles de campos eléctricos alternos, de cargas electrostáticas positivas y, en definitiva, con altos niveles de contaminación electromagnética (C.E.M.) asociada a transformadores, equipos electrónicos, redes eléctricas, telefonía inalámbrica, telefonía móvil, redes wifi o wireless o sistemas DECT. Todo ello agravado en circunstancias de baja humedad relativa (inferior al 50%). De esta manera, en el interior de las viviendas, encontramos la C.E.M. en los electrodomésticos, lámparas compactas de bajo consumo, lámparas halógenas con transformadores, reactancias de los tubos fluorescentes, PC, televisores, cama eléctrica, el ascensor, etc.

La siguiente gráfica muestra los campos electromagnéticos de los aparatos habituales en las viviendas.

Distancia a la que se realiza la medición en nanoteslas (nT)

electrodoméstico

5 cm.

30 cm.

1 m

Radiodespertador

1.000-10.000

100-300

30-100

Secador de pelo

10.000-200.000

1.000-15.000

100-1.000

Maq. Afeitar

5.000-100.000

800-9.000

50-500

Tv tubo catódico

2.000-10.000

200-1.000

50-150

Tv plasma

50-100

10-30

0

Microondas

5.000-200.000

1.000-8.000

100-1.500

Lavadora

800-50.000

150-3.000

30-250

Aspiradora

200.000-800.000

2.000-20.000

130-2.000

Batidora

6.000-70.000

600-10.000

20-250

Plancha

8.000-30.000

120-400

30-250

tostadora

5.000-10.000

60-700

10-100

Cuadro 1

Esta brutal y constante exposición a estos campos artificiales electromagnéticos, convierte a muchas personas en electrosensibles. La electrosensibilidad afecta, según la OMS, a entre el 1 y el 3% de la población. Se manifiesta a través de los siguientes síntomas: cefaleas, irritabilidad, estrés, picor de piel, dolores articulares y musculares, alteración de la visión (rojo- verde), trastornos nerviosos y del sueño, fatiga, cansancio crónico, dificultad de concentración, pérdidas de memoria y de apetito, problemas neurológicos, caída exagerada del cabello, alteraciones de los electrolitos en sangre y del número de plaquetas, taquicardia, hormigueo o baja respuesta del sistema inmunitario, ante la proximidad habitual a una fuente.

A ello hay que sumar la radiación ionizante debido a la radioactividad presente en los materiales de construcción o la exposición habitual a radiaciones naturales debido a la intensa actividad geofísica o telúrica que produce, también, una amplia, reiterativa y variada sintomatología que tienden a desaparecer al abandonar (aunque sea temporalmente) el edificio. En este sentido, la lista de síntomas va desde afectación ocular (lagrimeo, enrojecimiento o escozor), irritación de la nariz y garganta, sequedad de piel y mucosas, afectaciones cutáneas, infecciones y dificultad respiratoria, disfonía, tos, cefaleas, vértigos, mareos, náuseas, dificultad para la concentración, irritabilidad, somnolencia, dolor corporal. Además, potencia patologías como la fatiga crónica y contribuye al surgimiento de nuevas como la lipoatrofia semicircular, la electrosensibilidad o el síndrome de sensibilidad química múltiple (S.Q.M.). Esta última, el S.Q.M., es una enfermedad emergente y crónica provocada por el exceso de productos tóxicos vertidos en el medioambiente, así como de aquellos otros químicos que forman parte de la vida cotidiana, que ocasiona una falta de adaptación al medio. El carácter de la enfermedad es multisistémico, por lo que se desencadenan  muy variados síntomas –algunos muy graves-, y lleva al afectado, en la mayoría de los casos, a una significativa disminución de su calidad de vida y a una reducción muy importante de su actividad cotidiana respecto al momento anterior al desarrollo del síndrome.

Es por todo ello que se justifica la imperiosa necesidad de introducir el concepto de “higiene energética”, lo que implica modificar hábitos cotidianos de la ciudadanía al objeto de minimizar la exposición continuada a radiaciones naturales y artificiales, así como sus sinergias. El punto de partida tiene lugar realizando un profundo estudio de las geopatologías a través de la geobiología, que analizaremos a continuación.

En definitiva, más que hablar del síndrome del edificio enfermo, tal como apunta Mariano Bueno, en realidad deberíamos denominarlo “síndrome del edificio que enferma a sus moradores”. (Bueno, M. 2009). Arquitectónica y estructuralmente, pueden estar bien resueltos, pero no es inocuo al mermar la salud y el bienestar de sus ocupantes. Por tanto, la máxima “Dime donde vives/trabajas y te diré lo que padeces”, resume la interrelación existente entre el lugar donde transcurre la vida de una persona y la salud o la enfermedad y, por tanto, con la misma esencia de la calidad de vida.

GEOPATOLOGIAS Y GEOBIOLOGÍA

Geopatologias

Un factor de riesgo en el que pretendemos profundizar, poco conocido es el que engloba el concepto de geopatologías. Entendemos que es determinante de muchos procesos de enfermedad de los usuarios de centros de trabajo o edificios, y que no ha sido considerado, hasta el momento, por la literatura en PRL, salvo lo referido al gas radón.

Se trata de fuentes de radiación geofísica o telúrica de origen natural situadas en el subsuelo y que ejercen efectos muy negativos sobre los procesos biológicos de los seres vivos, esto es, tanto de personas, animales y plantas. Esto explica los usuales casos de los niñ@s que huyendo de una zona patógena, se caen de la cama o aparecen en algún extremo de la misma; o los árboles que crecen inclinados huyendo de una zona concreta o se desarrollan de forma retorcida. O el típico comentario de “en esta cama sí que duermo bien”, cuando se sale de casa.

Estas disfunciones biológicas, además del gas radón (que no es objeto de este estudio) están causadas por: venas de agua subterráneas, líneas Hartman, Curry o Diagonal, Kunnen y Benker así como fallas. Generan el denominado “estrés geopático” afectando a la vertical por las que transcurren. Esto significa que se detectan a nivel del suelo y también en los pisos más altos de los edificios.

Las corrientes o venas de agua subterránea.

Incrementan la síntesis de la hormona de la glándula suprarrenal y del tiroides (Endrös, R. 1987). Altera los procesos biológicos de transmisión de la información entre las células, los procesos de regulación homeostática o la actividad biológica del sistema inmunitario, así como los procesos de reparación y regeneración celular. También se ha observado la alteración de la frecuencia cardiaca y el predominio del sistema nervioso simpático frente al parasimpático, que predomina cuando una persona se ubica en “zonas neutras”, esto es, zonas no afectadas por esta geopatía.

Fallas, grietas, diaclasas.

Se presentan como los puntos de salida hacia la superficie terrestre de radiaciones y gases del subsuelo, como el gas radón. De esta manera, allí donde hay coincidencia de fallas y radiaciones gamma, están llegan a presentar niveles superiores al 50% respecto de zonas neutras. También se detectan diferencias de potencial eléctrico e incluso desviaciones de la brújula.

Redes energéticas de la tierra: líneas hartmann y curry.

El campo electromagnético terrestre se manifiesta a través de un entramado de redes superpuestas. Unas presentan dominante magnética y otras, son líneas de fuerza con dominante eléctrica funcionando, en ambos casos, como canales de circulación preferente de la energía.

La red Hartmann presenta líneas paralelas de dirección norte-sur, separadas unos 2.5 metros de media; y en dirección este-oeste, separadas unos2 metros. Su anchura media es de unos 21 cm. Atraviesa capas y sustratosgeológicos  y  también,  los  materiales  de  construcción.  Su  incidencia  se  ha observado a más de 2.000 metros de altura.

Sobre ésta su superpone la red Benker con separación de 10 metros entre las líneas N-S y 8 m. entre las E-O. las líneas Kunnen, engloba las anteriores redes, hallándose cada 40 metros aproximadamente.

La red Curry o diagonal es una red energética cuyas líneas se proyectan de forma diagonal respecto a los puntos cardinales. Se suelen encontrar cada 4-6 metros en dirección sureste-noroeste y cada 6-8 metros en el sentido noreste- suroeste. Su anchura media es de 40 cm. Los curces de líneas Curry son zonas altamente geopatógenas, así como el cruce de una línea Hartmann con una Curry. Incluso algunos autores recomiendan evitar posicionar camas o mesas de trabajo encima de una sola línea Curry.

El análisis de miles de viviendas por parte del Dr. Hartmann y discípulos, demuestra que la permanencia durante largos períodos sobre dichas líneas, particularmente sobre los cruces de líneas, se convierte en un serio factor de riesgo para la salud y el equilibrio biológicos de los seres vivos.

Las geopatías analizadas afectan, incluso, a la resistencia mecánica de los morteros y homigones que disminuirán, si su fraguado tuvo lugar en un lugar geopatógeno. Además, influyen en la aparición de hongos y otras afecciones que afectan a los materiales, particularmente, a las maderas (Cores, P. 2005).

GEOBIOLOGIA Y BIOHABITABILIDAD

El sentido de prevención de todo especialista en PRL, exige, en la visión global y holística que le damos a las edificaciones, un estudio riguroso y profundo de geobiología y biohabitabilidad, particularmente en las zonas de máxima permanencia de las personas. La finalidad última es rediseñar y reorganizar los espacios, especialmente donde una persona está mucho tiempo. De esta manera, las mesas de trabajo, dormitorios, etc. se deben situar en “zonas neutras”, esto es, sin afectaciones de las redes antes analizadas y cualquier otra geopatía mencionada.

La geobiología o ciencia centrada en el conocimiento y estudio de las influencias de la tierra sobre la vida, tampoco es tan novedosa. De hecho, desde la prehistoria, íberos, romanos, griegos o tribus nómadas del desierto, buscaban el buen sitio, el lugar favorable para vivir, donde localizar moradas y templo. Así,la mayoría de los monumentos milenarios que se conservan, sobre todo los de carácter religioso (iglesias, mezquitas, dólmenes, etc.) están totalmente definidos por el lugar y su entorno. En tiempos más recientes, las primeras referencias científicas aparecen a finales del s. XIX y XX, con los estudios del doctor Havilland, del barón Von Pohl, asociando casos de cáncer con la sobreexposición a una intensa radiación natural, esto es, la vertical de una corriente de agua; o Pierre Cody, sobre la relación del gas radón con el cáncer de pulmón. El fundamento de la geobiología actual y el concepto de geopatología se le atribuye al médico alemán Ernest Hartmann el cual, a través de miles georritmogramas constata la dependencia de la salud física, psíquica y emocional del ser humano respecto del lugar preciso en el que trabaja, vive o duerme. Hoy día, se ha ido ampliando los originarios riesgos asociados a radiaciones naturales con nuevos factores de riesgo ambiental relacionados con las radiaciones artificiales o las sustancias químicas hasta llegar al concepto de biohabitabilidad, propuesto en 2006, en el I Congreso Internacional Salud y Hábitat.

La biohabitabilidad analiza los factores de salud y riesgo de las edificaciones, considerando las opciones que las eviten o minimicen. Desde este enfoque, la bioconstrucción se revela como determinante para que las estructuras sean favorables a la salud y a la vida.

MATERIALES CONSTRUCTIVOS PELIGROSOS PARA LA SALUD

La baja calidad biótica de los ambientes interiores es determinante para la aparición de distintos factores de riesgo para la salud. Éstos son biológicos (bacterias, hongos, esporas, ácaros …), químicos (formaldehidos , monóxido y dióxido de carbono, COV …), físicos (confortabilidad térmica, ruido, radiaciones inonizantes y no ionizantes) y de carácter psicosocial (índice de satisfacción, relaciones interpersonales …).

Es una evidencia que esa baja calidad biótica se debe a las sustancias nocivas, tóxicas, irritantes y peligrosas, presentes en cementos, maderas aglomeradas con formaldehido, moquetas, fibras sintéticas, mobiliario, pinturas, productos de limpieza, etc. Algunas de estas sustancias, frecuentes en múltiples materiales constructivos, se relacionan a continuación.

SUSTANCIAS

SE USA EN

EFECTOS SOBRE LA SALUD

Asfalto

Telas y pinturas asfálticas, productos impermeabilizantes ypara cubiertas.

Cancerígeno en pruebas hechas con animales.

Formalheído

Colas, lacas, desinfectante, aislantes,madera aglomerada, productos de limpieza etc

Irrita las vías respiratorias.

Cancerígeno en pruebas hechas con animales.

Lindano

Insecticida en productos para la protección de la madera.

Dolores de cabeza, vértigos, malestar, parálisis respiratoria

Fenoles

Espumas sintéticas duras, resinas

Dolor de cabeza, vértigos, irritaciones de

sintéticas, colorantes, colas, desinfectantes. Productos bituminosos

piel. Disfunciones renales y circulatorias. Daños al hígado, narcotizante.

Pentaclorofenol (PCP)

Protector de madera, agentes fungicidas

Cirrosis hepática, daños a los riñones y la zona ósea.

Ester         de          ácido fosfórico (E 605)

Ignífugo, aditivo en materias plásticas.

Ataca al sistema nervioso. Mareos, daño visual y al hígado.

Bloquea la acción de fermentos.

Estireno

Producción de plásticos, gomas sintéticas,pegamentos, aislantes

Narcotizante, dolores de cabeza, cansancio,depresión, dañosvisuales y a las vías respiratorias.

Alquitrán

Láminas antihumedad y en impermeabilizantes

Posiblemente cancerígeno.

Tolueno

Disolvente en pintura productos de limpieza

Daños al sistema nervioso, hígado, riñones y cerebro.

Efecto narcotizante.

Tricloroetileno

Productos de limpieza

Posiblemente cancerígeno

Cloruro de vinilo

Ventanas, tubos de desagüe, instalaciones eléctricas, persianas,pavimentos, embalaje revestimientos …

Cancerígeno, alteración de los tejidos, de la sangre, pulmones ehígado.

Xileno

Disolvente en lacas, colas y decolorantes

Narcotizante. En altas concentraciones dañacorazón, hígado, riñóny nervios.

bifeniles     policlorados (PCB)

Aditivos en la producción de plásticos y papel

Daños al hígado y riñones. Posiblemente Cancerígeno.

Fuente: Institut für Baubiologie-Rosenheim Cuadro 2

Especial e independiente mención, por el nivel de importancia y su masivo uso en la construcción moderna, merecen los morteros de cemento. Este material, que desplazó casi totalmente a partir de los años 50 el tradicional mortero de cal, presenta unas cualidades bióticas pésimas. De esta forma, destaca por su baja pemeabilidad a las radiaciones cósmicas así como al agua y al aire. En definitiva, es un material que “no respira”. Es muy conductivo y poco elástico. Aguanta mal el paso del tiempo. Todo ello se agrava con el empleo sistemático de todo tipo de aditivos químicos y, quizás, el menos conocido añadido de escorias recicladas de altos hornos, de incineradoras y, también, escorias de desfosforación. Se ha documentado, incluso, la incorporación de desechos nucleares de baja intensidad para, por un lado, facilitar el calentamiento de los hornos de las cementeras y el consiguiente ahorro de energía para el fabricante; y, por otro, la “eliminación” de unos residuos de difícil y costosa gestión. De esta forma, el material, aplicado en obra puede emitirgases tóxicos e incluso, radioactividad a lo largo del fraguado así como su perduración durante años.

La peligrosidad de este cóctel tóxico, a modo meramente ilustrativo, se ve reflejada en las analíticas de sangre realizadas a 39 europarlamentarios y 8 personas más de diferentes países en diciembre de 2003. Se encontraron 76 productos industriales tóxicos, persistentes y bioacumulativos. La persona que más tóxicos presentaba eran 41 compuestos; la que menos, 13. Los datos se publicaron el 21 de abril de 2004 (WWF.2003).

De igual modo, son materiales que evidencian un “consumo oculto” de energía. Es lo que se ha denominado “energía gris” de los materiales de construcción que viene a reflejar el coste real de su producción, transporte, almacenamiento y en su fase de deshecho. Se calcula en Kwh de consumo energético por cada tonelada de material disponible. Son materiales que, en definitiva, presentan una significativa “huella ecológica”. Éste poco conocido concepto define “la cantidad de superficie y energía necesaria para producir bienes y servicios y asimilar los residuos generados por una población determinada con un modo de vida específico, donde quiera que se encuentre ese área”. Es un indicador ambiental integrador del impacto que ejerce una cierta comunidad y actividad humana, país, región o ciudad sobre su entorno. Y, en consecuencia, un indicador y parámetro de salud y de seguridad de territorios y ecosistemas y, por tanto, de todo ser vivo que allí habite.

Así, la siguiente comparativa refleja el consumo de kilowatios hora por tonelada producida de materiales constructivos de uso frecuente.

MATERIALES

Kwh por tonelada

Aluminio de 1ª fusión

34.000

Poliestireno expandido

23.000

Plásticos (media)

21.000

Poliuretano

18.000

Lana de vidrio

14.000

Varillas de acero para hormigón

9.000

Cemento

1.700

Bloques cerámicos y ladrillos

900

Madera

700

Áridos para hormigón

400

Bloque de tierra estabilizada:adobe

200

Cuadro 3

BIOCONSTRUCCIÓN

El factor de riesgo antes analizado encuentran su remedio en procedimientos, técnicas y materiales que quedan resumidos bajo el concepto de bioconstrucción.

Tiene su origen en la década de los setenta en Alemania, a partir de una corriente constructiva denominada “baubiologie”. Su traducción literal es “biología de la construcción”. Este novedoso enfoque concibe las edificaciones y, particularmente, la vivienda, como si se tratara de un ser vivo, como un espacio vivo que se interrelaciona con el exterior, favoreciendo la relación con su medio natural. Metafóricamente, la casa sería la tercera piel del residente (la dermis, la primera; la ropa, la segunda)

De las distintas definiciones, reproducimos la apuntada por el profesor Bello dada su sencillez y sentido holístico. De esta forma, la bioconstrucción es la forma de construir respetuosa con la vida de los moradores, del entorno y del planeta (Bello.2012). Supone adoptar una perspectiva global que debe considerar: la elección del lugar, el diseño, la selección de los materiales, el análisis del ciclo de energía, agua y la gestión de residuos. Pretende desarrollar, por tanto, una comprensión consciente de las interrelaciones vitales en las cuales se ha de situar un edificio y, tenerlas en cuenta al proyectarlo (Van Der Ree, 2010).

El punto de partida de la bioconstrucción y determinante para que el edificio sea un factor promotor de la salud del usuario, es el estudio del lugar y su entorno donde se pretende levantar la edificación, aspecto ya analizado en el apartado 2.1.2. Y es que, el diseño y los materiales son posteriores a la elección del lugar. Así, por muy buenos y sanos que sean los materiales utilizados, si el lugar y su entorno no son favorables, la calidad de vida (laboral o personal, dependiendo del uso del edificio) y la salud se alterarán desfavorablemente.

El Instituto Alemán de bioconstrucción ha establecido las 25 reglas básicas de la bioconstrucción. La versión actualizada y revisada a partir de la publicada en 2005 por el IBN. es la siguiente:

  • 1. Ubicar los hogares residenciales lo más alejado posible de fuentes de contaminación sonora, como centros industriales y vías principales de tráfico.
  • 2. Las viviendas se construirán de manera descentralizada y  espaciada, rodeadas y comunicadas por espacios verdes.
  • 3. Los proyectos de las viviendas serán personalizados, en armonía con la naturaleza, diseñados como hábitat humano y familiar.
  • 4. Prevenir las consecuencias sociales.
  • 5. Los materiales de construcción serán sanos y naturales, evitando los sintéticos y los muy procesados.
  • 6. Regulación natural de la humedad ambiental, empleando materiales en paredes, suelos y techos, que sean difusores e higroscópicos.
  • 7. La calidad del aire del interior de la vivienda se renovará y regulará de forma natural.
  • 8. La humedad del nuevo edificio será baja y se desecará rápidamente.
  • 9. Equilibrio entre el aislamiento térmico y la inercia térmica, retención del calor en invierno y frescor en verano.
  • 10. Temperatura superficial y ambiental óptimas.
  • 11. La calefacción se basará en sistemas de calor radiante, usando en la medida de lo posible los sistemas pasivos de captación solar.
  • 12. La luz, la iluminación y el color, estarán de acuerdo con las condiciones naturales del entorno.
  • 13. Minimizar la alteración de las radiaciones naturales del ambiente. Se mantendrá el equilibrio de las radiaciones naturales: de la concentración de los campos eléctricos atmosféricos y de la carga de iones; del campo magnético natural de la tierra que no será alterado ni desviado con los sistemas constructivos o materiales ferromagnéticos; y de la radiación cósmica y terrestre que resulta esencial, por lo que se evitarán sistemas constructivos o materiales que la interfieran. Los  campos electromagnéticos artificiales se evitarán, serán eliminados, o se reducirán al máximo.
  • 14. Se usarán preferentemente materiales de construcción no radiactivos o con bajos niveles de radiactividad.
  • 15. Aislamiento acústico y protección contra las vibraciones atendiendo a la percepción humana.
  • 16. Ausencia  de  olores  desagradables.  Olores  agradables  sin  emisión  de sustancias y gases tóxicos.
  • 17. Reducir al máximo las fuentes de contaminación biológica, como mohos, bacterias, polvo y alérgenos.
  • 18. Agua potable de la mejor calidad posible.
  • 19. Evitar consecuencias negativas de la edificación sobre el medio ambiente, de modo que la producción, instalación y disposición de los materiales de construcción serán los de menor impacto ambiental, los que generen menor contaminación ambiental y aquellos cuyos costes de energía sean mínimos.
  • 20. Minimizar el consumo de energía utilizando fuentes de energías renovables.
  • 21. Usar materiales de construcción preferentemente locales y evitando la explotación de materias primas o recursos escasos o peligrosas.
  • 22. Aplicar la experiencia en fisiología y ergonomía para el  diseño  de interiores.
  • 23. Se tendrá en cuenta en el diseño constructivo, las medidas, las proporciones y las formas armónicas.

MATERIALES CONSTRUCTIVOS SANOS Y SEGUROS

El mercado ofrece ya materiales sanos cuya huella ecológica y energética es muy inferior a los materiales constructivos convencionales. De esta forma, los materiales a emplear deben proteger la salud y ser biocompatibles. Ser, en definitiva, más agradables a la vida y no tanto a la vista (Bello.2012). Así, como regla general, permitirán respirar al edificio, tratados sin compuestos químicos perjudiciales, no favoreceran la proliferación de microorganismos ni emitirán vapores o gases perjudiciales; y que, además, no generen cargas electroestáticas en su superficie.

El compromiso ambiental de estos materiales pasa por:

a) Utilizar materiales naturales renovables.

b) Contribuir a la sostenibilidad y equilibrio natural del planeta.

c) Consumir el mínimo de energía en su producción, transporte, utilización y destrucción final.

d) No generar desechos tóxicos ni contaminantes a lo largo de su cicla devida.

De esta manera, bloques de termoarcilla, de celulosa de papel/cemento, de madera/cemento, tipo climablock o de cáñamo/cal tipo cannabric, son elementos estructurales cada vez más accesibles. Y pinturas ecológicas, cales naturales, corcho, tratamientos naturales para la madera, etc. son algunas de las distintas opciones que reúnen las características anteriores, y al que pueden acceder consumidores y profesionales.

Profundizaremos en algunos de ellos.

CAL NATURAL HIDRÁULICA O NHL

La cal se conoce desde hace más de 6.000 años. Es, por tanto, uno de los materiales más antigüos y universales utilizados por los seres humanos.

Resulta de la calcinación de roca caliza a una temperatura de entre 800 y

1.000 ºC lo que, dependiendo de la naturaleza de la materia prima, permite obtener distintos tipos de cales que se clasifican, según norna EN-459.1 en: natural, viva y extinguida. La Cal extinguida, a su vez distingue dos tipos diferentes: cálcica que puede ser aérea, grasa, magra o hidróxido de cal; y la hidráulica. Las cales naturales hidráulicas (NHL) es el tipo de cal más utilizadas en construcción. En este sentido, supone casi el 90% de la producción total, debido a sus excelentes propiedades mecánicas. Existen tres tipos de cal hidráulica natural; A) NHL 5 con una resistencia de 100 bar/cm2 en laboratorio y usado en obra nueva, hormigones y colocación de embaldosado; B) NHL 3,5 de resistencia media y empleado, sobre todo, para revocos y, finalmente; C) NHL 2, una cal blanca de baja resistencia.

De esta manera, entre las virtudes del mortero de cal destaca su permeabilidad al vapor de agua, lo que permite expulsar la humedad y evitar las condensaciones. Además es hidrófugo e higroscópico. La higroscopia es la capacidad de absorber o ceder humedad al ambiente, con lo cual estos materiales regulan de forma natural el ambiente interior de un inmueble tanto en verano como en invierno. También es bactericida impidiendo la proliferación de microorganismos, mohos o ácaros al tener su esencia en una base totalmente mineral. Presenta una notable flexibilidad y elasticidad lo que viene a limitar las fisuras creadas en las estructuras. Envejece extremadamente bien.

En relación a su huella ecológica, en un análisis comparativo con el cemento, se ha comprobado que la producción de 10 millones de toneladas de cemento, supone la emisión de 8,19 mil toneladas de CO2. Por el contrario, 10 millones de toneladas de cal NHL 3,5 supone la emisión de 3.36 mil ton. de CO2.

Para mayor abundamiento, la siguiente gráfica profundiza en la huella energética de ambos materiales.

Kg. de CO2 por tonelada de aglomerante

Emisión durantecocción

Emisión de carbonatación

Total producción

Reabsorció n

Total

Cemento

403

416

819

0

819

NHL 2

308

564

872

535

337

NHL 3,5

256

350

606

270

336

NHL 5

275

360

635

220

415

Fuente: empresa Naturcal-Cales de Saint Astier Cuadro 4

EL BARRO O TIERRA ARCILLOSA

Es un material aún más antigüo que la cal. Se encuentra en construcciones de los cinco continentes. Todavía hoy hay edificaciones de miles de años lo que viene a demostrar su durabilidad. Cae en desuso asociado a la pobreza frente a materiales modernos, relacionados con el progreso y riqueza. Sin embargo, en los años 80 aparecen empresas alemanas (CLAYTEC) dedicadas al desarrollo, producción y comercialización de materiales a base de barro, que, además, cumplen las normativas técnicas. En la actualidad, se usa tanto en restauración como en obra nueva.

Son múltiples sus propiedades: capacidad de respiración y regulador de olores y humedad. Es un buen aislante acústico, termorregulador, higroscòpico y con buena inercia térmica. Presenta una total ausencia de radioactividad, excelente conductividad eléctrica y su carga iónica suele ser electronegativa por lo que repele el polvo. Es incombustible, reciclable y biodegradable con capacidad de neutralizar productos tóxicos. En definitiva, es un material sano y libre de patógenos.

EL CORCHO

El aislamiento térmico de una edificación es fundamental. Superado el empleo masivo del amianto, y descartado los aislantes sintéticos como el poliestireno o el poliuretano (derivados del petróleo, muy contaminantes en su proceso de fabricación y combustión, en caso de incendio; y no transpirables), la elección que descarta riesgos y se revela como una opción natural y ecológica, admite varias posibilidades. Unas son de base mineral como la arlita, perlita o la vermiculita. Otras de base animal como la lana de oveja. Y finalmente, de base vegetal como la fibra de coco, la celulosa expandida, el lino, la paja o el corcho.

El corcho, tanto a granel como en panel, es un excepcional aislante térmico y, en menor medida, acústico que presenta coeficientes de conductividad que van de 0,035 a 0,045 W/m2K. Es de gran resistencia y durabilidad. Además se revela como un material imputrecible al que no le afecta la humedad y resiste los ataques de insectos y hongos. No emite vapores ni partículas tóxica, ni acumula electricidad estática. Es ignífugo con resistenciaal fuego M-2. Es impermeable y no higroscópico. Se emplea como aislante de muros de exterior, techos tabiquería o suelo, permitiendo su transpirabilidad.

Hay dos tipos de paneles de corcho en el mercado: negro y claro. El primero es más natural al obtenerse triturando las cortezas y sometiendo los gránulos a altas temperaturas (300ºC) generando poros internos que incrementan su capacidad aislante. Ese calor, además, disuelve la suberina, una resina natural que al prensarse y enfriarse, funciona como aglomerante sin necesidad de añadir colas o resinas sintéticas. Por el contrario, el panel de corcho claro no se somete a altas temperaturas, empleando como aglomerante, colas de poliuretano.

Todo su ciclo de vida (cultivo, transformación y uso) es beneficioso al medio natural y humano, garantizando la supervivencia del bosque autóctono ibérico del alcornocal puesto que sólo se extrae la corteza, conservando el resto del árbol. Ello garantiza una gran variedad de flora y fauna así como de poblaciones rurales.

LA MADERA

La madera es una opción muy sostenible y ecológica, presentando un consumo de energía de 700 Kwh por tonelada, muy inferior a los materiales convencionales. Para ello es fundamental determinar su origen y modo de gestión. La certificación FSC (Forest Stewardship Council) indica la sostenibilidad de la madera empleada. Su tratamiento debe evitar los productos a base de lindano (cuadro 2) o pentaclorofenol, por su toxicidad. De igual modo, no se debe usar productos derivados del petróleo para su conservación, fuente de compuestos orgánicos volátiles (C.O.V.). Por el contrario, una opción correcta para tratar la madera, son las sales de bórax, así como aceites, ceras y lasures naturales. Las nuevas plantaciones, además, producen oxígeno y absorben CO2 (los llamados “sumideros de carbono”).

CONCLUSIONES

1.- Los centros de trabajo deben convertirse en espacios no sólo no enfermos sino, más al contrario, promotores de la salud.

2.- Lugares de trabajo, viviendas, escuelas, guarderías o espacios de ocio deben ser concebidos bajo criterios de salud desde el principio para evitar la aplicación de medidas correctoras cuando aparezcan síntomas no deseados.

3.- Toda obra nueva debiera desarrollarse sobre un estudio previo y profundo de geobiología que determine y localice las distintas geopatologias posibles.

4.- Las zonas de mayor permanencia de las personas deben coincidir con “zonas neutras”.

5.- La bioconstrucción ofrece soluciones y materiales industrializados, debidamente certificados y que cumplen normativa. Tiene en cuenta las interrelaciones vitales en las cuales se ha de situar un edificio y las considera al proyectarlo.

6.- La construcción del presente debe derivar hacia procesos y materiales “más agradables a la vida y no tanto a la vista”, “blandos”, sanos y con una menor huella ecológica y energética. La cal, el corcho, el adobe o la madera, entre otros, son una oportunidad de reinvención de este sector.

7.- La emisión de kg. de CO2 por tonelada de cal hidráulica natural es la mitad que la emitida en la producción de cemento.

8.- “Dime donde vives/trabajas y te diré lo que padeces”.

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Geobiología, la Bioconstrucción y todos los aspectos relacionados con la salud, el hábitat y el medioambiente (nº 60, 61, 62, 67, 68, 69, 72, 75).