Valoración de Material de Seguridad para Cateterización Periférica Venosa en un Servicio de Urgencias

La canalización venosa puede ser uno de los motivos más frecuentes de accidentes por punción accidental. La realización de actividades encaminadas a disminuir estos percances, de elevado riesgo biológico, debe ser una prioridad para las instituciones sanitarias y para sus profesionales. Dentro de una estrategia global que incida en este aspecto y con el objetivo de valorar la idoneidad de estos dispositivos en nuestro centro, se propone realizar una valoración práctica de una serie de ellos, para conocer su viabilidad técnica y la apreciación subjetiva de los profesionales que los prueben. Por motivos relacionados con las prácticas que se realizan en el servicio en el que se desarrolla la investigación (Servicio de Urgencias), se seleccionan intencionalmente dos dispositivos pasivos, disponibles en el mercado y tres enfermeros, que recibieron 120 muestras de catéteres de seguridad (60 del producto A, 60 del producto B), para realizar las prácticas clínicas habituales, junto con una hoja de incidencias. Con respecto al dispositivo A, se detectaron 30 incidencias (52.6%) y se procedió a toma de muestras en 37 ocasiones. Con respecto al dispositivo B, se detectaron 4 incidencias (7.01%) y se procedió a la toma de muestras en 47 ocasiones. En términos absolutos, ninguno de los dos dispositivos ha mostrado problemas con la práctica segura. La menor frecuencia de incidencias en el dispositivo B parece estar relacionada con el uso habitual del catéter convencional (no de seguridad) del mismo fabricante en nuestro centro. Venous cannalisation may be the cause of frequent needlestick injuries. The planification of activities focused to decrease this kind of accidents, which have an elevated biological risk, must be prioritary both for the health institutions and profesionals. Within a global strategy that have the aim to examine several security devices in our centre, we designed a descriptive/analytical study. We selected intentionally two types of security catheters ant three clinical nurses. We gave to all of them 60 catheters type “A” and 60 catheters type “B” with an incidence sheet. The catheter “A” showed 30 incidences (52.6%), and blood sampling was executed 37 times. The catheter “B” showed 4 incidences (7.01%), and blood samples was taken 47 times. No one of the devices showed problems related to accidental needlesticks. We think that the number of incidences with the catheter B must be related with the cotidian use of the conventional catheter from the same manufacturer in our Hospital.
Keywords: 
bioseguridad, catéter iv, toma de muestras, iv catheter, blood sampling
Main Author: 
Adolfo
Romero Ruiz
Co-authors: 
Manuel
Jiménez Ruiz
Luís Miguel
Rodríguez Navarro
José Carlos
Muñoz Pascual
Javier
Tronchoni de los Llanos

Enfermero. Coordinador Unidad de Investigación. Bloque de Formación e Investigación. Dirección de Enfermería. preanalítica@gmail.com

Manuel Jiménez Ruiz.

Enfermero. Coordinador Unidad de Procesos. Bloque de Calidad y Procesos. Dirección de Enfermería. manuel.jimenez.ruiz.sspa@juntadeandalucia.es

Luís Miguel Rodríguez Navarro

Enfermero. Servicio de Reanimación. luismiguelrodrigueznavarro@gmail.com

José Carlos Muñoz Pascual

Enfermero. Técnico Superior en Prevención de Riesgos Laborales. Dirección de Servicios Generales. josec.munoz.sspa@juntadeandalucia.es

Javier Tronchoni de los Llanos

Enfermero supervisor coordinador laboratorios-AP Dirección de Enfermería. tronchonidelosllanos@yahoo.com

Hospital Universitario Virgen de la Victoria. Málaga. España.

Trabajo subvencionado por el Fondo de Investigaciones Sanitarias. PI 051265. Publicado en Rol Revista de Enfermería, 2007; 30(6):451-456.

RESUMEN

RESUMEN

La canalización venosa puede ser uno de los motivos más frecuentes de accidentes por punción accidental. La realización de actividades encaminadas a disminuir estos percances, de elevado riesgo biológico, debe ser una prioridad para las instituciones sanitarias y para sus profesionales. Dentro de una estrategia global que incida en este aspecto y con el objetivo de valorar la idoneidad de estos dispositivos en nuestro centro, se propone realizar una valoración práctica de una serie de ellos, para conocer su viabilidad técnica y la apreciación subjetiva de los profesionales que los prueben. Por motivos relacionados con las prácticas que se realizan en el servicio en el que se desarrolla la investigación (Servicio de Urgencias), se seleccionan intencionalmente dos dispositivos pasivos, disponibles en el mercado y tres enfermeros, que recibieron 120 muestras de catéteres de seguridad (60 del producto A, 60 del producto B), para realizar las prácticas clínicas habituales, junto con una hoja de incidencias. Con respecto al dispositivo A, se detectaron 30 incidencias (52.6%) y se procedió a toma de muestras en 37 ocasiones. Con respecto al dispositivo B, se detectaron 4 incidencias (7.01%) y se procedió a la toma de muestras en 47 ocasiones. En términos absolutos, ninguno de los dos dispositivos ha mostrado problemas con la práctica segura. La menor frecuencia de incidencias en el dispositivo B parece estar relacionada con el uso habitual del catéter convencional (no de seguridad) del mismo fabricante en nuestro centro. PALABRAS CLAVE

Bioseguridad, catéter IV, toma de muestras.

ABSTRACT

ABSTRACT

Venous cannalisation may be the cause of frequent needlestick injuries. The planification of activities focused to decrease this kind of accidents, which have an elevated biological risk, must be prioritary both for the health institutions andprofesionals. Within a global strategy that have the aim to examine several security devices in our centre, we designed a descriptive/analytical study. We selected intentionally two types of security catheters ant three clinical nurses. We gave to all of them 60 catheters type “A” and 60 catheters type “B” with an incidence sheet. The catheter “A” showed 30 incidences (52.6%), and blood sampling was executed 37 times. The catheter “B” showed 4 incidences (7.01%), and blood samples was taken 47 times. No one of the devices showed problems related to accidental needlesticks. We think that the number of incidences with the catheter B must be related with the cotidian use of the conventional catheter from the same manufacturer in our Hospital.

KEY WORDS

KEY WORDS

Biosecurity, IV catheter, blood sampling.

INTRODUCCION

INTRODUCCION

La canalización venosa puede ser uno de los motivos más frecuentes de accidentes por punción accidental, tal y como se recoge en la bibliografía (1) (2). La realización de actividades encaminadas a disminuir estos percances, de elevado riesgo biológico, debe ser una prioridad para las instituciones sanitarias y para los profesionales que las componen.

Así, en España, la Comunidad de Madrid tiene regulado este problema por medio deun Decreto, pionero en el establecimiento de procedimientos de seguridad frente a accidentes con riesgo biológico (3) y ya existen proyectos similares en proceso de desarrollo en otros organismos sanitarios del país.

En el extranjero se viene trabajando en este tema desde hace tiempo: en Estados

Unidos se informaban aproximadamente 590.000 accidentes al año por pinchazo accidental, lo que llevó en 1999 a la Occupational Safety and Health Administration (OSHA) a anunciar un plan institucional para reducir este preocupante número (4). Entre las líneas maestras de este plan destacan:

  • 1. La mejora del sistema de registros de estos incidentes, para conocer realmente su número.
  • 2. El adecuado conocimiento de los diferentes sistemas de seguridad existentes, que incluyen comparaciones de tipo económico (4).

Planificando una línea de investigación que sea capaz, en nuestro ámbito local, de abarcar ambos aspectos, nos centramos en principio en el segundo de ellos.

Por parte de profesionales enfermeros, se han publicado artículos que revisan el material existente (5), ofreciendo gran cantidad de información al profesional para que pueda actuar y exigir con conocimiento de causa, y se han generado líneas de investigación encaminadas a conseguir una minimización de estos percances, asociados o no a la toma de muestras (6).

La responsabilidad de suministrar equipamiento de seguridad recae tanto en las empresas (públicas o privadas) como en los trabajadores: hay que tener en cuenta que la legislación vigente exige al empresario garantizar la seguridad y la salud de los trabajadores a su cargo. Así lo estipula la ley 31/1995, modificada por la ley 54/2003 de 12 de diciembre en su artículo 15, delimitando claramente los principios generales que deben regir estos aspectos, que son:

• Evitar los riesgos• Combatirlos en su origen• Tener en cuenta la evolución de la técnica• Dar las debidas instrucciones a los trabajadores

De igual manera, los trabajadores tienen obligaciones en el cumplimiento de las instrucciones recibidas sobre la prevención de riesgos y velar por el cumplimiento de las mismas. Se quiere hacer también referencia a la normativa europea (Directiva 90/679/CE y 2000/54/CE) sobre la protección de los trabajadores contra los riesgos biológicos relacionados con su desempeño laboral, que incide en la obligación de los empresarios de “mantenerse al corriente de los nuevos avances tecnológicos, a fin de mejorar la protección de la salud y la seguridad de los trabajadores”(5).

A nivel internacional se han realizado estudios que también han puesto de manifiesto lo comentado previamente. Por ejemplo, en un trabajo realizado en Francia, se ha demostrado que la implantación de dispositivos de seguridad contribuye a la disminución de accidentes por punción relacionados con la toma de muestras sanguíneas (7). Estos autores concluyen, no obstante, que esta actuación es tan sólo una dentro de un abanico de actividades que deben servir para conseguir una disminución efectiva de estos percances.

Siguiendo esta línea se encuentra el proyecto de investigación citado previamente(6), en el que se incide en la información y la preparación de los profesionales de la enfermería como estrategia para conseguir el propósito antes mencionado. En este trabajo se incluyen tanto material de extracción sanguínea convencional como catéteres, puesto que este procedimiento se hace en ocasiones de manera simultánea a la canalización venosa del paciente, sobre todo en los servicios de Urgencias.

Con el objetivo de estudiar la idoneidad de estos tipos de dispositivos de seguridad, se propone realizar una valoración práctica de una serie de ellos, para conocer su viabilidad técnica y la apreciación subjetiva de los profesionales que los prueben.

METODO

Diseño

Estudio descriptivo analítico, con selección intencional de participantes. Material empleado

Los dispositivos de seguridad van a ser definidos como aquellos aparatos,instrumentos o materiales sanitarios que incorporan sistemas de protección y que están diseñados para eliminar o minimizar los riesgos de exposición a heridas accidentales y al contagio (5).

En cuanto a su clasificación, la más general, y más empleada con estosdispositivos es aquella que los divide en ACTIVOS (que requieren de algún tipo de intervención para activar el mecanismo de seguridad) y PASIVOS (que no requieren ningún tipo de manipulación ni maniobra para la activación) (5). Por motivos relacionados con las prácticas que se realizan en el servicio en el que se desarrolla la investigación (Servicio de Urgencias), se opta por seleccionar intencionalmente dos dispositivos pasivos, disponibles en el mercado. Estos dispositivos fueron denominados producto A (figura 1) y producto B (figura 2). El producto A no es conocido en el centro, el producto B es igual al empleado actualmente, pero diseñado con dispositivo de seguridad.

Personal

Se seleccionan intencionalmente tres enfermeros del Servicio de Urgencias del Hospital Universitario Virgen de la Victoria de Málaga, atendiendo a: su grado de entrenamiento-experiencia, su disponibilidad y su implicación en el proceso, que iban a desempeñar su labor en el área de Policlínica de dicho Servicio durante el periodo de estudio. Estos profesionales recibieron 120 muestras de catéteres de seguridad (60 del producto A, 60 del producto B), para realizar las prácticas clínicas habituales, junto con una hoja de incidencias en las que se marcaban: producto empleado, toma de muestra o no, incidencias y descripción de las mismas. (Figura 3). El número de catéteres proporcionado correspondía con la media de procedimientos realizados en el área durante un turno de mañana en un día laborable (lunes).

Pacientes

Los pacientes fueron seleccionados secuencialmente por orden de ingreso, siendo informados del empleo de los dispositivos en estudio, manifestando verbalmente su acuerdo.

Variables

Se estudian las incidencias aparecidas y el éxito en la canalización venosa, en función del catéter empleado. Se describe el número de toma de muestras realizado. Se estudian las posibles relaciones entre las diferentes variables.

Se realiza un análisis cualitativo básico (categorización y cuantificación) de lasincidencias comentadas por los profesionales.

RESULTADOS

Se han pilotado un total de 120 catéteres de seguridad (60 del dispositivo A y 60 del dispositivo B). Con respecto al dispositivo A, se detectaron 30 incidencias (52.6%). Se procedió a toma de muestras en 37 ocasiones. Existe una correlación positiva (ρ Spearman 0.446, p<0.001) entre la toma de muestras y la presencia de incidencias). Las incidencias han sido divididas en dos categorías: incidencias relacionadas con cierta rigidez a la hora de desconectar la guía del catéter (“la guía parece que se atasca”, “la conexión aguja-catéter está muy dura, cuesta retirar”, n=16) e incidencias relacionadas con el reflujo de sangre al retirar la guía (“refluye sangre antes de retirar la aguja”, “sale sangre antes de quitar la guía”, n=13). Sólo hubo un comentario sobre la dificultad de recanalización venosa.

Con respecto al dispositivo B, se detectaron 4 incidencias (7.01%). Se procedió a la toma de muestras en 47 ocasiones. No se halló correlación entre las incidencias y la toma de muestra sanguínea. Todas las incidencias comentadas hacían referencia a la tracción de la punta de seguridad sobre el catéter, una vez realizada la inserción, que provocaba su salida de la vena (“al sacar la aguja, la pestaña metálica tira del catéter hacia fuera y hay que sujetarlo”). Se informaron 3 fallos en el acceso venoso con cada dispositivo (5%).

DISCUSION

La importancia que en nuestro medio está teniendo el tema que nos ocupa ha hecho que se hayan publicado algunos estudios para evaluar diferentes sistemas de protección que han puesto de relevancia la importancia de determinar cuales de ellos pueden ser más efectivos, realizando comprobaciones entre diferentes dispositivos para toma de muestras sanguíneas (8), para la administración parenteral de medicamentos (9) o para la canalización de vías periféricas (venosas o arteriales) (1).

El aspecto económico también ha sido tenido en cuenta por algunos autores,aunque ninguno de ellos discute la conveniencia de no aplicar estas medidas de seguridad debido a su mayor coste, sobre todo porque se demuestra la efectividad de las mismas al reducirse considerablemente el número de accidentes (10,11). De manera más pormenorizada, en un estudio realizado en EEUU, se ha calculado un gasto en el seguimiento y tratamiento de cada exposición entre 500 y 3000 $, y se ha calculado que el coste total por año en todo el país puede alcanzar los 170 millones de $ (12).

En España se realizó un estudio de similares características en 1994 en el Hospital Miguel Servet de Zaragoza, actualizado en 2002, que reflejaba un coste medio de388 €, oscilando entre 1502 (VHC y VIH +) y 666 € (VHB) en sanitarios no vacunados y de 467 € en vacunados, llegando hasta 172 € en el caso de negatividad de la fuente a los tres virus (13). En este trabajo, una vez procesados los costes por inoculación y seguimiento y los de inversión en la adquisición de material de seguridad, se concluye que con un desembolso de 2294 € se consiguen evitar 19 pinchazos accidentales, es decir, unos 120 € por pinchazo evitado, una cantidad que no debería ser considerada como gravosa, tal y como consideran también otros autores (10) (11). Un artículo más reciente informa sobre el coste medio anual de cada inoculación, situándolo en unos 266€ (14).

No queremos entrar en otro tipo de consideraciones, como la incertidumbre y la preocupación del accidentado mientras se realizan las correspondientes pruebas de laboratorio, pero evidentemente se trata de aspectos que deben ser muy tenidos en cuenta a la hora de afrontar una inversión de este tipo. Todos estos argumentos justifican la elección de sistemas seguros para la práctica clínica, sistemas que proporcionen esa seguridad a los trabajadores, pero también a los pacientes. La elección de dispositivos contrastados por profesionales, teniendo en cuenta su opinión en términos de operatividad, facilidad de manejo y otras sensaciones subjetivas no es un tema suficientemente informado en la literatura.

La elección de los sistemas empleados en este trabajo ha estado, como semencionaba previamente, basada en el empleo de métodos pasivos de seguridad ya la disponibilidad en el mercado en nuestro ámbito. Queremos hacer mención que uno de los catéteres empleados (el B) era de iguales características al catéter convencional empleado en nuestro centro, lo que puede explicar la diferencia entre el número de incidencias informados con uno y otro, sobre todo teniendo en cuenta la renuencia y a veces, hasta resistencia, a emplear métodos y dispositivos que puedan conllevar algún cambio técnico en el procedimiento en nuestro centro, como pudimos demostrar en un artículo previo con referencia al método empleado en la toma de muestras sanguínea de rutina (15). Otro motivo que pueda justificar los comentarios aparecidos en la toma de muestras con el catéter A es no haber empleado el dispositivo para inyección/extracción disponible, aspecto que merece ser tenido en cuenta en la aparición de los problemas mencionados. Esto puede explicar la diferencia entre las incidencias entre los dos modelos examinados.

A pesar de estas consideraciones, merece la pena resaltar que, aunque algunas delas incidencias comentadas en el dispositivo A (aquellas que se refieren al reflujo sanguíneo) sí pueden tener explicación con lo referido en el párrafo anterior, no debería ocurrir lo mismo, al menos no tan taxativamente, con aquellas que ponen de manifiesto la resistencia de la guía al ser retirada tras la canalización, problema informado también en el dispositivo B. Pensamos que se trata de un aspecto a tener en cuenta por los fabricantes.

En términos absolutos, ninguno de los dos dispositivos ha mostrado problemas con la práctica segura, es decir, no han provocado incidencias relacionadas con la aparición de percances asociados a punciones accidentales, a pesar de que el terminal metálico del dispositivo B sea susceptible de provocar algún arañazo, aunque ello sea particularmente complicado por su diseño, con bordes redondeados, lo que nos hace pensar en la seguridad de ambos catéteres.

También queremos reseñar que los resultados de este trabajo ponen de manifiesto la importancia que los profesionales otorgan a ser escuchados por sus responsables y a tener la oportunidad de participar en la toma de decisiones, sobre todo en aquellas que inciden directamente en su práctica asistencial. Pretendemos seguir en esta línea para contribuir, en la medida de nuestras posibilidades, al establecimiento de prácticas seguras y a escuchar los comentarios de los enfermeros clínicos, por su especial relevancia y la importancia que tienen sus aseveraciones.

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Figura 1. Catéter de seguridad A

Figura 2. Catéter de seguridad B.

Figura 3. Hoja de incidencias.


DISPOSITIVOS:

- A

- B

TOMA DE MUESTRAS: NO

SI

INCIDENCIAS:

- Sin incidencias

- Con incidencias

Especificar:......................................

.............................................

SUGERENCIAS:.....................

.................................................

.................................................

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Marcar lo que proceda