Entender el estrés laboral y cognitivo de los trabajadores afectados por el síndrome del intestino irritable podría mejorar su productividad laboral

Un estudio realizado en Japón durante octubre de 2023 —y publicado en ‘Journal of Occupational Health’— buscó validar las características psicosociales y los desafíos laborales enfrentados por los trabajadores que exhiben síntomas del síndrome del intestino irritable (SII), comúnmente conocido como colon irritable. La investigación también buscaba aclarar los factores que agravan los síntomas abdominales o dificultan la productividad laboral centrándose en los factores cognitivo-conductuales relacionados con el SII y los estresores laborales.

Los resultados obtenidos de una encuesta en línea realizada entre personas con actividad laboral con edades comprendidas entre los 20 y los 49 años mostraron que los niveles de depresión en el grupo de síndrome de intestino irritable eran significativamente más altos que en el grupo que no padece este trastorno. Además, se encontró que las variables cognitivo-conductuales asociadas con los síntomas abdominales estaban positivamente correlacionadas con la productividad laboral.

El análisis de regresión múltiple jerárquica reveló un efecto significativo de la interacción entre la cognición maladaptativa relacionada con los síntomas abdominales y el control laboral en los síntomas de SII. La asociación entre ambos fue más pronunciada cuando el control laboral era menor. Además, tanto los síntomas de SII, la cognición maladaptativa y la sobrecarga laboral influyeron significativamente en la productividad laboral.

Estos hallazgos sugieren que comprender y abordar los factores cognitivos y de estrés laboral puede ser crucial para mejorar tanto la gestión del SII como su impacto sobre la productividad laboral de las personas que afectadas por él.

El SII

Se trata de una enfermedad común que afecta el funcionamiento del estómago y los intestinos. Los síntomas varían entre individuos, pero suelen persistir durante períodos prolongados e incluyen: dolor, calambres, hinchazón abdominal, cambios en las deposiciones en términos de aspecto y frecuencia, junto con síntomas adicionales como la sensación de evacuación incompleta y la presencia de gases o mucosidad en las heces. También puede haber episodios de diarrea o estreñimiento, o una combinación de ambos. Es un trastorno crónico que puede manejarse a largo plazo.

Algunos enfermos han logrado controlar los síntomas mediante cambios en la dieta, estilo de vida y gestión del estrés. Para casos más severos, se recurre a tratamientos con medicamentos y asesoría especializada.

Es esencial estar alerta a señales de alarma que justifiquen la consulta médica, como pérdida de peso inexplicada, sangrado rectal, anemia por deficiencia de hierro, entre otros, ya que podrían indicar condiciones más serias, como el cáncer de colon.

La causa exacta del SII sigue siendo desconocida, pero factores como contracciones musculares intestinales anormales, anomalías en el sistema nervioso digestivo, infecciones graves previas, exposición temprana al estrés y cambios en la microbiota intestinal se consideran posibles desencadenantes. Estos pueden incluir ciertos alimentos y bebidas, aunque aún no se puede clarificar cómo influyen las alergias o intolerancias alimentarias en esta afección. El estrés, aunque no es una causa directa, tiende a exacerbar los síntomas en la mayoría de los pacientes.