El Gobierno busca 'conejillos de indias' para ensayar la semana laboral de 4 días

El Gobierno busca 'conejillos de indias' para ensayar la semana laboral de 4 días

Industria subvencionará con 10 millones a cien pymes industriales que rebajen la jornada laboral de sus empleados. Analistas económicos consideran que la evaluación del proyecto piloto es poco ambiciosa
21 September 2022

La semana laboral de 36 horas o menos está más cerca de ver la luz en España. El Gobierno ha arrancado el programa piloto que permitirá implantar la reducción de la jornada laboral, actualmente fijada en 40 horas, que bajaría un mínimo de cuatro sin tocar los sueldos de sus empleados. El objetivo final pasa por alcanzar un modelo de semana laboral de cuatro días y 32 horas de trabajo, pero en este primer piloto, el Ministerio de Industria aceptará proyectos que limiten las horas de producción a un máximo de 36, aunque podrán ser menos si las empresas lo consideran oportuno.

Sin embargo, este primer piloto estará limitado únicamente a pymes industriales, sector sobre el que tiene más competencias el gabinete de Reyes Maroto, que busca incorporar ese proyecto a su modelo de "alta productividad, alto empleo y alta cualificación". Para ello utilizará a los recursos humanos de las distintas empresas, al considerar que la industria española, por lo general, cuantifica todos sus procesos y recursos mediante parámetros medibles, lo cual simplifica la evaluación a realizar después. 

La orden ministerial, que ha entrado en su fase final, prevé subvencionar con 10 millones de euros a un total de 100 pequeñas y medianas empresas del sector industrial que reduzcan un 10% las horas de trabajo de sus empleados y la mantengan durante un mínimo de dos años sin aplicar bajadas de sueldo. Para ello, deberán implementar nuevos modelos de organización que resuelvan las reducciones de jornada, incorporar cambios en sus procesos productivos o establecer una serie de acciones de formación con el fin de mejorar la productividad. La subvención se destinará a financiar parcialmente los costes salariales del personal afectado por la reducción de la jornada laboral, las formaciones a dar en las empresas para optimizar el tiempo de trabajo de los trabajadores, colaboradores externas o el valor del tiempo del personal dedicado a rediseñar procesos. 

Un informe de la OCDE muestra cómo los españoles trabajan de media 32,7 horas a la semana y, pese a ello, el valor de su producción (58,1 dólares por hora) es muy interior al de otras economías europeas que trabajan menos, como la alemana, que produce 74,2 dólares con una semana media de 26,2 horas; o la Noruega, cuya producción por hora alcanza los 93,2 dólares con una media de 27,2 horas de trabajo a la semana. Este proyecto, impulsado por Más País, acabó formando parte del acuerdo con el Gobierno para sacar adelante los Presupuestos Generales de 2022 y es una de las mayores reivindicaciones del partido de Íñigo Errejón. Pese a que ambas partes acordaron un total de 50 millones para esta medida, la orden ministerial no prevé ampliar el piloto en años sucesivos. 

Un proyecto disruptivo con una evaluación poco novedosa

De esa evaluación se encargará la Fundación Escuela de Organización Industrial (EOI), organismo dependiente del ministerio señalado y al que se le encargan la mayoría de tareas de innovación. Considerado como "idóneo" por el departamento de Maroto, tendrá que realizar un estudio a posteriori en el que comparará las medidas implantadas según el tipo de empresa, modelo de organización, tecnológico o de negocio. Finalmente, la EOI emitirá una serie de recomendaciones que permitan generar conocimiento, debate público y facilitar la toma de decisiones. 

Sin embargo, distintos analistas de políticas públicas califican como "insuficiente" el detalle de la evaluación a realizar, al considerar que no incluye los mecanismos suficientes como para hacer un análisis más amplio o, incluso, desarrollar un modelo pionero a nivel mundial. Este pasaría por elaborar una evaluación causal del impacto de este piloto, no sólo un análisis posterior, según cuenta para La Información el analista Hugo Cuello, perteneciente al Innovation Growth Lab de la Barcelona School of Economics, una unidad de diseño y evaluación de políticas que ha participado en las fases de consulta pública del piloto.

"Lo que hace falta es monitorizar los indicadores, ver cómo cambia la productividad con el paso del tiempo. Si el año que viene la situación económica empeora, entramos en recesión y la situación de las empresas baja, el proyecto no podrá diferenciar el impacto de ésta política de un descenso general de la productividad. No serán capaces de aislar estos efectos específicos. Podíamos haber sido los primeros a nivel internacional, pero esto habría que haberlo pensado desde el diseño del programa, y en las bases no lo han incluido. El piloto acabará siendo muy parecido al que ya existe en otros países como Nueva Zelanda, Irlanda o Gran Bretaña", concluye para La Información. 

Fuente: Lainformacion

 

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